FACTCHECKING - ¿Está la extrema derecha española integrada en el PP?
Elisa Castillo Nieto
Alejandro Ciordia Morandeira
En el factchecking de este mes no ponemos a prueba una declaración concreta de un personaje público en particular, sino que utilizaremos como objeto de análisis una afirmación relativamente generalizada, sostenida entre otros muchos por el fallecido Santiago Carrillo[1] (presidente durante décadas del Partido Comunista) o el académico Félix Ortega[2] (catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid). La afirmación es la siguiente:
'La ausencia de un partido de extrema derecha con representación institucional a nivel nacional se debe a que en España el electorado de extrema derecha está integrado en el Partido Popular’
En efecto, ésta parece ser una de las principales teorías para explicar la singularidad de España en lo referido al crecimiento de la extrema derecha en Europa. En este momento, y pese a que hay excepciones a nivel local, no existe en España un partido de extrema derecha fuerte que tenga posibilidades de obtener representación institucional a nivel nacional, lo cual contrasta con el auge de éstos partidos en muchos países europeos, que en muchos casos llegan a superar el 10% de los votos, como se expone en la sección En Profundidad. Este hecho es interpretado desde múltiples perspectivas. Para algunos optimistas, los datos son muestra de la madurez y convicción democrática de la sociedad española. Otros lo atribuyen a razones históricas, ya que la existencia de una dictadura fascista hasta la década de los 70 ha provocado la asociación de éstos grupos con la misma y su percepción como partidos nostálgicos y anacrónicos. Por último, desde una perspectiva menos optimista, generalmente desde la izquierda, se niega que no exista en España un sector significativo de extrema derecha en el electorado similar al de otros países, sin embargo dicho electorado se ha integrado en el PP, que se situaría no sólo como el partido hegemónico de la derecha española, sino que pasaría a abarcar en sus filas todas las posiciones del espectro ideológico desde el centro-derecha a la extrema-derecha.
Para comprobar la veracidad de esta última teoría utilizaremos los resultados de la encuesta post-electoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de las últimas elecciones generales de noviembre de 2011[3]. Uno de las preguntas que contiene la encuesta y que será fundamental en este factchecking es la denominada autoubicación ideológica, en la que se pregunta a los encuestados cuál es su posición ideológica en una escala del 1 (izquierda) al 10 (derecha). A efectos del presente artículo, consideraremos electorado de extrema derecha al porcentaje de encuestados que se sitúa en el 9 o el 10. A finales de 2011, justo después de las elecciones, los datos de autoubicación ideológica presentaban, únicamente contando las respuestas válidas y excluyendo las categorías de no sabe o no contesta, la siguiente distribución:
Los resultados de la autoubicación ideológica nos sirven para seleccionar el sector de la población española en el que estamos interesados, esto es, el electorado de extrema derecha, que representa apenas el 4,6% del total. A continuación pasaremos a analizar las respuestas de este sector del electorado al resto de preguntas de la encuesta, con el objetivo de descubrir si podemos afirmar que el electorado de extrema derecha está en su mayoría integrado dentro del más amplio electorado del PP.
En este punto nos encontramos con otro problema, pues no es tan fácil medir cómo un determinado sector de la población puede ser descrito como electorado de un determinado partido. La aproximación más intuitiva consistirá en analizar a qué partido vota el grupo en cuestión, por lo que en este caso debemos cruzar los datos de autoubicación ideológica (pregunta 40) con los de recuerdo de voto en las últimas elecciones (pregunta 36). Pues bien, los resultados ofrecen que un 91,3% de los encuestados que se autoubica en la extrema derecha vota al PP (por el 88% de los que se declaran de centro-derecha), mientras que sólo el 1,8% votan a otros partidos no mencionados específicamente, entre los que presumiblemente se podrían encontrar partidos como España 2000 o Democracia Nacional. Se podría objetar que este altísimo porcentaje se puede deber en gran medida al efecto del denominado voto útil, y que por tanto el sector de extrema derecha no vota al PP con un convencimiento pleno, sino como un mal menor o una segunda opción ante las pocas posibilidades de que ningún partido de extrema derecha logre representación parlamentaria. Sin embargo, los resultados de la pregunta 37, que pregunta a los encuestados con qué grado de convicción votó por el partido en cuestión, niegan la hipótesis del voto útil, ya que muestran que el 92% de los encuestados que se declaran de extrema derecha votó con convicción por el partido elegido, un 3,9% con dudas y tan sólo un 1,5% afirma que votó a un partido como un mal menor. El porcentaje de votantes convencidos en la extrema derecha es sorprendentemente alto, y muy superior a la media del conjunto de votantes del PP, que se sitúa en el 82,7%. Por todo ello, podemos concluir que la inmensa mayoría de la extrema derecha (91,3%) otorga su voto al Partido Popular y además plenamente convencidos de dicha decisión.
Sin embargo, utilizar el voto como instrumento de medición presenta ciertos problemas. Principalmente que no tiene en cuenta a todos aquellos votantes que decidieron abstenerse en las elecciones, ni tampoco el fenómeno del voto útil. Ambas circunstancias afectan especialmente a partidos pequeños y que se presentan como anti-establishment, como el caso de los partidos españoles de extrema derecha. Por ello utilizaremos un segundo indicador del grado de integración del electorado de extrema derecha en el PP: el porcentaje de éstos que declaran sentirse cercanos al PP (pregunta 44). El 71,8% de los encuestados que se declaran de extrema derecha dicen sentirse cercanos a algún partido, muy por encima de la media para el total de la población (49,6%) e incluso de la media de votantes del PP (63,8%). Dentro de este 71,8%, el 97,3% se siente más cercano al PP (superando incluso la media de votantes declarados del PP, el 94,3%), siendo sólo un 1,8% los que se declaran próximos a otros partidos minoritarios no listados. Además, dentro de este gran porcentaje de población de extrema derecha que declara sentirse próximo a algún partido, la mayor parte dicen sentirse “muy cercanos” (39,4%), por un 35% “bastante cercanos” y un 22% “algo cercanos”. Por todo ello, podemos afirmar, que tomando como indicador de integración la declaración de adscripción o cercanía de los encuestados con el PP, el grado de cercanía declarada por el sector de la población de extrema derecha es muy alto, incluso ligeramente superior a la proximidad declarada por el total de votantes del PP.
Por último, también puede ser útil echar un vistazo a la pregunta que solicita a los encuestados que sitúen en la escala ideológica a los diferentes partidos (pregunta 41). Inicialmente se podría pensar que al ser el PP un partido de centro-derecha, los grupos de extrema derecha considerarán sus posiciones ideológicas insuficientes al estar más a la izquierda de lo que les gustaría, por lo que es presumible que la ubicación del PP en la escala ideológica para este grupo se desplace hacia el centro. Sosteniendo la hipótesis contraria, que confirmaría la afirmación que estamos comprobando, se podría entender que hay integración del electorado de extrema derecha en el PP si éste sitúa ideológicamente al partido dentro de sus posiciones, pues los propios electores de extrema derecha percibirían al PP como un partido que satisface sus intereses. Los encuestados que se declaran de extrema derecha otorgan de media al PP en la escala ideológica un 8,76 (siendo un 7,89 la percepción media para el total de la población y 7,48 para el total de votantes del PP) y además es mayoría (65,3%) los que dan al PP una puntuación de 9 o 10. Curiosamente, éstos resultados son muy similares a los ofrecidos por el electorado de extrema izquierda, que valora al PP de media en un 8,96 y un 70,5% de ellos percibe al PP como extrema derecha en la escala ideológica. Estos resultados señalan que el propio electorado de extrema derecha percibe al PP como un partido mucho más cercano ideológicamente a sus posiciones de lo que lo hace el total de la población, coincidiendo prácticamente con la percepción que se tiene desde el extremo contrario del espectro ideológico.
CONCLUSIONES:
La gran dificultad del factchecking de este mes para obtener una respuesta clara radica en la imposibilidad de establecer límites cuantitativos a partir de los cuales se pueda afirmar que el electorado de extrema derecha está integrado o no en el PP. Por tanto, la validez de los datos estadísticos recopilados por el CIS dependerá de la interpretación cualitativa que se les dé a éstos, poniendo en relación las respuestas de los encuestados de extrema derecha en comparación con los resultados globales o de otros grupos.
Teniendo en cuenta todas éstas precauciones, la valoración global de los datos anteriormente expuestos nos lleva a sostener la validez de la afirmación de que la extrema derecha en España es parte del electorado del PP, en el cual está perfectamente integrado.
No obstante, es importante diferenciar esta afirmación de hecho de otras valoraciones subjetivas que puedan derivarse de estos datos. Debemos de tener en cuenta que el peso global de los votantes de extrema derecha dentro del PP es limitado, ya que únicamente el 11,9% de los votantes del PP se otorga una calificación de 9 o 10 en la escala ideológica. Pese a ello, la inclusión del electorado de extrema derecha como electorado consolidado del PP es un hecho que puede tener múltiples implicaciones tanto para otros partidos minoritarios de extrema derecha como para el propio PP. Sin embargo, este tipo de análisis, aunque ciertamente interesantes y relevantes, se escapa del propósito de este artículo. Esperamos sin embargo que esto pueda servir de base fáctica a partir de la cual profundizar más en el conocimiento de la extrema derecha en España.
[1] Declaraciones formuladas en más de una ocasión en la Cadena SER, o en diversas entrevistas, como por ejemplo esta de 2010. (http://www.josejoaquinleon.es/entrevistas/43-entrevista-a-santiago-carrillo)
[2] Declaración recogida en un artículo del diario Público de 17 de noviembre de 2010 (http://www.publico.es/espana/341891/el-90-de-los-electores-de-extrema-derecha-vota-al-pp)