Top 10: Personajes relevantes no mediáticos del año
Introducción: Carlos Rudolf Mur
Descripciones de personajes: Irene Alonso-Buenaposada, Juan Carreira Guillán, Alejandro Ciordia Morandeira, Sofía Cortés Canda, Guillermo Kreiman Seguer, Elisa Llop Cardenal, Daniel Martínez González
Los periódicos de hoy llenarán los cubos de basura de mañana
¿Qué esconde la sátira del top 10 de personajes mediáticos del 2014? ¿Qué lectura se debe hacer de esa selección? Estas preguntas deben orientar esta reflexión sobre los medios de comunicación como paso previo a la presentación de un top 10 diferente.
Es indudable que los medios de comunicación son herramientas útiles para el conocimiento de la realidad. Sin embargo, como cualquier otra cosa, la corrupción también es uno de sus problemas. Demuestran ser un arma de doble filo en una sociedad como la nuestra, donde la información se ha alzado con un enorme poder. Una mano oculta que selecciona a las personas que centrarán todos los debates, los siguientes meses, días, horas, y separa los hechos históricos de los irrelevantes. Nos presentan situaciones que jamás conoceríamos, personas que nunca conoceríamos.
Que no conoceríamos, ni conoceremos, y qué más da, es la cuestión. Al final, la información se ha convertido en un producto de consumo para las masas. Es el cuarto poder el que se sitúa en el origen de un terrible fenómeno, la insensibilización absoluta del ser humano y su pérdida de capacidad para la empatía.
Cada día en los periódicos, en los telediarios, en la radio y en internet se produce un frenético carrusel de muertes, contagios, inundaciones, accidentes, incendios, terremotos y demás calamidades intercaladas con noticias más cándidas e inocentes como pueden ser las reacciones de los niños abriendo sus regalos de navidad o gente celebrando sus premios de la lotería (ni una palabra sobre los perdedores). La vida y la muerte, la verdad y la mentira, se superponen como si no tuviesen importancia o un valor intrínseco. Esta sucesión de informaciones, un ejercicio de la más completa frivolidad, sólo agrava esa sensación de anestesia e impotencia de quien recibe la información, quien es espectador de esa violencia sin sentido y respecto de la cual es imposible hacer o sentir nada. Es puro entretenimiento. Incluso lamentarse ha quedado fuera de lugar. De todas formas cuál sería el sentido de lamentarse cuando en el salto a la siguiente noticia o información que nos llegue habremos olvidado la anterior. Consumimos información como adictos, y los medios de comunicación son nuestros proveedores. Nos da igual el contenido de la noticia o de las imágenes que estemos viendo. A duras penas lo sometemos a algún tipo de evaluación crítica o ética, pero sí servirá para llevar conversaciones vacuas. Resulta trágico pensar que la información para los medios de comunicación pasa de moda, que es mercancía perecedera. ¿Quién tiene tiempo ahora para hablar de la crisis del ébola, de la crisis en Ucrania, del MH17, del MH370 o del soberanismo catalán pasada su temporada alta, si la gasolina está tan barata y la prima de riesgo en España tan baja? En cualquier caso, esas informaciones se repescarán cuando las otras ya estén muy vistas. Un bucle infinito.
Los medios de comunicación también son un indicador de cómo distribuimos los méritos en nuestra sociedad y qué valores la gobiernan. Algunos ejemplos delirantes son los de Teresa Romero, más conocida por haber sido una infectada de ébola que por su labor como enfermera voluntaria y abnegada, y el pequeño Nicolás. Dos personajes en el top 10 de personajes mediáticos que han sido la fuente de auténticos ríos de tinta y horas de conexiones en directo. Aunque sus méritos para gozar de renombre son cuestionables, su idoneidad para los memes es prácticamente inagotable. Pablo Iglesias comparte ese último rasgo. Hasta Excalibur saltó a la fama y logró movilizar a personas dispuestas a arrojarse contra furgones policiales, rompiéndose la cabeza, y enfrentarse a agentes para evitar su fatal destino amparado judicialmente, por no hablar de las campañas iniciadas en change.org y los espacios en Facebook, Twitter, Tumblr, Badoo, Menéame, Youtube y Google+ con tal propósito. Todo ello con moderado éxito, lo que me recuerda un poco a los hitos de la protesta desde el sofá. En cualquier caso, agotado el filón Excalibur, la gente se lanzaría a otra causa. Furgones policiales hay de sobra.
El pequeño Nicolás protagonizó su propia versión de la película Atrápame si puedes, poniendo en evidencia a los círculos de la política y siendo una mina para los medios de comunicación. Sin duda, será un verdadero caballo ganador en la sempiterna conquista por el share y la presencia en Internet en cuanto inicie su periplo judicial. Por lo pronto, la gente sólo espera encontrárselo para sacarse una selfie con él. Vivimos en una sociedad del espectáculo, pero también del absurdo y el ridículo donde no se sabe quiénes son los Premios Nobel de Física, Química y Economía de este año, pero se adora a la cerdita Priscila.
Volando por debajo del radar mediático se encuentran las personas que, en palabras de la revista Time, “para bien o para mal, más han hecho para influir en los eventos del año”, o, al menos, lo han intentado. Funámbulos que mantienen el equilibrio sobre la cuerda de la realidad sin red de seguridad que evite que caigan en el olvido. Auténticos rostros desconocidos cuyos méritos permanecen y permanecerán sin recompensa, ni reconocimiento. Mujeres y hombres, pero no viceversa, que nos cuentan una historia de enorme valor humano que, a pesar de su magnitud, no trasciende y es engullida por las olas de una marea informativa sin precedentes.
Es el momento de llevar este razonamiento hasta sus últimas consecuencias. Si hemos concluido que son los medios de comunicación el vehículo a través del cual conocemos la realidad del mundo, que son los responsables de transmitir la historia y sus protagonistas y de seleccionar los méritos y los valores, debemos hacernos una pregunta inocente cuyo alcance tiene unas implicaciones de una notable trascendencia. ¿Definen los medios de comunicación no sólo una forma de ver la realidad, sino que también definen una forma de entender la vida, consolidando una cultura única, una vía única? Para mí, subiendo al último escalón de la argumentación, el debate sobre los medios de comunicación es un debate sobre la libertad del ser humano, su identidad y su autonomía. Los medios manipulan la información y nos bombardean con ella para empujarnos a vivir nuestras vidas conforme a unos valores y no otros, cerrando nuestras comunidades y creando una dicotomía entre lo que somos nosotros y lo que son los demás. Si es el imitar una cualidad humana, una manifestación de la actividad de las neuronas espejo, cómo saber si nuestras acciones son un comportamiento genuinamente nuestro y no una reacción subconsciente a la información como fenómeno fractal a la que hemos estado expuestos desde nuestra más tierna infancia, momento vital que no está caracterizado por el libre juicio y la sana crítica. Son ideas fuertemente ancladas en nuestra consciencia que pueden no llegar a ser nunca objeto de revisión y hacer que nos comportemos como autómatas en una cultura centralizada donde lo que se persigue es la sincronización de todas las voluntades y reducir al mínimo la infinidad de la vida. En ese caso, hasta podríamos cuestionarnos nuestra propia identidad admitiendo que es posible que lo que pensamos y lo que hacemos no es producto de una elección voluntaria y personal. ¿Es la información, entonces, una expresión del poder? ¿Es un obstáculo para la emancipación del ser humano y para su huída de la minoría de edad? ¿Es aquí donde se encuentra uno de los orígenes de esta sociedad falsamente construida y de un individualismo desdibujado? ¿Es ésta la razón de nuestra obediencia al sistema? La respuesta a todas las preguntas planteadas debe ser afirmativa. No cabe duda de que la fuerza de las ideas ata con más fuerza que unas cadenas de hierro. La violencia física como forma de imponer la obediencia ha quedado desfasada y resulta hasta innecesaria tras haber sido sustituida por una forma más eficiente, eficaz y económica, pero que denota la misma falta de humanidad al convertirnos a nivel individual y de forma industrial en un instrumento del poder, que ha encontrado en nosotros el medio perfecto para expresarse. La única incógnita es si los medios de comunicación operan conjuntamente y de forma coordinada para lograr este propósito, hay una mano invisible que guía este proceso o la convergencia que se produce es espontánea e inevitable.
En última instancia, es nuestro deber preguntarnos qué realidad nos llega y qué verdad inventada nos intentan transmitir desde los medios de comunicación. Al fin y al cabo, entre sus funciones se encuentra la manipulación de la opinión pública, una expresión de la corrupción de la información, muy habitual en la actividad política. Evitaré entrar en detalles sobre las promesas electorales, la autoría de los atentados del 11M, aquellos hilitos de plastilina que salían del Prestige o el año de la recuperación económica. Aunque tampoco se debería olvidar su uso como arma de guerra, en el que el Estado Islámico ha demostrado ser todo un especialista.
Entonces, si la realidad es un fenómeno omnipresente, caleidoscópico e inabarcable que huye de nuestra fantasía y de nuestra comprensión, y que se filtra como el agua entre los dedos de nuestra cognición humana, debemos preguntarnos qué tiene de válida y verdadera la construcción artificial, aquella imagen distorsionada y fragmentada que nos enseñan los medios de comunicación, obsesionados por cazar la noticia del siglo o tomar la siguiente foto del año con vistas a enriquecerse, consagrar su prestigio o cualquier otro interés egoísta. Afirmo todo esto siendo consciente de que esta revista también entra en la categoría de medio de comunicación y que también se dedica a la elaboración y difusión de información, siendo consciente de que probablemente tampoco escape del esquema esbozado.
En cualquier caso, ésta es la selección propuesta, un top 10 de personajes no tan mediáticos con el que pretendemos poner de relieve quiénes han sido olvidados o no han recibido todo el reconocimiento que se merecían por los medios y que debe servir para pensar en todos aquellos desconocidos, desde el más humilde al más poderoso, que se encuentran fuera de esta lista, pero que podrían estar perfectamente en ella por sus méritos o su influencia. Por esta razón, animamos a los lectores a colaborar con esta revista publicando en la sección de comentarios los nombres de aquellos que, a su juicio, hubiesen merecido estar en este espacio.
Estela de Carlotto
Estela de Carlotto es la presidenta de las ”Abuelas de Plaza de Mayo”, una asociación argentina creada en 1977 por las madres de las centenares de personas secuestradas y desaparecidas durante la etapa de la dictadura militar que se dio entre 1976 y 1983. El principal objetivo de esta organización era, y sigue siendo en la actualidad, encontrar y restituir a sus familias legítimas a todos aquellos descendientes de los desaparecidos, torturados y asesinados en el avergonzantemente llamado ”Proceso de Reorganización Nacional”. Una de las formas de terrorismo de Estado utilizada por los militares era la entrega, a familias afines al régimen, de los niños pertenecientes a las mujeres desaparecidas y detenidas que se encontraban embarazadas. Así nace esta organización, condecorada internacionalmente por su labor y activisimo, y que lleva reuniéndose en la pintoresca Plaza de Mayo bonaerense cada jueves desde 1977 hasta el día de hoy. Esta aparición en el Top-10 es un reconocimiento a la cara más visible de dicha organización, Estela de Carlotto, que en este año 2014, y tras más de 36 años de incansable búsqueda, ha conseguido encontrarse con su nieto, Guido Montoya, descendiente de la hija de Estela, la cual fue fusilada cruelmente en 1978 por su cercanía al peronismo. Un ejemplo de lucha, constancia y esperanza para los días que hoy corren, y un más que merecido reconocimiento para esta asociación que lleva encontrados a 116 nietos durante sus más de 37 años de historia.
Daniel Maree
A sus 26 años, Daniel Maree se ha convertido en uno de los activistas más importantes en contra de la discriminación racial en EE.UU. Daniel fundó la iniciativa Million Hoodies Movement for Justice a raíz del asesinato en 2012 del adolescente Trayvon Martin en Florida. Lo que comenzó siendo como una iniciativa concreta para protestar contra dicho asesinato racial, que consiguió recoger más de 2 millones de firmas en Change.org pidiendo la imputación por asesinato de George Zimmerman, se transformó posteriormente en una iniciativa a nivel nacional en todo EE.UU. que aboga por la igualdad racial. Con más de 50.000 miembros, Million Hoodies Movement for Justice, recauda fondos destinados a las familias de jóvenes víctimas de la violencia racial, realiza múltiples acciones de concienciación social y empoderamiento de jóvenes afroamericanos, y lleva a cabo un seguimiento de incidentes raciales en la ciudad de Nueva York. Aunque ya en 2013 obtuvo la mayoría de sus reconocimientos, en un 2014 marcado por las protestas contra la discriminación racial en Ferguson (Misouri) tras el asesinato de Michael Brown en agosto, Daniel Maree es sin duda una de las principales cabezas visibles del movimiento contra la discriminación racial en EE.UU., apareciendo en múltiples medios de comunicación y contribuyendo decisivamente al cambio desde la sociedad civil.
Personal sanitario en las zonas afectadas por el ébola
El año 2014 ha quedado marcado para el recuerdo como el año del ébola. El brote de este virus comenzó en Guinea a finales de 2013 y se extendió con rapidez el año pasado a los países vecinos de Sierra Leona y, con especial virulencia, a Liberia. Pese a que la letalidad de la cepa ha sido muy inferior a la registrada en otros brotes de ébola (en torno a un 50% frente a más de un 90% respectivamente), jamás se había producido un brote en zonas urbanas y las cifras dan testimonio del horror vivido: sin que se haya logrado controlar a día de hoy, se han contagiado 19.563 personas y provocando la muerte a 7.637, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
El contagio de Teresa Romero puso en alerta a los países del primer mundo pero, antes de ella, la población de diversos países africanos y de voluntarios sobre el terreno ya había sufrido la virulencia de esta enfermedad contagiosa durante meses. Los medios de comunicación cubrieron los casos de los misioneros españoles repatriados centrándose en el hecho de que fueran religiosos, dejando de lado el hecho de que eran un enfermero y un médico que se estaban jugando la vida por salvar a otros. Del mismo modo, una cantidad ingente de personal sanitario se ha desplazado a la zona y lo continúa haciendo, a pesar de que ya ha quedado claramente demostrado el riesgo que se corre al rodearse de estos enfermos. Tristemente, la crisis ha servido para poner en evidencia a la comunidad internacional. Sólo tras el contagio de occidentales se produjo una cobertura mediática de magnitud y una respuesta sobre el terreno contundente aunque esta intervención ha sido tardía, desestructurada y, en muchos casos, insuficiente.
También podemos destacar la valentía y la esperanza de la población a pesar de las condiciones adversas. Un símbolo para continuar luchando contra el virus ha sido Mamadee, un niño de 11 años que logró curarse y lo celebró regalando un baile a los enfermos del hospital en el que fue tratado. Él es la prueba de que el ébola se puede curar y que el compromiso internacional es necesario para su erradicación.
Thomas Piketty
Este economista francés ha alcanzado renombre mundial con la publicación de su libro “El Capital en el Siglo XXI”, del que se han vendido más de un millón de ejemplares.
Piketty analiza en él la evolución y las causas de la desigualdad apoyándose en una ingente labor investigadora que abarca doscientos años y más de veinte países. Su principal argumento es que la desigualdad aumenta siempre que la tasa de crecimiento de las rentas del capital supera a la del crecimiento de la economía, lo expresa en una sencilla inecuación: r>g. Desmonta el mito de la meritocracia, denuncia que la tendencia hacia las concentraciones extremas de renta y riqueza amenaza la democracia y la propia economía de mercado, y lo más relevante, defiende que dicha tendencia no se debe a inexorables leyes de la economía sino a la política económica aplicada en tres décadas, en especial a la reducción de la fiscalidad progresiva. Piketty no se queda ahí, propone medidas que transformen esa realidad, aunque algunas de ellas dependan de la inusual cooperación de los gobiernos a nivel mundial.
La obra provocó una gran agitación en el establishment conservador, pero como él mismo dice, si su libro inquieta es porque no tiene perfil de militante de extrema izquierda, sino el de un científico social.
Recientemente rechazó la más alta distinción de su país después de distanciarse del gobierno de Hollande por sus políticas de austeridad. Veremos si el foco que se ha puesto en él se traduce en decisiones políticas que plasmen sus propuestas, como la de avanzar hacia una mayor integración europea que supere la coja unión monetaria.
Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi
Ambos activistas compartieron el premio Nobel de la Paz este año. Por un lado, Malala, de 17 años, es la cara más conocida de los 66 millones de niñas en el mundo a las que, en 2014, aún se niega el acceso a la educación. Como dijo en la ceremonia de entrega, “Cuento mi historia no porque sea única, sino porque no lo es”. En el año 2012, Malala sufrió un intento de asesinato a manos de los talibanes en Pakistán, su país natal, por su activismo. Ella salió adelante, y lo hizo con un convencimiento reforzado de que su esfuerzo debía continuar. Por otro lado, Kailash Satyarthi, de 60 años, lleva toda una vida dedicado a la lucha contra la esclavitud infantil, el trabajo forzado y la trata de niños. Entre sus logros están la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, el rescate de más de 80.000 niños, sobre todo en el sur de Asia, de las manos de grandes industrias que los explotaban, la creación de un centro de educación para estos niños, o la presión al parlamento Indio para que el derecho a la educación se incluyera en la Constitución. Por su valentía y su dedicación, ambos activistas merecían un lugar en nuestro TOP 10 como personajes del año.
Joshua Wong
Con 18 años recién cumplidos, este joven hongkonés se convirtió el pasado otoño en uno de los líderes de la llamada “revolución de los paraguas” en Hong Kong. Estas protestas, fundamentalmente constituida por estudiantes, se movilizaron contra la reforma planteada desde Pekín para la elección del gobierno de la antigua colonia británica, que hoy tiene un estatus particular aunque forma parte de China. Sin embargo, la carrera como activista de Joshua Wong viene ya de lejos, pues ya en 2012 fue de los primeros miembros de la organización Scholarism, que surgió en oposición al nuevo currículum educativo impuesto desde Pekín. Las protestas de este año tenían un objetivo más general: mantener el sistema de elección directa de los gobernantes de Hong Kong por parte de sus ciudadanos, sin injerencias de la potencia comunista. Para ello los estudiantes recurrieron a métodos no violentos de protesta y de desobediencia civil, que dejaron en evidencia los métodos represivos de las fuerzas de seguridad. Aunque es un desconocido en España, su labor no ha pasado desapercibida internacionalmente, y ha sido nombrado como uno de los ‘Adolescentes más influyentes de 2014’ y considerado en la elección a ‘Personaje más influyente del año’ por la revista Time. Esperamos seguir recibiendo noticias sobre este joven activista en el futuro, pues ello significará que aún hay esperanzas para el futuro de la democracia en Hong Kong y en China en general. Estaremos atentos.
Pete Frates
Quizás el nombre de este exjugador de béisbol no nos diga nada. Sin embargo, él y su amigo Pat Quinn son los promotores del ice bucket challenge, el famoso reto del cubo de agua helada que ha estado tan de moda este verano. Ambos, diagnosticados con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), lanzaron una campaña destinada a conseguir fondos para la investigación de esta enfermedad degenerativa, que provoca la pérdida de las capacidades motoras de quien la padece mientras se mantienen intactas sus capacidades mentales.
La campaña se volvió rápidamente viral gracias a la sencillez del reto y a los famosos que se fueron sumando a la causa. Muchos de ellos han subido vídeos arrojándose un cubo sobre sus espaldas, imitando la sensación que sienten los enfermos de ELA al enterarse de su diagnóstico.
Frates ha logrado que, con un refrescante reto veraniego, muchas personas hayan tenido conocimiento sobre esta enfermedad neuromuscular, así como numerosas donaciones para la causa que han resultado en una recaudación récord para las asociaciones de enfermos de ELA en todo el mundo.
Khalida Brohi
Sughar es un término que en Paquistán significa mujer con talento y confianza en sí misma, y desde 2009 también es el nombre de la organización con fines sociales fundada por Khalida Brohi. Su filosofía es que toda mujer posee esas cualidades, tan sólo necesita una educación para tener así oportunidades y recursos para desarrollar su potencial y convertirse en emprendedora. Con tan sólo 16 años Khalida fue testigo del asesinato ‘por honor’ de una amiga que desafió las costumbres de su país para casarse con el hombre al que quería en vez de con el hombre que su familia eligió para ella. Esta terrible experiencia la inspiró para crear su fundación y comenzar a trabajar en favor de las mujeres de las zonas rurales de Paquistán. En el año 2014, y con tan sólo 24 años, Khalida Brohi se ha consolidado como una activista por los derechos de las mujeres a nivel mundial. Ha sido premiada con el “Woman of Impact Award” de la Fundación Women in the World y con el “Women Excellence Award” por el Gobierno de su país, y ha sido incluida en la lista de los 30 emprendedores menores de 30 años reconocidos por la revista Forbes.
Emma Sulkowicz
Quizá este nombre no dice mucho a la mayoría pero Emma Sulkowicz, estudiante de bellas artes, ha logrado estar en la mente de todos los que viven con ella en el campus de la universidad americana de Columbia. Sulkowicz afirma haber sido violada por uno de sus compañeros de ese mismo campus en 2012. Conoció a otras dos chicas que decían haber sido violadas por el mismo chico y decidió que había que hacer algo: denunciaron. En sede judicial, el chico fue absuelto, y la administración de la Universidad no tomó ninguna medida. La cosa podría haber quedado ahí, pero esta joven decidió que era hora de terminar con las violaciones que se producían en los campus estadounidenses y que las universidades tapaban en aras de proteger su prestigio y reputación. Utilizando su trabajo de fin de carrera como excusa, comenzó una performance a la que tituló Carry That Weight. Comenzó a llevar su colchón consigo allá donde iba, simbolizando la carga que las mujeres que han sido víctimas de abusos sexuales deben llevar a cuestas, muchas veces en silencio, ante la mirada impasible de las instituciones. Mitad protesta mitad performance, Sulkowicz ha logrado un gran impacto con su acción, y multitud de estudiantes, en otros campus aunque también en Columbia, se han animado a contar su propia historia de abusos sexuales. Poco a poco va logrando lo que perseguía: que estos casos no se silencien y que las víctimas hablen, pues como ella misma ha comprobado es muy difícil llevar una carga tan pesada uno solo y a todas partes.
Colita
Colita es el nombre artístico de Isabel Steva, fotógrafa española nacida en Barcelona. Su trabajo siempre estuvo ligado a los círculos más progresistas y a las corrientes artísticas alternativas al franquismo. A lo largo de su extensa carrera profesional ha realizado más de 40 exposiciones y publicado más de 30 libros de fotografía. Destaca, por un lado, la originalidad y calidad de sus retratos, y por otro, su esfuerzo por reflejar la realidad social y cultural de Cataluña a través de sus obras. En el año 2014 el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte le concedió el Premio Nacional de Fotografía a sus 74 años. Sin embargo, Colita rechazó el premio y los 30.000€ que conlleva a través de una carta en la que aseguraba lo siguiente: "La situación de la cultura y la educación en España, cómo expresarlo, es de pena, vergüenza y dolor de corazón. No es posible que exista dicho ministerio. Es una quimera. Habrá que esperar con ilusión, otros tiempos, otras gentes, otros gobiernos, que nos devuelvan a nosotros el orgullo y a ellos el honor.”