J. Caballero. "Israel-Palestina. El statu quo frente a la solución de dos Estados." Parte
Jaime Caballero Mendizabal
PARTE II: El statu quo: cómo beneficia a los dos bandos
En la primera entrega se miró a Occidente y a Oriente Medio para intentar ver su implicación en el conflicto. Ahora es el turno de los dos actores principales: Israel y Palestina, ¿cuál es el statu quo, y cómo beneficia a los dos bandos?
ISRAEL
La sociedad israelí está articulada por árabes y grupos judíos diferenciados por etnias, idiomas y tradiciones: Askenazhim, Sefaradim, Mishrahim, judíos etíopes, etc… y por distintos posicionamientos ante la religión, desde el secularismo más exacerbado al radicalismo ultraortodoxo. Es una de las entidades más complejas de occidente siendo a la vez la más exclusiva y excluyente debido a su esencia judía, sus tradiciones y su sufrida historia, antigua y moderna. Esta afirmación parece contradecirse, pero esa es la belleza de este país, nada es solo lo que parece, y nada es solo lo que debería ser. La historia de Israel es la historia de la lucha por la supervivencia, frente a los vecinos amenazadores, y frente a sus propios valores. En semejante contexto las luces y las sombras son dos caras de una misma moneda, y así lo demuestran sus figuras más históricas, David Ben Gurion, Menachem Begin, Yitzhak Rabin, o Ariel Sharon, por nombrar solo algunos muy conocidos. Personajes capaces de dar lo peor y lo mejor de sí mismos según las circunstancias. Toda esta complejidad social se ha ido articulando en torno al conflicto con los Árabes. La gestión de esta realidad social y regional es probablemente uno de los procesos más difíciles a los que se ha enfrentado un estado y se ha materializado en una pléyade de intereses y partidos que hacen del gobierno de Israel una epopeya, con constantes coaliciones enormes e irreverentes que difícilmente logran durar más de dos años.
Izquierda: Playa de Tel Aviv, imagen de la sociedad secular y liberal de Israel. Fuente: newslocker.com
Derecha: Familias Hasidicas ( Judíos ultra ortodoxos ) en Jerusalén Este. Fuente: Jaime Caballero Mendizabal
A la sombra del Holocausto una pequeña sociedad cimentada en los experimentos de socialismo utópico askenazí logró derrotar al imperio británico y hacerse con un reconocimiento y una dignidad que llevaban dos mil años añorando, y por la que había sufrido cada generación desde que los romanos arrasaran el segundo templo y comenzara la diáspora. Hoy su herencia es Tel Aviv, una ciudad vibrante y orgullosa, joven, y vigorosa, corrupta y decadente, donde el coste de la vida es inasumible para muchos, y las torres vacías de apartamentos de lujo florecen como una segunda Benidorm. Pero también es Jerusalén, Ashkelon, Sderot… zonas conservadoras y religiosas. Los intereses de Israel ya no son los de Tel Aviv, esto ha quedado muy claro en las últimas elecciones. La población conservadora que mira a Jerusalén y no a las playas, tendente al racismo, que compra el discurso del miedo y aborrece el hipsterismo neosocialista de los telavivenses es mayoría y hace oídos sordos a partidos progresistas que les hablan de justicia social e igualdad. Israel tiene una posición de poder en el statu quo y Netanyahu lo sabe, por eso lo defiende con el mayor cinismo del que es capaz.
Sin embargo, la situación actual escora cada vez más hacia el radicalismo, hacia un precipicio donde Israel dejaría de ser una sociedad democrática y pasaría a convertirse en un Estado racista que instaurase un sistema segregacionista[1]. Netanyahu al igual que Sharon puede resultar el político que necesita Israel, el que contenga a los radicales, siempre y cuando sus concesiones al partido ultraderechista y pro-asentamientos de Naftali Bennett no sean irreversibles. Poner a la radical Ayelet Shaked de Ministra de Justicia es poner al poder judicial, hasta ahora el gran valedor del Estado de Derecho y la democracia tolerante con las minorías, en la cuerda floja. Esperemos que Bibi[2] consiga que este nuevo gobierno logre ser estéril en cuestiones relevantes de seguridad y sociedad.
PALESTINA
Lo primero es aclarar que cuando hablo de Palestina me refiero a Cisjordania. En lo que compete a este artículo quiero dejar claro que considero a Gaza un territorio que, tras la valiente y útil[3] retirada israelí llevada a cabo por Ariel Sharon en 2005, está gobernado con ferocidad por una banda de terroristas nihilistas capaces de sacrificar a niños inocentes usándolos como escudos humanos. Los gazatíes necesitan la paz para poder deshacerse de Hamás lo antes posible. Y aun reconociendo la dificultad de la situación política en Gaza con las tensiones de poder entre Hamás, Al Fatah, los Mártires de Al Aqsa y los distintos grupos salafistas, opino que un gobierno tiene ante todo el deber de proteger a sus ciudadanos, y Hamas no lo hace. Al contrario, los utiliza y los expone con la intención de obtener más poder.
Tras convivir con una minoría judía durante más de mil años, la emigración sionista inundó Palestina de judíos europeos. Varias guerras y revueltas anti-judías no impidieron que los árabes se vieran formando parte de un Estado israelí en 1948, y tras la Guerra de los Seis Días, Samaria y Judea (origen del pueblo judío) quedaron en el limbo de la legalidad como territorios ocupados pero sin derechos de ciudadanía como sus compatriotas del otro lado de la frontera del 48. Al perder las tres guerras que le declararon a Israel los Estados vecinos, los árabes de Cisjordania fueron abandonados y utilizados por sus hermanos del otro lado del Jordán durante décadas, sus pérdidas ignoradas, su dignidad pisoteada. Tras la guerra de 1967 Israel pretendió desvincularse en más de una ocasión, como en el caso del Plan Allon[4], pero Jordania se negó, condenando a los árabes de Palestina a vivir supeditados a las necesidades estratégicas de defensa de una administración militar israelí injusta. Con la intifada de 1987 esta situación cambia y se impone internacionalmente la idea de la identidad palestina que ya había dado señales de vida con las acciones de la OLP. Desde entonces los esfuerzos de los múltiples acuerdos (Camp David, Oslo…) y las acciones de ambos bandos han convertido a Palestina en un gran dependiente de la economía israelí.
Izquierda: Belén, Cisjordania, chalets y pisos nuevos de lujo junto al parking del control de peatones en el Checkpoint 300. Al fondo, el lado palestino del “Muro de la Vergüenza”. Fuente: Jaime Caballero Mendizabal. Derecha: Asentamiento de Homat Shemu’el- Har Homa en Jelusalén Este, en primer plano la ciudad de Belén. Fuente: Jaime Caballero Mendizabal.
Esta dependencia económica contradice la lucha moral que mantienen y sume a la Autoridad Nacional Palestina en un sistema de corrupción difícil de abandonar. Los ciudadanos palestinos de Hebrón, Jericó, Belén... dependen de la inversión israelí para poder alimentar a sus extensas familias (inversión que incluye los famosos asentamientos). Al Fatah necesita proporcionar empleos para que su poder no se debilite en favor de Hamás, cuyo discurso de odio y venganza no requiere proporcionar bienestar, sino que se nutre del sufrimiento. Para poder mantener el poder, la OLP ha de ceder en la creación de tejido económico israelí que es utilizado como una suerte de invasión territorial. Este sacrificio de tierra y dignidad les reporta beneficio en la arena internacional, y además Israel comete el error de seguir usando munición letal para gestionar Palestina.
En definitiva, todos ganan. Los palestinos tienen trabajo, la OLP mantiene el poder, fortalece su influencia internacional y se enriquece con los sobornos a sus funcionarios y acólitos. No menos importante es el hecho de que la moneda de Palestina es el Nuevo Shekel israelí, sostenido por la economía israelí. ¿Cuál sería el valor de una futura moneda palestina propia? Mientras tanto, Israel continúa expandiendo su burbuja inmobiliaria (por la experiencia española, sospechosa de no estar libre de todo tipo de corruptelas), con los asentamientos proporciona vivienda subvencionada a las clases bajas, recibe financiación de los sectores revisionistas del sionismo internacional como Sheldon Adelson, gana argumentos a favor de la seguridad, lo que le permite dedicar más fondos a la industria tecnológica militar clave para su PIB, y obtiene mano de obra barata en las explotaciones agrarias. Tan solo pierden un puñado de campesinos cisjordanos, gente que lleva explotando los mismos olivares, granados y naranjos durante centurias, y aquellos arrendatarios de las ciudades cuyos caseros palestinos deciden vender su propiedad a colonos judíos radicales que pagan más. Carne de cañón para ambos bandos. En cuanto al muro, solo invito al lector a que cruce a Palestina, por el paso de Belén, aquel que está en zona urbana, y reflexione cuando lo primero que vea al entrar en territorio de la OLP sean chalets de lujo recién construidos y parkings con Mercedes y BMW nuevos con matricula palestina. Este es el statu quo que existe entre Israel y Palestina, y por ello las negociaciones que buscan deshacer esa dependencia con la creación de Estados diferenciados fracasan.
Notas:
[1] De acuerdo con un artículo de 2012 del diario israelí Haaretz, existen encuestas que indican que la mayoría del pueblo israelí estaría a favor de imponer un Estado segregacionista entre judíos y árabes: Levy. G ( 23 - Octubre - 2012 ) Survey: Most Israeli Jews wouldn't give Palestinians vote if West Bank was annexed. Haaretz
[2] Apodo por el que se conoce a Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel.
[3] El fracaso de la retirada unilateral de los asentamientos en Gaza en favor de un intento de acercamiento a la solución de los dos Estados es también el mejor de los argumentos para mantener los asentamientos en Cisjordania, ya que niega el éxito de la desocupación de Cisjordania.
[4] Yigal Allon, Ministro de absorción de migración en 1967, Primer Ministro interino en 1969, y comandante del comando sur del Ejército hasta 1949. Planteó en 1967, inmediatamente después de la Guerra de los Seis Días, la entrega de la mayor parte del territorio ocupado habitado a Jordania reteniendo el control sobre el río Jordán y el Mar Muerto. El plan fue descartado tras el rechazo del rey Hussein I de Jordania.
Referencias: Artículos:
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- Rudoren. J (6 - 05 - 2015). Netanyahu Forms an Israeli Government, With Minutes to Spare. The New York Times. Desde: http://www.nytimes.com/2015/05/07/world/middleeast/netanyahu-israel-coalition-government.html - Rudoren. J (15- 05- 2015). Ayelet Shaked, Israel’s New Justice Minister, Shrugs Off Critics in Her Path. The New York Times. Desde: http://www.nytimes.com/2015/05/16/world/middleeast/ayelet-shaked-israels-new-justice-minister-shrugs-off-critics-in-her-path.html?smid=fb-nytimes&smtyp=cur&bicmp=AD&bicmlukp=WT.mc_id&bicmst=1409232722000&bicmet=1419773522000&_r=1 Libros: - Bastenier. M.A (2002). Israel-Palestina La casa de la guerra. Madrid, Santillana. - Bayoumi. M, Rubin. A (Edits) (2000) The Edward Said Reader. Toronto, Vintage. - Ben-Ami. S (1999). Israel, entre la guerra y la paz. Barcelona, Ediciones B - Gitlin.T, Leibovitz. L (2010). Chosen Peoples, America, Israel and the ordeals of divine election. Nueva York, Simon & Schuster. - Klatzmann. J (1981) Colección ELCANO la geografía y sus problemas: Israel. Barcelona, Ariel. - Lapierre. D, Collins. L (2008). Oh Jerusalén. Barcelona, booket (texto original: 1971) - Oren. M.B (2003). La Guerra de los Seis Días. Barcelona, Ariel. - Oz. A (2007) Una Historia de amor y oscuridad. Madrid, Siruela. - Said. E. W (2002) Orientalismo. Madrid, Debate. - Senor. D, Singer. S (2013) Start-Up Nation, La historia del milagro económico de Israel. Madrid, Nagrela Editores. - Uris. L (1973 ) Exodo. Barcelona, Circulo de Lectores (texto original :1958)