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FACTCHECKING – Los efectos de la deslocalización

Alejandro Cano Molina Marta Ruiz Manrique de Lara

En el factchecking de este mes nos centramos en el controvertido asunto de la deslocalización de las fábricas de confección de ropa, especialmente las grandes marcas, hacia países en vías de desarrollo en los que los estándares de protección a los trabajadores y al medio ambiente son muy inferiores a los países donde dichas marcas tienen sus sedes y finalmente se comercializan los productos. Por ello nos preguntamos:


¿Quién gana con el fenómeno de la deslocalización?

  • Los países de origen de las multinacionales?

  • ¿Los países emergentes recientemente convertidos en centros de producción?

  • ¿O únicamente las grandes multinacionales?



Se llama deslocalización al movimiento que realizan algunas empresas trasladando sus centros de trabajo en países desarrollados a países con menores costes para ellos, generalmente del países en desarrollo. No hay datos oficiales que midan la deslocalización ni un índice concreto, sino que se ha de medir indirectamente, a través de datos como variaciones de la balanza comercial, la inversión extranjera directa o sector predominante en la economía del país. Sin embargo, es muy difícil estimar en qué medida las variaciones en estos parámetros se corresponden con los efectos de la deslocalización.


Las multinacionales comenzaron a desplazar partes enteras de sus procesos de producción para aprovecharse de las ventajas comparativas de cada lugar a partir de los años 50. Sin embargo nosotros hemos centrado nuestro análisis en las últimas oleadas, las más intensas, ya en los 90 y principios del siglo XXI cuando las empresas occidentales llegaron al este de Europa y al Sudeste Asiático.


Hemos seleccionado una muestra de países muy representativa de este fenómeno (Bangladesh, China, India, Indonesia, Marruecos, Rumanía, Tailandia, Turquía y Vietnam), por tratarse de países emergentes en los que marcas de renombre mundial como Inditex, H&M, Nike o Primark tienen instalados sus centros de producción. Además incluimos a España en los gráficos para que el lector pueda comparar las cifras con un país del Primer Mundo. Como en el gráfico 1, donde podemos observar una tendencia al alza del porcentaje del PIB correspondiente a las exportaciones de bienes y servicios. Así podremos ver éste y otros efectos de la deslocalización en un plano macroeconómico.



GRÁFICO 1: Exportaciones de bienes y servicios (% PIB)

La doctrina económica predominante sugiere que la deslocalización, como en general otras formas de comercio internacional, favorecerá el crecimiento de los países receptores. Por otro lado, aunque en el corto plazo pueda generar una destrucción de puestos de trabajo, los países de origen de las multinacionales también se verían beneficiados en que podrán especializarse en actividades de alto valor añadido.


Nuestra intención era comprobar si la teoría y la realidad se corresponden, mediante el análisis de datos estadísticos, pero esta tarea se ha visto complicada por el hecho de que la evolución del fenómeno de la deslocalización es extremadamente dependiente de posibles acontecimientos políticos y económicos de difícil predicción.


Así por ejemplo, como refleja el gráfico 2, que recoge la tendencia de crecimiento anual de la inversión externa directa, vemos una radical disminución en el caso de Indonesia a partir de 1995 hasta el 2001. Esto se debió a que en 1995 terminó la dictadura de Suharto, que a pesar de su autoritarismo ofrecía estabilidad económica y un trato favorable a las multinacionales que ahí invirtieran. En los años de declive se sucedieron varios presidentes y el país estaba sumido en una profunda crisis política hasta la llegada de la actual presidenta Sukarnoputri, la cual retomó las buenas relaciones con EEUU y aplicó políticas neoliberales acatando las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional.

GRÁFICO 2: Variación anual de la inversión extranjera directa (%)

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Como se puede apreciar en el gráfico, la inversión extranjera directa es muy irregular en general, incluso en un país estable como España donde la crisis de 2008 también marcó un acuciado descenso. En los países emergentes las variaciones son incluso más marcadas porque todos tienen en común la principal ventaja por la que las empresas de la industria textil se deslocalizan: la más abundante y barata mano de obra. Es decir, cuando una empresa abre un centro de producción en Vietnam por ejemplo, invierte muy poco en capital físico porque estos centros son muy simples y fácilmente trasladables. Con lo cual, los costes de reubicarlo en otro país del entorno son muy bajos si fuese necesario.


Sin embargo, altas cifras de inversión directa extranjera no favorecen necesariamente el desarrollo de los países. No podemos olvidar la fuerte dependencia del exterior que se genera y las asimétricas relaciones de poder que se crean. Para tratar de medir la mejora relativa de la calidad de vida de los países a partir de la deslocalización, utilizaremos 3 indicadores: el PIB per cápita, la esperanza media de vida y el porcentaje de inscritos en educación secundaria. Medir cuál es el desarrollo de estos indicadores nos permitirá ponerlo en relación con las estimaciones indirectas de deslocalización.

GRÁFICO 3: PIB per cápita (US $ constantes a niveles de 2005)

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En el gráfico 3 podemos observar como el crecimiento del PIB per cápita es una realidad en todos estos países que comienzan con una riqueza relativa muy baja, y a partir de los años 80 comienza un crecimiento exponencial, aunque en comparación con los países desarrollados sigue habiendo grandes diferencias (por ejemplo, España presenta en 2013 un PIB per cápita de 24.573 dólares).

GRÁFICO 4: Esperanza media de vida (años)

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En lo relativo a la esperanza de vida también observamos una mejora sustancial, pasando de una media de los países estudiados de 50,05 años en los años 60 (frente a los 69,1 de España) a 61,4 en los años 80 y 72,46 en la actualidad siendo tan solo de 9,8 años la diferencia con España.

GRÁFICO 5: Proporción de matriculación en educación secundaria (% bruto sobre el total de niños en edad de cursar secundaria)

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Desde el punto de vista de la educación hemos utilizado la matriculación en la educación secundaria como indicador de la mejora educativa de los países de la muestra, y podemos observar que, tras la década de los 70, donde no se aprecia una mejora, a partir de los años 80 existe una mejora exponencial.


CONCLUSIÓN

Pese a que las cifras aparentemente sean positivas, y aunque no salga reflejado en los datos como consecuencia directa de todo lo mencionado anteriormente, los gobiernos de los países emergentes no tienen incentivos para promover una legislación más respetuosa con los derechos de los trabajadores por miedo a dejar de ser país de destino de inversión extranjera en favor de otro competidor. Parece que solo tragedias como el derrumbe del edificio Rana Plaza en Bangladesh, el cual albergaba cinco talleres que producían para marcas extranjeras y causó la muerte de más de 1000 personas, van a lograr un cambio en este sentido. Porque fue solo a raíz de este incidente que la UE exigió a Bangladesh una mejora en las condiciones laborales de la industria textil para mantener la asistencia europea que recibe y que se concreta en beneficios comerciales que le permiten introducir en Europa un 90% de los productos textiles sin ningún tipo de cuotas ni aranceles.


Como hemos podido comprobar una vez más, la realidad es mucho más compleja que lo que muestran los gráficos. Nos hubiera gustado lograr establecer una relación causa-efecto entre la deslocalización industrial y el mayor o menor desarrollo de los países emergentes y la mejora en las condiciones de vida de su población. Sin embargo nos hemos visto limitados a establecer correlaciones, debido a la imposibilidad de abarcar todas las variables que influyen en este fenómeno, y la escasez de datos estadísticos disponibles.


De lo que sí podemos estar seguros es que la deslocalización de la industria textil es una manifestación más de la intensa globalización en la que estamos inmersos desde finales del siglo XX. Además es otra prueba más de cómo las relaciones internacionales ya no son solo un juego de Estados, sino también de grandes multinacionales y de organizaciones supranacionales.

Fuentes:

- Datos obtenidos del banco de datos del Banco Mundial (http://databank.worldbank.org/data/databases.aspx)

- Gráficos: elaboración propia

- De la Cámara Arilla, P. y Puig Gómez, A. (2007). Deslocalizaciones: ¿mito o realidad?; el caso español frente a los Países de Europa central y oriental. Revista de la Economía Mundial (REM), 16, pp. 169-193

- EOI Escuela de negocios (2005). Impacto de la deslocalización sobre el empleo en el sector de las TIC en España. Madrid: Escuela de Orientación Industrial (EOI).


- Werner, K. y Weiss, H. (2003). El libro negro de las marcas. Madrid: DeBolsillo.


24 de septiembre de 2014

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