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SABER MÁS – Lo que no pone en la etiqueta

Álvaro Monsó Gil Lorena Manzanero Jiménez

Enlaces de interés


Se trata de una de las iniciativas más importantes en lo que a consumo textil ético se refiere. En sus propias palabras, la Campaña Ropa Limpia “es una alianza internacional que trabaja para mejorar las condiciones y apoyar el empoderamiento de las trabajadoras de la industria textil mundial. La CRL desarrolla campañas nacionales en 16 países europeos, tiene una red de 250 organizaciones a nivel mundial y una secretaría internacional con base en Ámsterdam. La Campaña Ropa Limpia está coordinada en España por SETEM”. Son muchos los contenidos interesantes en su web, pero nosotros hemos querido destacar los siguientes:

· Sección Qué puedo hacer yo?’, con recomendaciones para la acción individual y colectiva, con consejos interesantes y en ocasiones contraintuitivos (por ejemplo, se recomienda rechazar los boicots al consumo de ciertas marcas).

· Sección Análisis de empresas’, donde podemos indagar en las políticas laborales y prácticas comerciales de algunas de las principales firmas con las que convivimos cada día. En esta sección, se pueden hallar cosas tan interesantes como que en el código de conducta de Zara “no se obliga a garantizar un salario mínimo vital durante el horario normal de trabajo, sin horas extras (que debería permitir cubrir las necesidades básicas y un margen de uso discrecional por parte de las personas trabajadoras) [y] no se hace referencia explícita a todos los convenios fundamentales de la OIT”, o que en el de H&M “no se indica si prevalece el estándar más alto en caso de discrepancia entre las leyes locales y los estándares internacionales [y] no menciona que las horas extraordinarias sólo deben producirse de manera ocasional y que se remunerarán con un suplemento.”

· Informe ‘Salarios Dignos’. En este documento se formula la siguiente pregunta: “¿El salario que pagan las marcas a las personas que confeccionan nuestra ropa es suficiente como para costearse la vida?”. En primer lugar, se repasan cuestiones como qué es y por qué es necesario un salario digno. Después se analiza la responsabilidad compartida de estados y empresas en la implementación de los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos. A continuación se hace un repaso al contexto actual del debate sobre el salario digno, incidiendo sobre la inadecuación de las inspecciones, que a menudo “atribuyen el cumplimiento de las responsabilidades sociales a los proveedores, y no tienen en cuenta los hábitos de compra de las empresas compradoras, aunque a menudo, el origen de las excesivas horas extra y los bajos sueldos de las fábricas se encuentra en los bajos precios de compra y en los cortos plazos de entrega”. El informe se esfuerza en denunciar la jerga que algunas compañías utilizan para eludir sus responsabilidades, y realiza un listado de exigencias para que la consecución de un salario digno no se quede en un mero ejercicio retórico. Por último, y en la misma línea de la sección que hemos mencionado anteriormente, se procede a hacer un análisis detallado de cincuenta de las principales compañías del sector textil. El rigor del estudio es altísimo, y se trata por ello de un documento muy aconsejable para consumidores inconformistas.




Un breve pero estremecedor video mostrando la situación de las trabajadoras de la fábrica de H&M y Wal-Mart de Phnom Penh, Camboya, quienes fueron abandonadas por el antiguo dueño de la fábrica cuando le exigían el pago de sus nóminas (unos 200.000 dólares). Algunas de las trabajadoras que aparecen en el vídeo denuncian entre lágrimas cómo todas ellas, unas 200 incluyendo algunas mujeres embarazadas o en su vejez, no tienen dinero para su sustento más básico y afrontan amenazas de desahucio por parte de sus arrendadores. Es parte de una campaña de concienciación y sensibilización para que los consumidores occidentales de las dos firmas conozcan algunas de las terribles situaciones que se producen a raíz de las subcontrataciones en el sudeste asiático.



Este interesantísimo blog de la Universidad de Exeter se nos presenta del siguiente modo: “A lo largo de los últimos doce meses, el impacto del colapso del edificio Rana Plaza ha sido discutido ampliamente por periodistas, políticos, sindicatos, ONGs, negocios de moda ética y aquéllos que apoyan su trabajo. Nosotros hemos intentado dar una muestra de estas discusiones en los posts de esta web. Está claro que algo está cambiando. Pero, además, ¿qué preguntas e inquietudes tiene la gente sobre su ropa fuera de estos círculos, y qué tipo de razonamientos realizan? ¿Qué rol puede desempeñar la gente que trabaja en o que visita los centros comerciales en la transformación hacia un negocio de moda más ético?”. De entre la gran cantidad de contenido interesante en esta web, destacamos a título ejemplificativo:

· Un artículo sobre las compañías que se han sumado a las compensaciones a las víctimas del accidente del Rana Plaza y las que todavía no lo han hecho. “Mientras que hay 28 compañías que han sido directa o indirectamente relacionadas con el complejo de la fábrica, sólo siete aparecen como donantes en la página de la OIT: Bonmarché, El Corte Inglés, Inditex, Mango, Mascot, Premier Clothing and Loblaw. Pese a la que la marca francesa Camaieu dijo haber contribuido al fondo de compensación, como también hicieron C&A, KiK, y la marca polaca Cropp, ninguna de estas donaciones ha sido confirmada por la OIT.” Puedes leer el artículo completo aquí.


· Guía para el consumidor ético a la hora de comprar esa prenda omnipresente en nuestros armarios, los pantalones vaqueros. Accede a la guía pinchando aquí.



Un blog que ha hecho el gran esfuerzo de recopilar en un listado por comunidades autónomas y provincias de tiendas de moda ética, vegana, de tejidos ecológicos, de segunda mano, reciclada, de locales de intercambio gratuito de ropa y/o de comercio justo (incluyendo algunas tiendas que permiten adquirir estos artículos online). Un recurso esencial para quienes deseen comenzar a consumir moda éticamente y no sepan por donde empezar. Si no se encuentra nada en la entrada, en los comentarios muchas personas han aportado su granito de arena para hacer el listado lo más completo posible.

Artículos y entrevistas



Eva Kreisler es coordinadora de la Campaña Ropa Limpia en España. Enrique Quintanilla, también miembro de la Campaña Ropa Limpia, coordina en España SETEM. En ella se cuenta a grandes rasgos su labor y algunos de sus proyectos, analizando problemas coyunturales y estructurales de la industria, así como los progresos que se han hecho y aquéllos que están por hacer en asuntos como la seguridad en el puesto de trabajo, marcos jurídicos que sancionen las condiciones de trabajo de semi-esclavitud, o la atención mediática y por parte del consumidor que reciben las alternativas a los modelos de las grandes cadenas globales.



Artículo de Shannon Whitehead, fundadora de Factory45, un programa impulsor de diseñadores y fabricantes ‘Made in USA’, publicado en El Huffington Post el pasado 29 de agosto titulado “Las cinco verdades que la industria de la moda rápida no quiere que sepas”. Entre sus denuncias: la multiplicación del consumismo acrítico con el tránsito de lo que antes eran 2 temporadas de moda (primavera/verano – otoño/invierno) a 52 microtemporadas al año; el fraude detrás de muchos descuentos, especialmente en los exitosos complejos outlet donde se utiliza el mismo etiquetado para productos de fábricas de muy inferior calidad; la presencia de sustancias químicas y tóxicas en muchos productos textiles, como el plomo, nocivo especialmente para mujeres embarazadas; la obsolescencia textil programada, con prendas que a los pocos lavados pierden su buen estado y que se acumulan en nuestros vertederos con sus consiguientes efectos medioambientales; o la presencia de trabajo infantil en prendas que contienen lentejuelas y adornos con cuentas, normalmente producidas secretamente desde talleres domésticos.



Artículo en el que se analiza la falta de transparencia que, de acuerdo a algunas ONGs, tiene la multinacional Inditex en relación con sus subcontratados, especialmente asiáticos, y las condiciones laborales de la fabricación de sus prendas. Según el propio artículo, “el 44,7% de los proveedores de Inditex son asiáticos. La empresa fundada por Amancio Ortega tiene en ese continente 625 de sus 1.398 proveedores. Esas sociedades deben cumplir un requisito: elaborar para ella más de 20.000 prendas anuales. En total, la cadena de suministro abarca más de 40 países.” El problema reside en los escasos datos que sobre estos proveedores proporciona la empresa española. El Ministerio de Trabajo de Brasil, según nos cuenta el artículo, denunciaría “las condiciones laborales de una de las empresas subcontratadas por Inditex, donde detectó ‘deficiencias en las instalaciones que suponían un riesgo de salud y seguridad en el trabajo e irregularidades en el registro laboral de sus empleados’ según asume la propia compañía”.


Libros


KLEIN, Naomi (1999). “No logo: el poder de las marcas”, Planeta.

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Aunque no es un libro que trate exclusivamente sobre la industria textil, incluimos esta excelsa obra de la autora canadiense Naomi Klein porque su crítica esencial -la idea de que en lo que concierne a las grandes multinacionales, el producto ha pasado a un segundo plano en beneficio de un elemento intangible,la imagen o marca corporativa- es uno de los ejes clave del debate de la industria textil. Fruto de unos cuatro años de trabajo de investigación, la ingente documentación que este libro contiene nos muestra el abismo existente entre la seductora presentación de las grandes superficies (en lo que a textiles se refiere, Nike o Gap son dos de las firmas donde la autora hace una indagación más profunda) y el oscuro mundo de subcontrataciones, opacidad, abusos laborales y negligencias medioambientales que conlleva la deslocalización de la producción. Klein nos hablará del creciente inconformismo en el mundo del consumo, donde, por ejemplo,se conoce cada vez con más detalle cómo se producen nuestras prendas, y donde cada vez hay menos permisividad con la colonización empresarial del espacio público, los acuerdos entre el mundo corporativo y el sector educativo, o los desmanes de una globalización insensible a criterios que trasciendan el lucro.


Una lectura más que recomendable para todos aquéllos que alguna vez se hayan parado a pensar en cómo muchos bienes de consumo han llegado a ser absorbidos por el logotipo que los identifica. También podéis disfrutar de un documental del mismo nombre que sigue el mismo guión del libro.


WERNER, Klaus y HEISS, Hans (2003). “El libro negro de las marcas”, DeBolsillo

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Recomendamos la lectura de este libro porque, a través de la investigación, denuncia un total de cincuenta empresas que infringen valores éticos de forma generalizada, aportando para ello una gran cantidad de informes. Si bien no sólo pone el foco de atención sobre firmas textiles sino que señala también marcas alimentarias o farmacéuticas, creemos que su lectura se torna necesaria para cualquier consumidor que quiera estar informado de lo que compra. Además, también propone algunas iniciativas que pueden resultar de interés para aquellos consumidores más activos.


En lo relativo a la industria de la moda, se afirma que estas multinacionales no están dispuestas a garantizar unas condiciones laborales dignas de sus trabajadores, sino que únicamente dirigen sus inversiones al diseño y la publicidad. Esto responde a la libre competitividad de las empresas, que operan en países del Tercer Mundo porque suponen un mercado de “bajo coste”.


En este contexto de libre mercado, las multinacionales aprovechan el alto grado de endeudamiento de los países en que producen, y además cuentan con la complicidad del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que defienden ante todo los intereses de los acreedores occidentales. El libro recoge citas tan duras como la siguiente: “para ellas [las empresas], un pequeño aumento en los salarios no tendría ninguna incidencia pero (…) si una plaza se torna siquiera una pizca más cara a causa de las mejoras sociales, inmediatamente se trasladan a otra. Por lo tanto, si un país eleva los estándares sociales, corre el riesgo de que los inversores se vayan a algún país vecino”.


Es también de interés cómo las grandes marcas establecen normas de conducta para limpiar su imagen. Sin embargo, estas normas no son efectivas en la práctica porque no existen organizaciones independientes que velen por su cumplimiento. Además, la ausencia de sindicatos en estos países impide a los trabajadores negociar sus sueldos o recurrir a una eventual huelga. Sin embargo parece más llamativa la conclusión de que los códigos de conducta sólo empeoran las cosas porque las mejoras de los códigos tienen que ser costeadas por los empresarios, por lo que para recuperar los gastos se exige a los obreros trabajar más.


Éstas y otras muchas prácticas denunciables son abordadas en un libro que nos ilustra con informaciones contrastadas cómo funciona el mercado a escala internacional en muchos ámbitos, entre ellos, la moda.


Documentales

Serie de documentales de La Noche Temática (La 2, TVE):

Fruto de la presión de sindicatos, ONGs, y especialmente de los propios consumidores, este muy recomendable documental muestra los nuevos estándares y códigos de conducta que las multinacionales productoras de textiles en Asia se han visto obligadas a implementar para poder producir sus productos. Si bien muestra cómo ya no es posible que en muchas fábricas de lugares como Yakarta se fuerce a los trabajadores a realizar un sinfin de horas extra por un sueldo paupérrimo sin ningún tipo de preocupación por la seguridad en el puesto de trabajo, también nos habla del largo camino por recorrer en lo que al respeto de los Derechos Humanos en la industria textil concierne, especialmente en Asia. Entre los retos más agudos, eliminar la ambigüedad en los códigos de conducta, para que las meras apelaciones a “niveles de vida tolerables”, “sueldos justos” o “necesidades básicas” no sirvan para ocultar una realidad que todavía en muchos casos es sangrante.


Este documental se centra en las condiciones laborales en las que se trabaja en el cultivo de algodón, uno de los materiales más importantes para la industria textil (en torno al 40% de nuestra ropa es de algodón). El documental trata de desmitificar la asociación del algodón a la producción natural y el respeto medioambiental. Ante todo se denuncia la explotación infantil en África, mostrando cómo, pese a la teórica prohibición, es una práctica común reclutar niños en las escuelas para la recogida de algodón en campos de grandes terratenientes y oligarcas. Se expone también cómo se eluden responsabilidades pese a conocerse el gran número de cómplices de esta forma ilegal de obtención del algodón.



Este documental comienza mostrándonos el problema de las sustancias químicas en la fabricación de textiles, haciéndonos ver que no sólo están expuestos los trabajadores, sino que tampoco los consumidores estamos protegidos. El problema, según se nos cuenta, es que no existe un marco legal para la distribución. De este modo, se muestra, por ejemplo, como el DMF, una sustancia química usada para eliminar la humedad en el calzado que por ser susceptible de producir graves reacciones alérgicas ha sido prohibida por la UE, sigue usándose en numerosas tiendas de calzado. También se nos muestra el problema del uso de arena con cuarzo para el efecto desgaste en pantalones vaqueros, un proceso que pone en grave riesgo la salud de los trabajadores (en Turquía se ha prohibido, pero la producción continúa en lugares como Bangladesh). Se habla además de la falta de regulación medioambiental en países como la India, que hace posible trabajar con muchas sustancias no permitidas por las regulaciones europeas, o de la falta de investigación sobre los riesgos que entrañan muchos procesos productivos.



24 de septiembre de 2014

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