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ENTREVISTAS - Elena Valenciano: "Entorpeciendo el tránsito legal de refugiados, Europa está fin

Luis Galiano

Vera Sánchez Matute

Helena Zotes

Son las 11:00 de la mañana y Ágora tiene cita en el Parlamento Europeo para entrevistar a la presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos, Elena Valenciano. Es una mañana fría como tantas otras en Estrasburgo, pero el frío no impide que “el corazón democrático de Europa”, como suelen llamarlo, palpite y esté lleno de expectación. Hoy, 7 de octubre de 2015, el Parlamento vive un momento histórico. Felipe VI comparece en el Pleno de Estrasburgo por primera vez como Rey de España. Además, Angela Merkel y François Hollande participan de manera conjunta, 26 años después de que lo hicieran Helmut Kohl y François Mitterrand en 1989, cuando debatieron con los eurodiputados sobre el fin de la Guerra Fría.


El hito se produce con la intención de los dos representantes de estos grandes países europeos de avanzar en la integración para poder afrontar los retos a los que se enfrenta la UE: "El debate no es entre tener más o menos Europa, sino entre reafirmar la UE o sentenciar su fin", pronunció Hollande antes del encuentro. El conflicto sirio, la crisis de los refugiados y la integración comunitaria fueron los principales temas tratados ese día en Estrasburgo.


En medio del caos del Parlamento, esa mañana, en un pequeño bar y rodeados de distintos eurodiputados de todas las ideologías, nos reunimos con Elena Valenciano, diputada del Parlamento Europeo por el Partido Socialista Obrero Español.


Elena Valenciano (Madrid, 1960) fue una alumna aplicada del Liceo Francés, más tarde cursó estudios en Derecho y Ciencias Políticas. Es afiliada desde 1975 a las Juventudes Socialistas de España y desde 1978 al PSOE. Valenciano puso el pie por primera vez en Ferraz, la sede nacional del partido, para encargarse de su centralita telefónica a comienzo de la década de los ochenta, y desde entonces no ha hecho otra cosa que trabajar en esta organización, tanto desde el ámbito nacional como internacional. En 1997 formó parte del reducido grupo de voluntarios que acompañó a Josep Borrell en su victoriosa campaña en las primarias del PSOE para la candidatura a las Elecciones Generales. Quizás fue la influencia de Borrell lo que le hizo que no dejase nunca las instituciones europeas de lado. En abril de 2008 fue elegida diputada por Madrid al Congreso de los Diputados, donde ostentó el cargo de portavoz de la Comisión de Asuntos Exteriores. En la actualidad, también es directora del Comité Electoral del PSOE, Secretaria del Área de Política Internacional y Cooperación y miembro del Comité Federal.


Entre el 2012 y el 2014 fue vicesecretaria general del PSOE, tras la victoria de Alfredo Pérez Rubalcaba. Fue la candidata número 1 del PSOE en las Elecciones Europeas de 2014, después de que el 15 de marzo el Comité Federal del PSOE ratificara su lista electoral.


Defensora a ultranza de los derechos de las mujeres, fue coordinadora Nacional del Lobby Europeo de Mujeres (1992-1994), vocal del Movimiento Europeo (desde 2004), fundadora y primera presidenta de la Asociación Mujeres Jóvenes (1984-1990) y, desde 1999, presidenta de la Fundación Mujeres.


Los mismos temas que ocuparían la comparecencia de Merkel y Hollande por la tarde en la Eurocámara, Ágora quería tratarlos con esta convencida defensora de los derechos humanos, una mujer que va y viene de los campos de refugiados para ver de cerca la realidad a la que Europa se tiene que enfrentar.


Muy amable, sacó tiempo para nosotros antes del discurso del nuevo Rey de España y respondió a nuestras preguntas sobre un tema tan dramático como actual. Sin dudar, y con las ideas muy claras, se hizo eco con sus palabras del terrible momento que está viviendo Europa: la crisis de los refugiados o, lamentablemente, la crisis humanitaria.



PREGUNTA: ¿Cuál ha sido el detonante para que la UE se plantee la cuestión de los refugiados como una realidad? ACNUR y otras organizaciones humanitarias ya habían avisado de esta crisis humanitaria, ¿por qué no se hizo nada cuando comenzó la guerra en Libia y Siria en 2011?


RESPUESTA: Desgraciadamente, la sensibilización se ha producido a través de los medios de comunicación. La sensibilización ha llegado a la sociedad y ésta ha presionado a los políticos. Aún así, y a pesar de la sensibilización social y política, se ha hecho muy poco. Pero, efectivamente, los que trabajamos en esto llevamos mucho tiempo advirtiendo que se trataba de una bomba que iba a estallar.



P: La crisis de los refugiados ha puesto de manifiesto la dificultad de la UE para adoptar una posición exterior común desde la que enfrentar el problema. ¿Cómo considera que puede facilitarse la toma de decisiones comunes de urgencia en la UE? En su opinión, ¿Han prevalecido los intereses nacionales por encima de los comunitarios durante esta crisis?


R: Los intereses nacionales han prevalecido durante esta crisis y durante la anterior. El problema es que llevamos mucho tiempo, y la crisis económica acabó de consagrar este sistema, tomando las decisiones sólo en el espacio del Consejo, es decir de los Gobiernos, sin equilibrar, como debería ser, y como es el método comunitario, con las instituciones que son más europeas, esto es, la Comisión y el Parlamento.


Entonces, se ha producido una deriva según la cual todas las decisiones se tomaban en el Consejo, y al final, la primacía de Alemania ha sido absoluta. Ese método, que también hemos denunciado desde hace mucho tiempo, se ha ido consolidando y ahora mismo es el Consejo el que toma las decisiones casi en solitario, lo que hace que los intereses nacionales estén mucho más presentes. Efectivamente, yo creo que sí han prevalecido los intereses nacionales, y creo que eso es así desde hace ya mucho tiempo, lo que pasa es que cuando hay una crisis se nota más.


P: Hay otro factor detrás del drama: el fenómeno de los traficantes de personas. Por ejemplo, Abdala Kurdi, el padre de Aylán, había pagado 4.000 euros a un traficante para cruzar, junto a su mujer y dos hijos, en un bote de Turquía a Grecia, en condiciones precarias. En realidad, los que son capaces de pagar la extorsión son los más adinerados y de clases más altas. ¿Qué sucede con los que se quedan allí porque no pueden pagar la extorsión continua que se produce durante todo el trayecto hasta Europa? ¿Usted no considera que Siria puede acabar siendo un país fallido si se sigue fomentando la salida de refugiados, pues se está descapitalizando profesionalmente al país?


R: Sí, completamente. De hecho, en este momento, ya es un país fallido y descapitalizado. Veremos si acaba la guerra, cosa que no parece muy próxima, y la gente puede volver, que es lo que realmente quiere. Pero, efectivamente, en este momento ya lo es.


Con respecto al tráfico de seres humanos, esa es una de las cuestiones que me resultan más insoportables, el hecho de no facilitar tránsitos legales a personas que están en una situación legal para salir del país y para ser acogidas como refugiados. Hay cientos de miles de personas que tienen derecho al asilo, que están en una situación perfectamente regular, que además tienen recursos para vivir en el país de acogida, a los que no se les da el acceso, ni siquiera en los consulados de los países de acogida.


Efectivamente, no solamente se está haciendo una criba social, porque entre los refugiados también hay clases sociales, sino que estamos financiando a las mafias de manera brutal. Ese problema tiene dos caras.


"Ahora mismo es el Consejo el que toma las decisiones casi en solitario, lo que hace que los intereses nacionales estén mucho más presentes"


El primero, que solamente pueden pagar los más ricos, aunque también hay algunos que no son tan ricos que se endeudan enormemente, por ejemplo, cuando se endeuda toda una familia para que salga uno. Pero es verdad que los que más facilidad tienen son los que tienen más recursos, y, por cierto, en Líbano hay bastante gente con recursos.


El segundo, es que, además, todo ese dinero, en vez de ser utilizado para mejorar las condiciones de los refugiados, está entregándose a las mafias, que en este momento son las que se están enriqueciendo más con este negocio, hasta el punto de que, muchas veces, gente que no pensaba salir, sale. La eclosión de las mafias es de tal calibre que existe una oferta permanente. Las mafias, pues, generan a su vez movimiento, no solamente al revés: la oferta permanente de las mafias está incrementando en buena medida la demanda.


Los grandes campos de refugiados que he visitado últimamente, por ejemplo, el de Zaatari, en Jordania, es una cosa increíble. Allí viven 82.000 personas en un pedregal y nace un niño cada tres horas. En ese campo hay jóvenes que están ahí, que ayudan, que hacen trabajos voluntarios, etc. Pero si, de repente, alguien les dice “por 2.000 euros te pongo en Europa”, pues claro que se van a Europa, el problema es que esto sobreestimula la demanda.


Es decir, la falta de vías de acceso legal al asilo, por cierto a lo que estaríamos obligados según todas las leyes que hemos firmado, es lo que está espoleando el crecimiento de las mafias de extorsión, y lo está haciendo de una manera brutal.


P: Una parte importante de los refugiados parece dirigirse a Alemania, quizá porque perciben este país como un lugar de mayores oportunidades que los países de la frontera del este de la UE. ¿Hasta qué punto pone este hecho en duda la cohesión económica? ¿Estamos ante una Europa más desigual?


R: Sí, estamos en una Europa desigual y fracturada. La crisis económica puso de manifiesto muy claramente la fractura norte-sur, y la crisis de los refugiados está poniendo de manifiesto una crisis este-oeste. Porque es verdad que las situaciones de los países son distintas (mal hecho, pues se debería haber trabajado más en la cohesión económica y social), pero también porque el este está recibiendo una presión insoportable para ellos, ya que son países todavía muy frágiles, no solamente desde el punto de vista económico, si me apuras, también desde el punto de vista democrático.


Entonces, efectivamente, hay una Europa partida en varios trozos, en cuatro diría yo: nos encontramos ante una fractura norte-sur y una fractura este-oeste.



P: La policía danesa cerró una autopista y las conexiones ferroviarias con Alemania por el intenso tráfico de migrantes que intentan llegar hasta Suecia, uno de los países con una legislación más proclive a la concesión del asilo. El Gobierno de Copenhague asegura que la limitación de las entradas en el país responde a la necesidad de mantener la seguridad y registrar a los migrantes. ¿Considera que con este tipo de medidas se está amenazando a uno de los pilares de la UE: la libertad de movimientos en la zona Schengen? ¿Qué ha supuesto que Angela Merkel abra la frontera a los refugiados?


R: El problema es que está todo mal hecho desde el principio. Porque al no haber ordenado el flujo, ni cogido el toro por los cuernos en el momento del estallido, y por el contrario, haber dejado que masivamente se entrara por las fronteras europeas, pues ahora hay que volver a reordenarlo todo.


Si se hubieran hecho desde el principio centros de acogida en los puntos de origen (en Turquía y en Grecia), en las salidas, no pasaría lo que está ocurriendo. Entonces, si se hacen grandes centros allí, y desde ahí van distribuyendo e identificando a las personas, sabiendo quiénes son, qué saben hacer, dónde pueden ir, etc., ahora sería todo mucho más fácil. Pero como al principio se cerraron los ojos, se dejó que entrase la gente masivamente, ahora hay que volver a ordenar las fronteras.


"Todo ese dinero, en vez de ser utilizado para mejorar las condiciones de los refugiados, está entregándose a las mafias, que en este momento son las que se están enriqueciendo más con este negocio"

Un cierre de fronteras puntual no tiene ningún problema porque lo que realmente no es bueno para los refugiados es entrar de esa manera. Lo que no puede ser es que ese sea el sistema de ordenamiento y defensa de las migraciones. Se puede cerrar una frontera en un momento dado porque circustancialmente no se pueda dar cabida a la cantidad de gente que llega, ya que a todas esas personas hay que llevarlas a un sitio para que puedan comer, vestirse, y recibir atención médica, ya que muchas de ellas están enfermas. Entonces, hay que ordenarlo. Ordenar no es malo, a mi juicio, es bueno.


Pero hay que ver si, al final, lo que se pretende es aprovechar el caos para cerrarlo todo. ¿Por qué no hemos ordenado esto antes? ¿Por qué no hemos ido a Turquía a ordenar esto? Y pones gente, no solamente policías: también gente de asistencia civil, ONGs, la Cruz Roja, que eso lo saben hacer muy bien. Y entonces haces filas de gente y cada uno dice quién es, dónde está… Algunos han perdido a sus hijos en el camino. Todo eso es lo que habría que haber ordenado y, como no se ha hecho, ahora hay un caos en cada país. Hay países muy pequeños que no tienen la capacidad de que entren de repente allí medio millón de personas. Al estar mal hecho, ahora sufrimos ese tipo de problemas.


Además, puede estar en peligro la libertad de movimiento, no solamente por la crisis de los refugiados sino porque hay quien desea asociar esta crisis de los refugiados a un riesgo de la seguridad. Entonces, con la seguridad hemos topado. Nadie te dice que de un movimiento de personas tan grande no se cuele algún delincuente, es imposible controlarlo, pero no debemos olvidar que los terroristas peligrosos viajan en avión y con pasaporte, o los enviamos nosotros, los europeos, allí.



P: En un artículo publicado en El País el 3 de septiembre, usted calificaba la fotografía del niño sirio fallecido como “la foto del fracaso de Europa”. Esa imagen fue ampliamente difundida en las redes sociales, sensibilizando a la opinión pública sobre el tema. ¿Cree que las redes sociales están teniendo un papel de influencia sobre la toma de posición en Europa?


R: Sin duda. Yo creo que la traducción de un hecho políticosocial, como es la salida de personas buscando salvarse, no habría podido tener el impacto que ha tenido aquí y allí si no llegan a existir las redes sociales, porque los medios de comunicación tienen un impacto muchísimo más limitado y, además, tienen sus propios intereses. Pero, realmente, en las redes nos hemos podido comunicar los de aquel lado y los de aquí, se ha podido seguir casi minuto a minuto lo que estaba sucediendo. Por tanto, sí, las comunicaciones, en general, y las redes sociales, en particular, tienen un papel clave en todo lo que sea movimiento de personas, cambio social… un papel decisivo.


"La crisis económica puso de manifiesto muy claramente la fractura norte-sur, y la crisis de los refugiados está poniendo de manifiesto una crisis este-oeste"


Es verdad que, por volver a la foto, esa foto está muy bien hecha y ha sido muy fácil trasladarla, pero lo que habría que intentar es intervenir como Unión Europea antes de la foto. Hay otras fotos, que son los niños, centenares de millones de niños, en los campos de refugiados. El 57% de la población refugiada siria tiene menos de 18 años, el 57%. El 20% tiene menos de 5 años y como os decía, en Zaatari, campo que os recomiendo que miréis en la red, nace un niño cada tres horas. Todos esos, antes de la foto de la orilla, y están ahí para que se les ayude. Esto es lo que es tremendo: ¿Por qué no les ayudamos antes de la foto de la orilla? Yo os mando la foto ahora mismo de cómo están estos refugiados, y esos mismos son los que dentro de unos meses pueden tener un destino tan trágico como Aylan, porque ellos van a salir, sus padres se los van a llevar y se pueden ahogar, claro. Pero ahora están ahí y ahora podríamos ayudarles. Esto es el absurdo, la paradoja.


Esto no es tan fácil de comunicar en una red social porque es más sofisticado. ¿Cómo poner en relación la foto de los niños que están vivos hoy, y necesitan venir de manera legal, con la foto del niño de la playa turca? ¿Cómo darle la misma potencia? Parece que siempre tiene más potencia un muerto; es una cosa tremenda, pero es así. Estos niños, si no se les ayuda, también fallecerán en un porcentaje bastante alto.



P: ¿Cree que los partidos de corte xenófobo del Parlamento Europeo se han visto reforzados con esta crisis migratoria o, por el contrario, cree que han acallado sus voces?


R: No, ellos se refuerzan siempre. Todo movimiento de extranjeros que quiere venir a Europa, o que entra en Europa sin permiso, les refuerza. Cada vez que yo he puesto en Twitter una foto o un comentario durante este viaje que he hecho a Zaatari, del tipo “vergüenza Europea”, no sabéis la cantidad de gente que me contesta diciendo: “Hipócrita”, “¿Y tú cuántos te vas a llevar a tu casa? Millonaria, etc.”. Muchísima gente. Parece mentira, claro, y además lo dicen sin ningún recato.


Entonces, yo en algún momento he puesto: “Aquí, con el tema de los refugiados, te contestan con demagogia”, y entonces te vuelven a insultar. Éstos son los que no quieren que tú hables de refugiados. Luego, hay otros que directamente dicen: “¡Ocúpese primero de los españoles!”, “Mi hijo no tiene trabajo y a mí qué me viene a contar de un sirio que no sé qué…”. Es tremendo.


"Hay quien desea asociar esta crisis de los refugiados a un riesgo de la seguridad [...] No debemos olvidar que los terroristas peligrosos viajan en avión y con pasaporte, o los enviamos nosotros, los europeos, allí"

Yo creo que los partidos xenófobos siempre ven reforzada su posición cuando hay un movimiento de estas características. Hay mucha gente que sin pertenecer a ningún partido, de repente te dice unas cosas que dices: "pero qué xenofobia latente": “¿Por qué vamos a ayudarles a ellos? ¡Ayúdenos primero a nosotros!”. Y a los partidos políticos les da mucho miedo esto, les da muchísimo miedo la reacción, y eso explica también lo pacato que ha sido todo el mundo.



P: Su compañero, Ramón Jáuregui, hizo unas declaraciones sobre el Parlamento Europeo refiriéndose a éste como un “cementerio de elefantes”. ¿Realmente, usted cree que es un lugar donde acaban los políticos que no tienen más perspectivas de futuro en la política nacional?


R: No, no lo creo en absoluto. Creo que aquí hay muchísima gente muy activa, y a favor de los cambios, y que, desgraciadamente, en los medios nacionales no hacen mucho caso. Pero este es un Parlamento de gente muy activa, muchísimo más que los parlamentos nacionales.

En los parlamentos nacionales puedes pasarte años vegetando y no pasa nada. Y éste es un Parlamento en el que se nota quiénes son los diputados que trabajan y son activos y cuáles son más perezosos. A parte de que es un Parlamento que ofrece mucha autonomía al eurodiputado, no estás continuamente controlado por tu jefe de grupo, tú mismo tienes mucha independencia para trabajar activamente e intentar cambiar las cosas si quieres. Así que de cementerio de elefantes nada. Hombre, elefantes hay en todas partes, pero esto no es un cementerio de elefantes.



P: A día de hoy, ¿usted tiene más confianza en el papel del Parlamento Europeo que cuando puso el pie por primera vez aquí?


R: Sin duda alguna. El Parlamento Europeo ahora decide muchísimas más cosas que cuando yo vine por primera vez. En aquel momento era un lugar que podía impulsar la construcción europea y poco más, ahora tiene muchísima más responsabilidad. Este Parlamento toma ya muchas decisiones muy importantes, así que sí, lo veo muchísimo más útil y muchísimo más importante. Es una cámara muy europeísta, la más europeísta. A pesar de que este año han entrado, y a mí me sorprende bastante, ciento y pico diputados antieuropeos, pero el grueso de la gente que hay aquí es favorable a la Unión Europea.


"No creo en absoluto que el Parlamento Europeo sea un "cementerio de elefantes". Aquí hay muchísima gente muy activa, y a favor de los cambios, y que, desgraciadamente, en los medios nacionales no hacen mucho caso"



Concluída nuestra entrevista, la eurodiputada se marcha a escuchar al Rey Felipe VI, más tarde a Hollande y Merkel.


La sesión de hoy, aún siendo extraordinaria, se ha desarrollado con mucha normalidad. Los mensajes de unión y de cooperación por parte de Alemania, Francia y España eran de esperar. Hollande y Merkel han recordado que ningún horror puede sernos ajeno y que sólo una Europa unida y solidaria puede enfrentarse a problemas tan profundos y complejos como es la crisis de los refugiados.


La expectación al discurso del Rey era alta, se produce pocos días después de las elecciones catalanas, donde se pusieron más en cuestión que nunca las relaciones entre Cataluña y España. En su primer discurso pronunciado en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, Felipe VI ha querido despejar todas las incertidumbres. “Europa se ha construido sobre la voluntad de sumar y no de restar; de aunar y no dividir; de saber compartir y ser solidarios. Tengan pues, señorías, la seguridad de poder contar con una España leal y responsable hacia el proyecto europeo; con una España unida y orgullosa de su diversidad; con una España solidaria y respetuosa con el Estado de derecho”.


Como casi siempre, este tipo de actos suele tener cierto carácter polémico, y éste no ha sido la excepción. Cuatro representantes de Izquierda Unida y uno de la Izquierda Plural (ICV) han abandonado el hemiciclo cuando el Rey ha iniciado su discurso, protestando con banderas y carteles alusivos a la II República Española.

A las 17:00 de la tarde concluyen los discursos de Hollande y Merkel. El caos empieza a disiparse y la Cámara vuelve a sumirse en la relativa tranquilidad que tiene el Parlamento de Estrasburgo durante la semana. La noche empieza a caer, la jornada de hoy ha finalizado. Con discursos de unificación y algunos mensajes de protesta, una representación de lo que es la Europa del siglo XXI.

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