EN PROFUNDIDAD – Los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs). No es país para héroes.
Sofía Delgado Matías
Elías Manzano Corona
Celia Morillo García
Estudiantes del Doble Grado en Derecho y Ciencias Políticas
(Universidad Autónoma de Madrid (UAM
I- INTRODUCCIÓN
La migración se remonta a los mismos orígenes del hombre como un fenómeno inherente a él. Las causas que tradicionalmente lo han motivado han sido muy diversas: la búsqueda de una vida mejor, la necesidad de un lugar más fértil, de un clima más adecuado, de una mejor posición estratégica, la huida de conflictos, hambrunas, desastres… En definitiva: el instinto de supervivencia que se mantiene intacto a través de los tiempos. Sin embargo, desde que la primacía del Estado-nación se consolidara en el siglo XIX, los estigmas y connotaciones que han acompañado al fenómeno migratorio se han acentuado enormemente. ¿Cuáles son las razones de esta polarización? Desde luego, los nacionalismos exacerbados de finales de aquel siglo y la primera mitad del siglo XX contribuyeron a fomentar una intolerancia hacia lo diferente. Sin embargo, es importante tomar también en consideración la dicotomía generada por dos conceptos de naturalezas opuestas: el trazo artificial de las fronteras y la movilidad natural del ser humano. La irrupción del primer fenómeno (netamente político) frente a la realidad del segundo, ha provocado tensiones de gran trascendencia que han requerido de una respuesta política. España, en este sentido, no ha sido ninguna excepción. Más bien, al contrario.
Fotografía: Jesús G. Pastor
La inmigración adquiere verdadera relevancia en España a partir de los años 90. Su progresiva fortaleza económica, la entrada en la Unión Europea y la estabilidad socio-política sirvieron de incentivo para muchas personas y familias de países humildes que buscaban condiciones más favorables para un futuro mejor, aumentando con ello el flujo inmigratorio. Aunque en su mayoría tenían posesión de los permisos requeridos para acceder legalmente a España, algunos (generalmente por incapacidades materiales derivadas de la extrema pobreza o del caos en el país originario) lo hacían de forma irregular. Para posibilitar la acogida de este último grupo de personas y su posterior expulsión del país, se crearon los llamados Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs). En ellos, con carácter cautelar o para asegurar la ejecución de una resolución administrativa, se internan por decisión y a disposición judicial los extranjeros que se encuentran en los supuestos de expulsión del territorio, devolución, retorno y asilo no concedido. En el caso concreto de España, la teoría legal se refiere a estos como establecimientos públicos, no penitenciarios y dependientes del Ministerio del Interior. Veremos más adelante cuál es la materialización práctica de las intenciones teóricas.
Esta medida cautelar no es exclusiva de España, sino que la podemos encontrar en la mayoría de países que reciben flujo de inmigración. Aunque, efectivamente, se pueden apreciar diferencias en función de cada país, la mayoría comparten características comunes como la opacidad en su funcionamiento, las deficiencias asistenciales en materia sanitaria y legal, así como las malas condiciones de vida para los internos. A este respecto, España se encuentra en el punto de mira, al contar en su territorio con ocho centros de internamiento, donde los inmigrantes pueden permanecer internos hasta 60 días totalmente privados de libertad. Entre sus muros, conviven personas de distinta nacionalidad, género y costumbre, desde aquellas que acaban de llegar hasta aquellas más asentadas en el país, compartiendo todas ellas historias anónimas de superación y lucha. Como se ha señalado, en la mayoría de los casos, el motivo de expulsión es la estancia irregular, es decir, carecer de permiso de residencia, y aunque a veces lo desconocen por no haber sido informados, para muchos la estancia en un CIE es el paso previo a la devolución a su país de origen. ¿Qué conocemos de aquel lugar al que los enviamos forzosamente? En realidad, muy poco.
El objetivo de este artículo es justamente sumergirse en el oscuro y denso mundo de los CIEs, para así esclarecer algunas de las incógnitas que los rodean, siendo conscientes, en todo momento, de la dificultad que esta empresa acarrea. Para ello desarrollaremos seis apartados: uno introductorio (el actual); un segundo apartado donde nos acercaremos brevemente a la situación actual de los CIEs; un tercero sobre el perfil de los internos; un cuarto en el que se tratarán los derechos de las personas internas; un quinto que versará sobre la gestión de estos centros; y un sexto y último apartado donde se proyectará una mirada hacia el futuro, proponiendo algunas reflexiones y posibilidades sobre qué hacer con los CIEs.
Ésta es sólo la introducción, puedes leer el artículo completo descargando el siguiente archivo en PDF: En Profundidad. Noviembre 14. CIEs
17 de noviembre de 2014