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ENTREVISTAS - Lola Sánchez: "La UE y sus multinacionales son las sanguijuelas del mundo"

Jesús Fernández Cano

Luis Galiano

Pablo Guerrero Jimenez

Vera Sánchez Matute

Helena Zotes

Una vez más, Ágora ha tenido la oportunidad de entrevistar a un europarlamentario, en esta ocasión a Lola Sánchez. La entrevistamos en Estrasburgo, antes de que el Front National arrasara en la 1ª vuelta de las elecciones regionales francesas, y en un momento en el que la política internacional está más caldeada que nunca. Es 25 de noviembre del 2015 y Bruselas, la capital europea, se encuentra “atrincherada” por riesgo inminente de atentado. Pero aún así, los eurodiputados van y vienen de Bruselas a Estrasburgo, intentando que este “estado de alerta” en el que se halla media Europa les afecte lo menos posible. Ellos tienen que seguir representando los intereses de los europeos aunque cada vez se encuentren con más y más medidas de seguridad y el espacio Schengen pueda quedar a veces comprometido.


Lola Sánchez ha trabajado como profesora interina de Formación Profesional en Murcia. También intentó ganarse la vida en el extranjero como profesora de español en países como Islandia, Escocia y Estados Unidos, pero su experiencia en el extranjero se saldó con un fracaso, debido a la gran cantidad de españoles que había emigrado con esos mismos planes de subsistencia, según cuenta la eurodiputada. Durante todo este tiempo, comenzó a tomar contacto con la política, su gran pasión, militó brevemente en el PSOE durante su etapa universitaria, se unió al Movimiento 15M participando en concentraciones y protestas y en 2011 formó parte de la candidatura por Murcia de Escaños en Blanco.


Actualmente Lola Sánchez es miembro en el Parlamento Europeo de la Comisión de Desarrollo, de la Delegación en la Comisión Parlamentaria Mixta UE-México y de la Delegación en la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana. Pero sin duda, entre sus principales funciones destaca su lucha contra el TTIP, que según ella “pretende dar un cheque en blanco a los grandes capitales, para aumentar sus beneficios, recortando aún más los derechos sociales y laborales a los consumidores y ciudadanos y poniendo en grave peligro el medioambiente y la seguridad alimentaria”.


Sobre su función en el Parlamento Europeo, el TTIP, el auge de Podemos en España y los resultados del 20D hemos hablado con Lola Sánchez en la cafetería del Parlamento Europeo de Estrasburgo. Una mujer que a pesar de comenzar con una carrera profesional en cierta manera nómada, ha conseguido llegar al Parlamento Europeo, pudiendo defender así los derechos sociales, políticos y económicos de los ciudadanos en un ámbito europeo e internacional.



PREGUNTA: Pese a ser licenciada en Ciencias Políticas, usted pasó de trabajar como camarera a ser eurodiputada en el Parlamento Europeo (PE). ¿Cómo fue ese cambio tan drástico? ¿Qué fue lo que le hizo entrar en política?


RESPUESTA: Cuando yo salí de la facultad estudié oposiciones para secundaria y estuve casi cuatro años trabajando de profesora de Formación profesional en un instituto de secundaria. Luego, con todos los recortes de los interinos me quedé sin plaza y allí empezó el periplo. En esas me fui a Islandia, ahí trabajé de profesora de español en un colegio y luego volví, trabajé de comercial en España; luego me fui a Escocia… La cuestión es que laboralmente ha sido cuesta abajo. Cada vez me costaba más encontrar trabajos dignos y al final, como mi zona es muy turística, acabé trabajando en la hostelería.


Cambiar de golpe a ser eurodiputada, pues imagínate, no me podía creer los privilegios que hay aquí dentro y lo lejos que quedan los temas que se tratan: la gente, el desempleo, la precariedad laboral, etc. De todo eso se habla con ligereza pero en realidad esta gente no sabe, no tiene ni idea de lo que hay en la calle.


“El TTIP no es solamente es una cuestión ideológica. Se puede ser liberal pero tener muy claro que la democracia no debe tocarse, ni la soberanía de los Estados, ni el derecho a votar”


Fue bastante duro acostumbrarme, por ejemplo, a entrar por una puerta distinta del resto de la gente, a recibir un trato distinto, a tener coche oficial, no cogerlo y que te pregunten por qué… La gente aquí dentro no entiende que no nos agarremos a esos privilegios, pero eso es lo que hace que sigamos con los pies en la tierra, porque si no al final llegas a creerte alguien especial. El sistema está hecho para eso, para que te creas alguien especial.


P: ¿Cuáles han sido las propuestas de Podemos para frenar el TTIP? ¿Se siente respaldado Podemos por otras fuerzas políticas en el PE en la defensa de los intereses de los ciudadanos europeos en materia comercial?

R: Sí, sí, desde el principio. De hecho, cuando entramos aquí, tuvimos que repartirnos las comisiones de trabajo y teníamos muy claro que alguien tenía que coger la Comisión de Comercio internacional porque es donde se trata el TTIP y otros tratados igual de dañinos.


¿Cuál es el problema? Que es muy complicado explicar a la gente lo que es el TTIP, lo ven como algo muy difícil de entender y muy espeso. Entonces, nuestra labor es explicarles en qué aspectos de su vida diaria, tan claros como ir al supermercado o comprar una medicina, les va afectar.


Aquí, dentro del Parlamento Europeo, somos muchísimos los partidos que estamos en contra del TTIP, lo que pasa es que el rodillo del grupo popular y del grupo socialdemócrata puede con todos los demás. Pero hay incluso diputados liberales y conservadores que tienen muchísimas dudas respecto al tratado, lo que quiere decir que no solamente es una cuestión ideológica. Se puede ser liberal pero tener muy claro que la democracia no debe tocarse, ni la soberanía de los Estados, de los parlamentos, ni el derecho a votar, porque puede llegar un día en el que vayamos a votar y no sirva de nada que haya un partido u otro en el gobierno porque no podrá hacer nada, tendrá las manos atadas con estos tratados.


Eso demuestra que el TTIP supera incluso una ideología respetable como puede ser la ideología liberal, es una construcción de las multinacionales.

P: ¿Qué errores se han cometido, en su opinión, por parte de los partidos anti-austeridad para que tras 5 años de políticas de recortes no hayan prosperado las alternativas a los partidos socialdemócratas y conservadores?


R: Bueno, yo creo que el error está en el discurso y en la forma de actuar de los partidos socialdemócratas, que son totalmente contrapuestos. Es decir, cuando tú oyes a un eurodiputado socialista o a un político socialista a nivel nacional, parece que están en contra de todo esto. Se quejan, se oponen a la austeridad y hablan mucho de defender los derechos laborales, etc. No obstante, luego cuando los ves votar aquí, es la otra cara de la moneda.


Yo creo que el error no está tanto en los partidos, que de verdad son anti-austeridad, sino en que ese discurso mentiroso y falso ha calado entre la gente, y hay muchos que siguen pensando todavía que los partidos socialdemócratas son los que siguen defendiendo los derechos de los de abajo. Y no es así, es lo que vemos aquí todos los días: votan igual que el Grupo Popular más del 80% de las veces.


P: De los cinco eurodiputados que entraron con su partido en 2014 usted es la única que queda en la institución. ¿No ayuda esto a consolidar la visión generalizada de las elecciones al Parlamento Europeo como elecciones de tercer o cuarto orden, al tratarse de una institución con la que los ciudadanos no se identifican y no consideran importante?

R: Sí, puede que sí, pero es que a nosotros nos pilló todo un poco de nuevas, ya que las europeas fueron las primeras elecciones a las que Podemos se pudo presentar. Pero está claro que aquí había gente que tenía la cabeza en su tierra. Siempre pongo el ejemplo de Teresa Rodríguez, cuyo trabajo durante años ha sido en Andalucía, con su gente. Si hubiesen sido las andaluzas antes que las europeas no creo que esto hubiera pasado. Al revés, es decir, se hubiesen presentado antes a las andaluzas y después a las europeas.


“Muchos siguen pensando que los partidos socialdemócratas defienden los derechos de los de abajo. Y no es así, lo que vemos aquí todos los días es que votan igual que el Grupo Popular más del 80% de las veces”


Creo que ya nos hemos estabilizado, hemos tenido todas las elecciones que se podían tener excepto las generales. Pero al menos para nosotros, esto no es un cementerio de elefantes. Es muy significativo que la gente crea que viene aquí a jubilarse, a no trabajar, pensando “ya he trabajado suficiente, así que me voy para Europa y si quiero trabajo y si no, no”. Nosotros lo hicimos al revés, fue la primera institución en la que entramos, y nos encontramos un mastodonte burocrático y legislativo, en la que tocamos muchísimas cuestiones, tengamos competencia en ellas o no.


También tenemos que tener en cuenta la atención que los medios prestan a la cuestión europea. Vemos cómo los ciudadanos de países como Alemania y Austria hacen presión y conocen la labor que los eurodiputados realizamos, como por ejemplo, si eres ponente de cierto informe o votas alguna resolución. Pero creo que no es una cosa tan sólo del Parlamento Europeo sino de toda la Unión Europea. En general, no se presta demasiada atención a lo que se hace en el Parlamento, que es la única institución europea verdaderamente elegida por los ciudadanos, y así estamos, queriéndonos quitar incluso más competencias.


P: ¿Le preocupa el auge que está teniendo la ultraderecha europea, que puede intensificarse tras los atentados de París?


R: Claro, por supuesto. A ellos les viene muy bien el estado de miedo y de terror en el que, entre otros, los medios de comunicación nos meten. Es muy triste ver cómo en una situación así, en vez de intentar reforzar nuestra posición como demócratas y como defensores de las democracias, las libertades y derechos civiles, adoptemos un discurso de que somos grandes defensores de la democracia, pero para protegerla, recortemos derechos individuales y colectivos. Una vez más, es un discurso completamente contradictorio y utilizado para manipular a la opinión pública, con el miedo como escenario de fondo.


“Nuestro sistema de integración no está funcionando, y nuestro Estado de bienestar se lo están cargando. El resultado es que personas de 2ª o 3ª generación nacen en un país europeo y no se sienten europeos”


P: ¿Sería favorable Podemos a imponer cuotas obligatorias de refugiados a aquellos países que se han manifestado expresamente en contra?


R: Hombre, claro. Esto es otra cosa que vemos en la Unión Europea: para unas cosas somos una unión, pero cuando a un Estado algo no le gusta, tiene derecho a no implementarlo, como hemos visto con el asunto de las fronteras. Alemania se ha comportado de una forma un poco esquizofrénica, con perdón: “ahora abro las fronteras, ahora las cierro; ahora mantengo Schengen, ahora lo quito”, sin saber muy bien cómo actuar. Ese es resultado de tomar decisiones en caliente, de no pararse a pensar y no hablar con todas las fuerzas políticas, sobretodo con las fuerzas de la sociedad civil, que son las que de verdad están en la calle y en contacto con lo que está pasando. Nuestro sistema de integración no está funcionando, y nuestro Estado de bienestar se lo están cargando.


El resultado es éste: personas de segunda o tercera generación que nacen en un país europeo y no se sienten europeos. Sienten que Europa es su enemiga porque no han encontrado sitio. Toda esta historia de la guerra de Siria les sirve para sacar fuera esa rabia que tienen porque no han sido integrados, porque no se sienten parte de la sociedad y eso es un fallo de nuestra sociedad en su conjunto.



P: ¿Por qué Podemos no se ha unido a la firma del pacto antiyihadista? ¿Cuál es su opinión al respecto?


R: No creo que ese sea el camino para solucionar este tema. Este pacto se mueve dentro del marco del miedo, de cerrarse frente a este tipo de cuestiones. Lo que tenemos que hacer es ser conscientes de que gran parte de lo que pasa en el mundo es responsabilidad de la Unión Europea, y sobretodo de su política comercial, algo tan sencillo como ver a dónde exportamos y dónde operan nuestras multinacionales. Muchas de éstas son violadoras sistemáticas de derechos humanos por el mundo, y explotadoras de recursos naturales en países en vías de desarrollo.


La Unión Europea y sus multinacionales son las sanguijuelas del mundo. La Unión Europea pone alfombras rojas a estas compañías y cuando esos problemas se nos meten en casa cerramos fronteras, para que no vengan ni los refugiados, ni los inmigrantes. Luego se nos llena la boca defendiendo los derechos humanos, eso sí, dentro de las fronteras de la Unión Europea, porque en el extranjero preferimos cerrar los ojos y dejar hacer a nuestras empresas.


P: Respecto a esta cuestión ¿piensa usted que España juega un papel promotor de este tipo de actitudes frente al terrorismo o es un eslabón más de la cadena?


R: El gobierno español ahora mismo es un mayordomo del gobierno alemán. Rajoy no tiene ningún peso político en la Unión Europea.


P: Cambiando de tema, los resultados en Cataluña han sido claramente insatisfactorios para su partido. ¿Piensan modificar tras esto la estrategia a seguir en esta Comunidad? ¿Hay ya alguna propuesta concreta que nos permita aclarar su posición?


R: Creo que se ha minusvalorado el sentimiento de los catalanes y catalanas con respecto a su situación política dentro de España, y que el problema de Podemos fue obviarlo. Está claro que hay asuntos más importantes como el paro, la pobreza, la desigualdad o la corrupción, pero no por eso puedes olvidarte de que la gente en Cataluña tiene una posición política ante la independencia o la pertenencia a España.


“Rajoy no tiene ningún peso político en la Unión Europea”


Los catalanes querían hablar de eso, por lo que tendríamos que haber sido más claros al respecto en nuestro discurso, y habernos posicionado a favor de que la gente decidiera, en vez de decir “ pero no es el tema”. Claro que lo es, quizá tendríamos que haberlo dicho con la boca más grande.


P: Se os ha atacado muy duramente diciendo que lo que queríais prácticamente era acabar con la libertad de expresión, cuando decís que los medios están controlados por parte de grandes bancos, grandes empresas y en general del IBEX 35. Ustedes dicen que hay que controlarlos, ¿qué opina usted sobre eso?


R: A mi me parece muy bien que el IBEX 35 tenga sus medios de comunicación, lo que pasa es que la gente tiene que saberlo. La gente tiene que saber que determinados periódicos deben muchísimo dinero a los bancos, que gracias a éstos sobreviven, y que por eso hablan de una determinada manera, se posicionan políticamente y escriben ciertos editoriales.


Lo que falta en el mundo de la información en España, es información sobre los medios de comunicación. Creo que tenemos pluralidad gracias a que existe Internet, pero no me quiero imaginar si no existiera, si estuviéramos en los años 80. Imaginaros qué tipo de información tendríamos en nuestro país.


P: ¿Cuál sería la solución a esto? ¿Una Comisión de medios como la propuesta por Roosvelt?


R: No creo que hubiera que llegar a tanto, simplemente depende de la financiación de los medios públicos de comunicación.


“Ciudadanos está teniendo un apoyo brutal de los medios de comunicación [...] Es una estrategia de las élites económicas de España para que Podemos no consiga lo que quiere”​


Si tuviéramos una televisión y una radio estatales que de verdad fueran independientes y transparentes -la gente siempre cree en los medios estatales, siempre se tiene mucha confianza en ellos- entonces a lo mejor no haría falta tener ninguna otra comisión. Eso daría lugar a que hubiera más debate y si hay más debate aparecerían más medios de comunicación porque habría más clientes con diferentes posiciones políticas o con diferentes intereses. Esto pasa en Alemania o en Francia, que vas a un kiosco y te encuentras muchísimos periódicos. Pero vas a España y te encuentras que sólo hay cuatro periódicos diarios de información importantes.


En mi opinión los medios que tienen que estar en la cabeza son medios estatales para fomentar eso.


P: Respecto a una posible reforma educativa en España, ¿qué plantea Podemos?


R: Nosotros apostamos por la educación pública. Para que sea de calidad hay que invertir muchísimo dinero en educación, tiene que ser una de las partidas más grandes de los presupuestos, eso está clarísimo.


Por otro lado, claro que hay que reformar el sistema educativo, pero para eso hay que contar con los profesionales de la educación, que nunca se cuenta con ellos. No hay más que ver que cada vez que se aprueba una ley educativa, son los primeros en salir a la calle diciendo que es una barbaridad.


Además, tampoco se puede hacer una ley educativa de un solo partido, es de idiotas, porque el día que haya cambio en el gobierno se cambiará la ley de la educación, creando así la generación de la LOGSE, la generación de la LOMCE y esto es un auténtico desastre.


La ley de la educación tiene que ser un pacto de Estado, como cuando se habla de terrorismo. No puede ser que cada gobierno que llegue trate el terrorismo de una manera diferente, o la violencia machista, o el cambio climático. Son materias que conforman las bases de la sociedad y por ello tiene que haber consenso y no algo que salga de un solo partido.


Por mucho que uno consiga mayoría absoluta, estará tirando piedras en la cabeza de toda la sociedad porque sabe que no va a durar al final.


P: Desde distintos sectores, tanto mediáticos como políticos, se les acusa de estar moderando su discurso. A la par, también se les acusa de haber abusado del discurso rupturista, lo que ha beneficiado a Ciudadanos. ¿Cómo se defienden de estas críticas?


R: Ciudadanos está teniendo un apoyo brutal de los medios de comunicación. No he visto todavía ningún medio de comunicación que meta la misma caña que se ha metido a Podemos, a Ciudadanos, teniendo cosas mucho más terribles. Por ejemplo con Ciudadanos, en cuanto a transparencia no sabemos quién está financiando sus campañas electorales, pero todos imaginamos que es el Ibex 35 y las grandes empresas.


Cuando Rosell dijo “habrá que inventar un Podemos de derechas”, a los dos meses o así ya estaba Ciudadanos por todo lo alto, subiendo como la espuma, cuando llevaba diez o doce años limitado al ámbito catalán y en el resto de España no tenía ninguna repercusión. Todo esto es una estrategia de las élites económicas de España para que Podemos no consiga lo que quiere.


“Se nos llena la boca defendiendo los derechos humanos dentro de las fronteras de la UE, pero en el extranjero preferimos cerrar los ojos y dejar hacer a nuestras empresas”


Por ejemplo, ahora la palabra “cambio” la llevan todos en sus lemas: “el cambio sensato”, “el cambio que une”, “el cambio contigo”, etc. Nos lo están copiando todo porque saben que funciona, porque es lo que se habla en la calle. Yo creo que lo bueno de Podemos es que no inventamos un discurso, sino que recogimos lo que la gente decía en los bares, en el trabajo… Pero esas son las consecuencias que se producen cuando, como en España, tenemos unos medios en los que los propietarios son siempre los mismos y no hay pluralidad. Cuando se dice que la prensa es el cuarto poder, yo no sé si el cuarto, es posible que sea el primero.


P: Pasando a preguntas de un cariz más personal, hace un año declaró que su labor en el PE iba a ser de abrir puertas y ventanas. ¿Cree usted que ha cumplido con ese objetivo?


R: Sí, aunque no tanto como me gustaría. Por ejemplo, hay muchas cosas que votamos en el pleno y no son asuntos que esté llevando yo, entonces lo que sucede es que ves una enmienda que es una aberración y pasa, u otra que es una maravilla y pasa también, e igual necesitaría escribir tres artículos para poder explicarlo (risas).


Pero bueno, en el tema que me toca como por ejemplo el TTIP, no sé cuántos pueblos y ciudades he recorrido explicándolo. Si me llaman de una asociación de vecinos o de un instituto voy sin problema, no voy tan sólo a los círculos.


El último caso que he traído al Parlamento ha sido la cuestión de los enfermos por amianto, que España no son reconocidos como enfermos laborales, como en el resto de Europa, con todo lo que eso conlleva. Y por supuesto también intentamos recibir a todas las asociaciones y grupos que quieren venir y reunirse con nosotros. Estamos aquí para obedecer.


"Las propias encuestas son una estrategia electoral que tiene el ánimo de influir en el voto de la gente ante la falta de un debate riguroso"


P: ¿Cuál es su pronóstico para el 20D?


R: Desde luego no el que aparece en las encuestas (risas). Si me las hubiese creído no estaría aquí, y aún así antes de las elecciones europeas en Mayo de 2014 estábamos contentísimos de saber que íbamos a mandar a Pablo Iglesias y con mucha suerte a Teresa Rodríguez al Parlamento Europeo.


En aquel entonces ya sabíamos de la cocina que llevan las encuestas. Pero ahora, las propias encuestas son una estrategia electoral que tiene el ánimo de influir en el voto de la gente ante la falta de un debate riguroso. Hay mucha gente que vota a caballo ganador, somos un país con una democracia muy flojita todavía.

Y bueno, el último día que Pablo Iglesias estuvo en la delegación hicimos todos una porra y yo dije que íbamos a sacar el 21% del voto.




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