Top 10 - Personajes mediáticos del año 2015
Belén Carrasco Rodríguez Lucía Carrasco Rodríguez Juan Carreira Guillán Alejandro Ciordia Morandeira Sofía Cortés Canda Elisa Llop Cardenal Álvaro Monsó Gil Andrés Muñoz Rojo
¿Quién ha copado la atención de informativos, periódicos, y -more importantly- muros de Facebook y tablones de Twitter en 2015? ¿Cuáles han sido los personajes de los que más se ha hablado en los últimos meses? ¿Qué caras han protagonizado los memes del año, y qué frases han sido objeto de chistacos en todas vuestras reuniones navideñas?
De acuerdo con la encuesta realizada entre los colaboradores de Ágora, que si algo saben es de contenidos virales relacionados con el mundo político, los merecedores de ocupar los puestos de nuestro TOP 10 de personajes mediáticos del año 2015 son los 10 elementos que os presentamos a continuación.
Un año más, os animamos a participar con nosotros en esta retrospectiva en clave de humor, para que el bochorno inevitable al ser conscientes de quiénes son los líderes políticos de nuestros tiempos sea más llevadero. Y a los Reyes… mientras podemos reírnos de todo, les dejamos que nos sigan trayendo carbón.
Albert Rivera
El niño bonito que le pidió a Santa Claus una bicicleta de último modelo para el 20-D y se tuvo que conformar con unos míseros calcetines. Y es que este chico, a pesar de parecer no haber pasado aún por su primer afeitado, ha conseguido meterse en el bolsillo a gran parte de la población española con su autoproclamada neutralidad digna de la mismísima Suiza. "Pretendemos ocupar ese centro político...", decía un joven y renovado Mariano, con menos barba y mejor oratoria, claro está, pero con el mismo ánimo fallido de demostrar cierta credibilidad de cara al electorado. ¿Qué cosas nuevas nos puede enseñar Naranjito? Algo está seguro: él ya ha tenido que aprender que, por mucho que un plato sea un plato y un vaso sea un vaso, las camisas bonitas las hace Gant y Kant tiene un par de obras que merecen ser conocidas. Es posible que esto sea lo que haya logrado conquistar a intelectuales contemporáneos de la talla de Belén Esteban, ¿o tal vez lo fue su salto al estrellato con un desnudo que dejaba bastante poco margen a la imaginación?
Sea lo que sea, Rivera hace unas semanas parecía haberse convertido en el mesías español de las biblias de los inversores. Quizás por su carácter polifacético: si le dejas, te baila hasta una bachatita en medio de un debate.
Albert, pensábamos que tu trayectoria iba a ser impecable, pero con epic fails como tus declaraciones sobre la violencia de género justo antes de “tu gran momento”, has pasado de tener plena confianza en ti mismo con afirmaciones como "no seré bisagra de nadie" a intentar pactar con el mismísimo diablo con tal de hacerte un huequito en el Gobierno. A ver si los Reyes Magos se portan mejor y te traen nuevas elecciones para recuperarte de este batacazo electoral.
Manuela Carmena
Con 71 años, esta juez jubilada es desde mayo la alcaldesa de la capital. Una edil del cambio que encarna perfectamente la figura de entrañable abuelilla que todo nieto querría tener, de las que te halaga y te pone en un pedestal, de las que te regala caramelos y chocolatinas a tutiplén, pero también de las que antes de que te vayas (y sin quitar esa adorable sonrisa de su rostro), te pide a ver si puedes limpiar un poco la acera y recoger las colillas de camino al metro, que está un poco sucio, y que a ver si tu hermano pequeño te puede ayudar al salir del colegio, y a tus padres, que menos fregar la cocina y más las aulas del cole. Pero claro, aunque perplejo, cómo le vas a decir que no a esta señora que tiene la bondad en sus ojos, por mucho que diga Esperanza Aguirre que es etarra y quiere hacer soviets en Madrid. Bueno, y si es verdad qué más da, si convierte a Madrid en la “ciudad del abrazo”, pues bienvenido sea todo ello. Pese a su legión de fans y pretendientes a nietos, Manuela también tiene una horda de haters a los que les gustaría verla entre rejas por cortar flores silvestres del campo en sus “suntuosas” vacaciones gaditanas. Poco importa que compense el “derroche” veraniego (pagado de su bolsillo) yendo todos los días en metro con la chusma, que paralice los desahucios, que muestre su disposición a acoger refugiados sirios, o que abra el palaciego Ayuntamiento de Cibeles a centenares de sin techo para comer en Navidad. Todo eso, dicen, son estrategias de marketing, que camuflan lo que es: una bruja piruja. En cualquier caso, parece que en los próximos años este polarizado debate sobre la figura de la septuagenaria Obama madrileña continuará con pocos visos de resolverse. Así que, mientras tanto, escojan su etiqueta: bruja roja populista o abuelilla heroína de la justicia social.
Donald Trump
Astuto como un zorro (de ahí, quizás, las sutiles referencias capilares) ha demostrado ser uno de los más importantes magnates de la telebasura estadounidense y uno de los incontrovertibles personajes del año: Mr. Donald Trump. Como ya afirmara el prestigioso politólogo norteamericano Snoop Dogg, doble sería la satisfacción que obtendría el ganador de las primarias republicanas de llegar a lograr sus megalómanos objetivos: por un lado, presidir la primera potencia mundial orientándola hacia la más medieval de las derivas republicanas y, por otro, desahuciar a una familia de usurpadores negros de una casa cuyo epíteto debería ser prueba suficiente de la condición racial de sus moradores. Tras una profunda introspección rousseauniana, ha conseguido trazar las líneas maestras de un programa de desmesurada complejidad y vehemente perspectiva integradora de la multiculturalidad: construir un muro que logre espantar la misma inmigración mexicana que da viabilidad demográfica y fiscal a su nación (costeado, como no podía ser de otra forma, por los propios mexicanos), y abolir el Islam en territorio estadounidense, institucionalizando la palmaria asociación musulmán=terrorista. Su meteórico ascenso es signo inequívoco de la sofisticación del pensamiento filosófico-político de las grandes masas republicanas, quienes no han parado de llevar su altruismo demo-cristiano a las relaciones internacionales desde la laureada presidencia del gran George W. Bush. Oh, Donald, de leonina melena, uno no puede sino congratularse de que la higiénica competición en la cuna del capitalismo neoliberal siga asegurándose de que sólo los mejores llegan a la cima. Eres la prueba irrefutable de la vigencia del sueño americano. In God we trust.
Vladímir Putin
En cuarto lugar, os presentamos al nuevo fichaje de la próxima entrega de Los Mercenarios. Este año, el tipo duro del telediario matutino ha abandonado sus danzas ucranianas para poder tomarse el té con el Bilderberg Group. Con el renovado lema "perdonar a los terroristas corresponde a Dios, enviarlos con él es cosa mía", fruto indudable de un altruismo que reta al mismísimo Cristo redentor, el gospodin Vladimir Sixpack Putin ha conseguido que el líder del país de la ‘liberté, egalité, fraternité’ haya mandado a paseo (una vez más) estos principios, convirtiéndose en el Sancho de la quijotesca aventura de bombardear Siria. Todo esto con la colaboración, cómo no, de otro de los grandes filántropos de nuestros tiempos: Bashar al-Ásad. No obstante, no puede llover (bombas) a gusto de todos, lo que le ha costado un caza y una mosca bajita y cojonera que responde al nombre de Erdogan. Si es que no se puede ir de bueno por la vida, bombardeando para salvar a la humanidad…
A este firme defensor de Dostoievski y su “lo que necesita Rusia es más Rusia, no más Occidente” no le importan las sanciones económicas, la depreciación del petróleo ni las tensiones globales. Su estrategia geopolítica es misa. Y a Rusia siempre le quedará el vodka (¡nostrovia!). Posiblemente ser nombrado en 2015, y por tercer año consecutivo, el hombre más poderoso del mundo según la revista Forbes, sí merezca un brindis… Lástima que seas abstemio, ojitos de cielo, que es mirarlos y pensar: “... y mientras, en algún lugar del Kremlin: ave Putin, morituri te salutant!”.
Alexis Tsipras
Es él. El del auténtico “contigo empezó todo”. El productor del “Despertar de la fuerza”. Aquel que gestó la “resistencia” de los pueblos del Sur para desafiar –junto con su leal Padawan Varoufakis– los poderes fácticos de la “Primera Orden” del Eurogrupo.
Nacido en Atenas, tres días después de la caída de la junta militar griega (1974). Otro más que “viene de fábrica”; de los que llevan la política tatuada en el código genético. Aunque en sus inicios le distrajo el balompié, rápidamente contrajo el germen político: de las revueltas educativas a las filas comunistas, de capitán de la cantera de Synaspismos –luego Syriza– a “alcaldable” de Atenas.
El resto de la historia es de sobra conocido: “El Harry Potter comunista”, “El azote de la derecha”, “El inquisidor del bipartidismo”, “El verdugo de la Troika”… Aún aspiraba a más. Nostálgico de los clásicos de la epopeya, anhelaba protagonizar el capítulo más épico de la historia helena desde los tiempos del Mundo Antiguo. Ya se veía resucitando el fantasma de aquel valeroso caudillo espartano luchando contra las invasoras fuerzas del mal. Conteniendo las embestidas de los acreedores en el lúgubre “corralito” de las Termópilas. Refrendando la “austerifobia” y cuestionando el imperativo disciplinario de los Juncker y de los Tusk, en aras de revitalizar la calamitosa situación económica y social en nombre de la madre patria.
Pero el bueno de Heródoto no le consideró, ni siquiera, digno merecedor de un tweet. Y finalmente, no pudo presumir, cual Rey Leónidas, de morir de pie en el campo de batalla ante el más indeseable de los enemigos.
Lo que quizá sí consiguió –rindiendo honores a la Antigua Grecia– fue desenterrar, desde las raíces más profundas de la civilización occidental, el más elemental de todos los principios: la democracia –el demos y el krátos–.
Mientras tanto, a la espera del próximo movimiento en el tablero de juego, en Europa ya se murmura: “no osen perturbar las fuerzas de la resistencia”.
Rodrigo Rato
Ministro de Economía y Vicepresidente del Gobierno de José María Aznar, Director Gerente del Fondo Monetario Internacional, Presidente de Caja Madrid y posteriormente de Bankia, y actualmente, consejero asesor de Telefónica. Esos altos cargos que ha ocupado contrastan con otros, los que le imputan delitos de blanqueo de capitales, fraude fiscal, alzamiento de bienes, falsificación de cuentas, administración desleal, maquinación para alterar el precio de las cosas o apropiación indebida…
Pero él tiene “plena confianza en la Justicia”, y, como plan B (¡cómo les gusta lo B a los amigos de Aznar!) tiene un colega en el Ministerio del Interior que resulta ser el mismísimo Jorge Fernández Díaz, que lo recibió de buena gana justo antes de declarar ante el Juez. ¿Acaso no haría lo mismo con cualquiera?
Y ya que la cosa va de cargos, a Rato no le temblaba la mano al pasar la tarjeta “black”; con ella pagó hasta 99.000 euros, incluyendo cenas, clubs, discotecas, o retiradas de efectivo a ritmo de 1.500 euros a la semana, que hicieron de su cartera algo casi tan abultado como su currículum.
Lo cierto es que, pese a llevar muchos años en el ojo público, Rodrigo Rato nos ha regalado algunos momentazos este 2015 que le hacen merecedor de un puesto en nuestro top 10. ¿Acaso alguien ha olvidado ya su espectacular detención en abril? Aunque se investigaba presunto blanqueo en relación con la amnistía fiscal a la que se acogió en 2013, algunos llegaron a tildarlo de estrategia electoral de Mariano. En verano acudía a declarar ante los Juzgados de Plaza de Castilla ante una nube de paparazzi digna de Hollywood, pero en septiembre sorprendió casándose en secreto. Recientemente, la URJC le ha retirado el título de Dr. Honoris Causa tras la recogida de firmas por varios miles de alumnos… Sin duda ha tenido un año movidito, aunque parece que tendremos Rato pa’ rato. ¡Seguiremos informando!
Marine Le Pen
“El ébola podría ser la solución a los problemas de inmigración en Europa”. Toma ya. El autor de semejante perla es el padre de Marine, Jean-Marie, la autoridad ‘intelectual’ de la niña bonita del neofascismo francés. La heredera del trono Le Pen ha estado on fire este año y no podíamos excluirla de nuestra selección (el verbo excluir es tan indisociable de Marine Le Pen como el verbo disolver lo es del Nesquik). Defensora de las torturas en interrogatorios, de la pena de muerte, de acabar con el derecho de asilo para los refugiados… Con un programa así cómo no iba a triunfar en las municipales francesas. Porque así somos los europeos. En todo caso, este año nos ha brindado la oportunidad de ver a Marine manifestándose en defensa de la libertad de prensa, tras una matanza en una revista satírica a la que ella misma demandó por caricaturizarla. Algo así como ver a Felipe González en una “mani” contra las puertas giratorias. El Frente Nacional está subiéndose a la cresta de la ola mediática del terrorismo, y está demostrando ser un surfero de pro (las encuestas les siguen augurando un futuro de oro). Y mientras tanto seguimos contando los minutos de esta bomba de relojería nacionalistoide que amenaza con detonarse en el viejo continente. Pegida, Aurora Dorada, el Frente Nacional; todos bailando al ritmo de la islamofobia, el racismo, el antieuropeismo… Dulces reminiscencias de esos felices años 30. Y mientras, aquí en casa, Vox preguntándose cual Alberto Garzón qué han hecho mal para que a ellos nadie les invite a la fiesta.
Ada Colau
Hablamos de la alcaldesa de Barcelona, la “gordita” (bautizada así por Alfonso Rojo, tal vez el más ilustre periodista que ha dado este país, con permiso del equipo al completo de Sálvame) que se merendó a la derecha catalana y le arrebató a Trias el bastón de mando. Su insaciable hambre, política claro, ha logrado que En Comú Podem sea la primera fuerza política en Cataluña en las recientes elecciones generales.
La que fuera líder de la Plataforma Antidesahucios ha pasado de protestar en las calles a ocupar (sí, con c) el segundo ayuntamiento del país. A pesar de ser una de las alcaldesas del cambio, su vestuario sigue siendo el mismo, sin ropa de marca, como la de los “piojosos” (otro bonito insulto cortesía de nuestro adorado Alfonso Rojo) que la votaron. La costumbre de regalar bolsos de Louis Vuitton debe de ser exclusiva de Valencia.
Jeremy Corbyn
A sus 66 años, este hombre con aspecto de abuelo entrañable -sí, están de moda- es el nuevo líder del Laborismo británico. Puede decirse que su existencia está conectada con el activismo que ha practicado desde chico, pues sus padres se conocieron haciendo campaña contra Franco en Londres. Nadie apostaba un duro por su candidatura, registrada a dos minutos de que finalizara el plazo. Para algunos se trata de un lobo con piel de cordero; tanto es así, que saltaron las alarmas dentro de su propio partido cuando decenas de miles de simpatizantes se afiliaron para votar por él, a diferencia del minúsculo apoyo que recibió de sus compañeros de bancada. Era el inicio de la Corbynmanía. Se ha erigido como el guardián del alma laborista traicionada por Tony Blair, quien, por cierto, calificó su victoria de suicidio electoral. Seguramente Blair pataleó con su victoria, como lo hizo Corbyn con su decisión de invadir Irak. El veterano socialista se encuentra en un hábitat hostil. No entonó el God Save the Queen en una conmemoración militar y le llovieron las críticas. Quizás no recordó que el 80% de la población británica admira la figura de la reina. Díscolo por antonomasia, desde 1983 ha votado más de 500 veces en contra de la línea oficial de su partido, y ahora deberá hacer frente a la rebeldía de sus filas -66 diputados no le siguieron en la pasada votación sobre los bombardeos en Siria-. Acabaremos comprobando si su piel es de lobo o cordero.
Yanis Varoufakis
La cazadora de cuero, la moto, o la (ausencia de) corbata de Yanis Varoufakis podrían ocupar este espacio por méritos propios, pero no podíamos desaprovechar la oportunidad de revisar el perfil rapado de este fugaz ministro griego.
Doctor en economía, profesor universitario, colaborador de una empresa de videojuegos, tertuliano, bloguero y autor de un libro de economía, su popularidad durante 2015 ha trascendido su currículum para centrarse en su faceta de azotador del establishment comunitario.
Las incontables horas mazándose en el gimnasio con vistas a la Acrópolis infundieron en Varoufakis el valor para asumir el marronazo del año y convertirse en titular del Ministerio de Economía de Grecia. Llegó a las reuniones del Eurogrupo en moto y sin casco, dicen que aprovechó para dar la turra a sus homólogos europeos con discursos económicos salidos de sus aulas, y calificó lo que estaban haciendo con Grecia de “terrorismo”.
Teniendo en cuenta cómo se las gastan Angela y los merkelianos, no era de extrañar que los aludidos exigieran a Alexis Tsipras la exclusión de Varoufakis de las conversaciones de mayores. Menos de seis meses después de la formación del Gobierno, corralito mediante, más de un 60% de la población griega dio la victoria al OXI (no, parakaló) en un referéndum que planteaba rechazar las exigencias de la Troika para extender la ayuda financiera a Grecia.
Al día siguiente, nuestro flamante ministro anunciaba su dimisión. Eso sí, lo hizo a través de un comunicado en su propio blog –Yanis sí que sabe cómo conseguir visitas, no como nosotros, pobres aprendices de Ágora-. Afirmó que se marchaba para facilitar las negociaciones al Gobierno griego, y que “llevaría el odio de los acreedores con orgullo”, al más puro estilo Varoufucker.
Ahora está a punto de lanzar un “movimiento de internacionalismo radical”, donde el héroe heleno contará con el apoyo de la antaño SuperVivienda, Ada Colau. Parece que en 2016 seguirá dando que hablar, pero, sin duda, este año se ha ganado su puesto en nuestro Top 10.
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