ENTREVISTAS - Borja Gallego Criado: "El campo de refugiados es triste… puede recordar a un camp
Alejandro Ciordia Morandeira
Iris Gacho Ramírez
Julia F. Giráldez Velasco
Alejandro Rico Freeman
Borja Gallego Criado (1985) lleva 10 años trabajando en oftalmología, pero además tiene una larga trayectoria como voluntario. Entre otras cosas, Borja ha colaborado semanalmente durante un año entreteniendo a niños hospitalizados. Además, también ha colaborado con un grupo que entregaba mantas y comida caliente a personas sin hogar durante la época de más frío en Madrid. En febrero de este mismo año decidió poner rumbo a Lesbos acompañado de una mochila y sus habituales ganas de intentar poner las cosas fáciles a quienes no lo han tenido tan fácil como él. Estuvo dos semanas en la isla, y a su vuelta, no ha dudado en contarnos las experiencias vividas, a nosotros en esta entrevista, pero también podéis encontrar más información en su página de Facebook, “Diario de un refugiado”.
PREGUNTA: Para empezar, una cuestión ortográfica que a muchos no nos queda clara… ¿Lesbos es con "b" o con "v"?
RESPUESTA: Pues ahí hay un debate (risas). La grafía más parecida al griego es la B (beta), pero no está mal escrito con "v". De todas formas, allí la mayoría de las veces estaba escrito con "b".
P: Fuiste como voluntario a la isla griega de Lesbos, donde desde el verano del año pasado llegan incesantemente botes repletos de refugiados que parten de las costas turcas. ¿Cuándo y por qué tomaste esa decisión?
R: Yo había hecho otros voluntariados ya, y tenía la idea de ayudar o hacer algo con el tema de los refugiados desde el verano pasado. Entonces, mi prima, que es una de las que lleva la página de Bienvenidos Refugiados en Facebook, me propuso ir y accedí. Quería ir en invierno o incluso en Navidad, porque es cuando más falta hacía… Pero al final sólo pudimos ir a finales de febrero. Con la ayuda de mi prima y la de otros voluntarios fue más fácil.
P: ¿A quién se necesita? ¿El perfil del voluntario demandado es diferente en los distintos estadios por los que pasan las personas que buscan asilo?
R: Bueno, salvo médicos y bomberos, no se necesita ningún perfil específico. En el caso de los bomberos, por ejemplo, ayudan en caso de que la barca no haya podido llegar a la costa por un fallo del motor o porque hubiese una zona rocosa. Pero aparte de eso, el resto de voluntarios no teníamos una titulación específica, yo por ejemplo estudié óftalmología (risas)… Mi tarea consistía en cambiar ropa o dar agua por ejemplo, cualquier perfil vale.
Me acuerdo que todas las mañanas venía una madre con sus tres hijos pequeños (no sé si eran alemanes o belgas) a ayudar con lo que pudiesen. O un grupo de cuatro jubilados del País Vasco que estaban allí de turismo pero que cada día estaban un rato ayudando también. No se necesita hablar árabe, ni siquiera inglés. Recuerdo una chica que llevaba ya dos meses cuando yo llegué. Había pasado incluso la Navidad allí, y no sabía casi nada de inglés, pero se desenvolvía perfectamente con la gente porque le ponía ganas. A las niñas les decía “You are a princess!” y ya conseguía animarlas.
P: Durante tu estancia, ¿crees que el cupo de voluntarios estaba cubierto o hubieseis necesitado más ayuda?
R: Hay momentos en que notabas que igual éramos demasiados voluntarios y otras veces que faltaba gente. Depende de cuántas personas lleguen y del momento del día que sea. Por la noche hay menos gente disponible porque la mayoría de voluntarios prefería estar durante el día y cubrir ese turno.
''Tendemos a pensar que los refugiados son gente sin recursos, pero te vas dando cuenta de que el que viene es porque tiene cómo pagarlo''
P: Y aparte de la ayuda de tu prima, ¿cómo conseguiste llegar? ¿Buscaste la intermediación de alguna ONG o lo hiciste de forma independiente?
R: Yo fui de forma independiente. Allí había varias ONGs y asociaciones. Por ejemplo, Médicos del Mundo… y también recuerdo una asociación de estudiantes holandeses.
P: ¿Qué te encontraste al pisar Lesbos? ¿Puedes describirnos las primeras impresiones de la isla y de las personas a las que recibiste?
R: Recuerdo que era domingo por la noche y llovía mucho. Me llamó la atención lo pequeño que es el aeropuerto. Lo primero que hicimos fue ir al puerto, que es desde donde sale el ferry con los refugiados. Allí normalmente dan comida y ropa. Esa es la parte en la que interactúas con ellos y te das cuenta de quiénes son. Te entiendes con ellos perfectamente en inglés, así que sabes que son gente con estudios. Yo trabajo en una óptica, entonces tiendo a fijarme en las gafas (risas) y me di cuenta de que eran de marca… Y la ropa a veces también. Y, por ejemplo, ves que tienen los dientes blancos y colocados. Son detalles pequeños pero que te llaman la atención porque no te lo esperabas así, y son cosas que no sabes a no ser que estés allí con ellos. Tendemos a pensar que los refugiados son gente sin recursos, pero te vas dando cuenta de que el que viene es porque tiene cómo pagarlo. Además algunos van en taxi por la isla o incluso vienen ya con todo organizado y hasta el coche alquilado tanto para la isla como para Atenas.
Por eso lo del ferry es lo que más me emocionó, por el contacto con las personas y poder darte cuenta de quiénes son y qué perfiles hay.
P: ¿Cómo se organiza la ayuda sobre el terreno? ¿Existe una adecuada coordinación?
R: Sobretodo consistía en hacer cadenas humanas para ir transportando el material y también para ayudar a las personas. Íbamos cogiendo a los niños, por ejemplo, y esperábamos a que viniesen sus madres para que la llegada no fuese muy violenta para ellos. Luego ya se iba repartiendo la ropa, el agua, la comida y también un kit para las mujeres con compresas. En cuanto a los campamentos, por ejemplo, están haciendo nuevos. Un arquitecto alemán estuvo allí para ayudar a construirlos.
Todas las fotos han sido tomadas por el voluntario Borja Gallego Criado
P: Respecto a tu experiencia en particular, ¿cómo transcurría el día a día?
R: Por la mañana esperábamos a que fuesen llegando las barcas. Donde más llegaban era a la zona sur. Ahí había un mirador donde se colocaban todas las asociaciones, los bomberos, etc.. Y cuando alguien avistaba una barca, nos movíamos para ir a recibirla. A veces había gente mareada o en shock, pero en general, las llegadas no eran muy traumáticas. Me llamaron la atención detalles como lo que os comentaba antes: gente que llegaba y llamaba por teléfono o se hacía un selfie.
Después de la llegada en barca, venía un autobús que los recogía y los llevaba a Moria, más hacia el interior de la isla, que es donde está el centro donde se tienen que inscribir, y pueden pasar allí la noche. Luego, aparte, tienen los centros donde están Médicos del Mundo, ACNUR y Save the Children. Allí se les atiende en caso de necesitar cuidados médicos. Eso es la parte digamos oficial, porque a lo largo de la isla también se han ido instalando campamentos no oficiales (porque en los oficiales no dan comida ni ropa). Además es una antigua cárcel con una valla alta y alambre de espino arriba, así que es un poco chocante de ver.
Después de Moria se les lleva al lugar donde cogen el ferry para ir al Puerto del Pireo (Atenas).
Los bomberos lo tenían muy estructurado para hacer turnos durante todo este proceso, incluida la noche, claro. Nosotros nos íbamos acoplando un poco a los turnos que marcaban ellos.
P: ¿Cómo se organizan internamente los campamentos? ¿favorecen la agrupación familiar?
R: En el campamento oficial había dos zonas: una para familias enteras y otra para gente que venía sola y niños que venían sin padres porque no tenían dinero suficiente para venirse todos juntos. Estos niños tienen que estar en el campamento unos quince días por si acaso aparecía el resto de la familia. En cambio, en la zona familiar había un poco más de libertad.
P: Recientemente, Médicos sin Fronteras ha publicado un vídeo grabando a personas que se encuentran en uno de los puntos de conflicto en terreno griego, concretamente en Somos, en fechas posteriores al acuerdo con Turquía. Llegan a afirmar que “esto no es un campo, es una prisión”. ¿Estás de acuerdo con esa afirmación?
R: El campo de refugiados es triste, sí… Y puede ser que te recuerde a un campo de concentración, pero bueno cada uno tiene su opinión. El campamento oficial consiste en unos muros y ya está. No había camas, no daban comida ni nada… Por eso se hicieron los extraoficiales. El de Moria, por ejemplo, que se llama “Better days for Moria” está mejor equipado, tiene carpas de lona y además allí los niños pintan y lo hacen más ameno. Y es curioso, porque hay una zona que fue idea de un mendigo griego, que es una especie de jardín con las vallas pintadas de colores donde los niños juegan y también hay perros. Allí tienen carpas para las familias y están organizadas de manera que en una dan ropa, en otra comida… Y esa es la diferencia con los oficiales. Pero es cierto que la asistencia médica sólo se presta en los oficiales, aunque sean sitios más fríos, digamos.
Además, llama la atención la suciedad… Desprende olor a vertedero. Las autoridades griegas intentaba prohibir que los refugiados fuesen a los campos no oficiales para tener un poco de control, igual tienen miedo que se asienten definitivamente allí o algo parecido.
P: Hablaste con personas refugiadas, ¿cuáles eran sus países de origen? Se ha puesto el foco en los refugiados sirios, pero personas de otras nacionalidades huyen también de conflictos y de persecuciones. ¿Cuáles eran sus historias?
R: Hay sobretodo afganos y sirios. Algún nepalí… Y bueno, algo anecdótico es que en una de las barcas, de repente oí a una pareja dominicana pidiendo una manta. Al parecer, no les dejaban llegar a Europa de otra manera, es un poco cómico…
Ellos te cuentan que están mal en su país, y te das cuenta porque ves a gente mayor que casi no se puede mover pero huyen de todas formas.
P: ¿Qué impresiones tienen allí cuando llegan? ¿Saben donde están? ¿Parece que se cumplen sus expectativas de llegar a una Europa "libre” que les va a acoger?
R: Pues hasta no hace mucho estaban los autobuses pero ahora ellos tenían que hacer todo andando… Y es un camino bastante largo, y encima si llueve o hace mucho calor pues es muy desagradable. De hecho, en la parte norte no había autobuses (al menos cuando yo fui) y era todo andando. El norte además es más montañoso y hay carreteras con más curvas… es un camino más duro. Entonces al encontrarse esto yo creo que, por lo general, igual les descoloca un poco. Creo que vienen con otras expectativas de Europa pero de la isla como tal no se, porque como vienen bastante informados…
De todas formas su objetivo es Alemania y eso sí que lo tienen bastante idealizado. Por lo que he oído de gente que está ayudando en campos de refugiados alemanes, allí también se topan con situaciones complicadas que no se esperan. Y es curioso, porque aún así no les quitas la idea de Alemania, ellos lo tienen muy claro porque han oído que allí les van a dar ayudas. Yo recuerdo hablar con ellos en el ferry y decirles que también podían venirse a España, pero nada (risas). Se creen que España es de los peores países, por la crisis.
Pero vamos, que en general no los veía decepcionados por la isla, en realidad es que es un trámite… Están ahí de paso. Piensan que después les espera algo mejor.
''Se van generando un poco negocios alrededor del tema. Había por ejemplo chiringuitos de comida a las puertas de los campamentos extraoficiales, gente que iba con su food truck a vender. Y, por ejemplo, unas siete casetas de Vodafone para vender tarjetas internacionales''
P: ¿Cómo se recibió el acuerdo de la UE con Turquía? ¿Viste alguna consecuencia inmediata durante tu estancia en la isla?
R: Nosotros no vimos nada en concreto. De lo que sí me di cuenta es de que vienen bastante informados. Por ejemplo, sabían para qué nacionalidades estaba cerrada la frontera dependiendo del día… Y bueno, también un día vino la policía a hacer un control porque para ser voluntario tienes que estar inscrito en el Ayuntamiento. Pero nada muy reseñable.
P: ¿Es cierto que, tras la firma del acuerdo, las autoridades griegas han expulsado a todos los voluntarios de la isla (individuales y ONGs)?
R: Yo lo que viví fue que pedían mucho la documentación. A los bomberos los controlaban especialmente porque creo que no pueden estar allí más de seis meses. Por lo que me han contado la gente que sigue allí, al parecer, han detenido a varios… Pero no sé con qué pretexto… Intuyo que igual algo que tenga que ver con el tráfico de personas. Además es que lo controlan mucho porque, por ejemplo, había gente que cogían los chalecos o las barcas y creo que intentaban luego comercializar con los materiales (la lona de las barcas por ejemplo). Entonces hay que tenerlo todo muy medido para evitar cosas así. Se van generando un poco negocios alrededor del tema. Había por ejemplo chiringuitos de comida a las puertas de los campamentos extraoficiales, gente que iba con su food truck a vender. Y, por ejemplo, unas siete casetas de Vodafone para vender tarjetas internacionales… O paradas de taxi creadas ex profeso.
P: ¿Qué opinión tienes de la cobertura informativa de la crisis?
R: Yo creo que hay información, pero no la suficiente y no la más cercana. Algunos detalles nadie te los cuenta, como lo que he contado antes, que te hacen darte cuenta de que algunos son gente de dinero y que otros se quedan allí porque no les queda más remedio. Igual llega un punto en que dejan de informarnos porque es algo diario y tristemente nos hemos acostumbrado a la situación…. También creo que la información que hemos ido recibiendo es un poco fría o lejana, no ayuda mucho a que nos concienciemos. El trabajo de algunos fotógrafos humanitarios sí que me parece más real, más visual. En general, aunque den datos objetivos, creo que faltan detalles. No tanto que mientan, sino que no cuentan todo… O que tienden más a dar el punto de vista político en vez de hablar de la parte humana. Se habla de los gobiernos, del número de personas… Pero no te cuentan qué implica que, por ejemplo, una noche lleguen treinta y cinco barcas con cincuenta personas en cada una. Creo que se olvida la parte humana.
"La información que hemos ido recibiendo es un poco fría o lejana, no ayuda mucho a que nos concienciemos. El trabajo de algunos fotógrafos humanitarios sí que me parece más real, más visual. En general, aunque den datos objetivos, creo que faltan detalles"
Por otro lado, creo que hay cierto manejo de la situación dependiendo de la impresión que quiera darse... Hubo un día que vino un dirigente de la ONU para recibir a algunas barcas y entonces intentaron dirigirlas al puerto, cosa que no era frecuente porque es más difícil que accedan allí... Pero así el dirigente podía recibirlas. También a veces para que pareciese que llegaba menos gente, las barcas de FRONTEX recogían a las personas antes de llegar… y ellos mismos los llevaban al ferry y todo… Así era un poco más “discreto”
P: ¿Tiene algo que ver con ello la creación de tu página de Facebook “Diario de un voluntario”?
R: Sí, yo empecé primero a plasmar algunas ideas de lo que pensaba que me iba a encontrar allí. Y luego quise contar lo que vi para dar a conocer una impresión más cercana. No subo muchas fotos porque también quería respetar la intimidad de las personas…
P: Ahora que has regresado, ¿cómo te ha afectado la experiencia?, ¿qué mensaje trasladas a los ciudadanos europeos después de vivir en primera persona esta crisis humanitaria?
R: Pues contaría un poco la realidad. El hecho de que muchos se han tenido que quedar por falta de recursos… Y que los que vienen son un perfil más “acomodado”, son gente culta y con estudios. También contaría más la historia de las mafias. Ellos mismos te lo cuentan: tienen apalabrado el trámite de la barca pero no se lo confirman hasta el día antes, y a veces lo cancelan en el último momento y pueden estar así quince días hasta esperando mareados. Se aprovechan de esa necesidad, claro. Y el precio de la barca suele rondar los 1000€ por persona, y eso en las barcas más pequeñas. Además, hay casos en los que los barcos son grandes y aparentemente más seguros pero llegan en circunstancias penosas. Hay un documental de La Sexta donde lo cuentan y creo que tienen las imágenes de un barco que llegó totalmente ladeado y medio hundido… Uno de los laterales casi rozaba con el agua. Se veía que le quedaban minutos para hundirse.
(http://www.lasexta.com/noticias/mundo/refugiados-to-kyma/voluntario-ong-hemos-bajado-barcazas-gente-sillas-ruedas_2016021800117.html )
''Se habla de los gobiernos, del número de personas… Pero no te cuentan qué implica que, por ejemplo, una noche lleguen treinta y cinco barcas con cincuenta personas en cada una''
P: Si tuvieras que quedarte con una imagen, ¿cómo sería?
R: Me quedaría con lo más emotivo como los momentos del ferry cuando hablábamos más con ellos, o cuando te reconocían a lo lejos y venían a saludarte muy emocionados y agradecidos. También querían hacerse todo el rato fotos con nosotros para tener el recuerdo.
Como imagen pues... Igual el hecho de ver a ancianos o mujeres embarazadas.