L. Sanguinet. "Reciclaje y redefinición en un collage"
Luis N. Sanguinet
Doctorando en Estudios Artísticos, Literarios y de la Cultura (UAM)
Hannah Höch (1889-1978), artista alemana dedicada a la pintura y a la fotografía, fue una de las referentes de las vanguardias europeas de comienzos del siglo XX y pionera en el espacio del fotomontaje. Con su trabajo artístico se vinculó al Dadaismo y a movimientos feministas. Su obra se centró en la figura de la mujer, criticando su rol en la sociedad y buscando una redefinición de su cuerpo mediante la crítica visual. Estas cualidades presentes en la obra La persona grande, la convierten en una buena herramienta para acercarnos a la figura de Höch y su trabajo.
Hannah Höch: La persona grande (1940)
En este collage, podemos observar cómo la fotógrafa utiliza elementos que se sirven de nuestra asociación de formas, poniéndolas en relación con lo que nuestra mirada está acostumbrada a ver. En primer lugar la imagen que compone el suelo está cortada, sin embargo las formas de los árboles son continuadas por líneas negras. En estas líneas se sugieren formas de troncos, pero apenas vemos las copas de algunos de estos supuestos árboles; el único que vemos completamente parece ser más un tallo que un árbol. El hecho de que los árboles crecidos, los más desarrollados, tengan sus copas fuera de la imagen, fuera del campo de visión que la composición nos permite a los observadores, dispara la proyección mental que podamos hacer del tamaño de los mismos. Al mismo tiempo, esta magnificación de los árboles, que nos obliga a ir más allá de lo representado en la imagen, magnifica también a la mujer de la cual solo podemos observar sus pies.
El fondo es sugerido con colores verdes, que confunden los conceptos de cielo y de bosque. Así tenemos separados los conceptos de realidad: por un lado la fotografía es en blanco y negro, mientras los elementos en color no constituyen imágenes definidas. Estos últimos son formados por líneas rectas, que sugieren el contorno de un horizonte urbano, escondido en el interior del bosque. Tras estos hipotéticos edificios, el fondo de tonos marrones y verdes sugiere la composición del bosque, mediante las tonalidades que faltan en la fotografía, que solo tiene grises.
El conjunto muestra una representación desigual del mundo: la visión formada está dividida por imágenes fotográficas y por elementos visuales con los que completamos mentalmente la imagen. Esa idea de desigualdad remite también a la figura humana. Los zapatos y la forma de las piernas muestran unos pies femeninos, alzando la figura de la mujer en el mundo. Atendiendo a la época, está latente la discriminación que la mujer sufría a finales del siglo XIX y principios del XX. La figura femenina ya en aquel entonces era, en el mejor de los casos, utilizada como reclamo sexual publicitario; quedando relegada a vivir en el interior de los hogares, desempeñando labores únicamente en ese sitio, quedando fuera de la esfera pública. Esto por supuesto cuando corría la suerte de no caer en las garras de la explotación.
En contraste con lo anterior, la imagen femenina que presenta Hannah Höch está situada sobre la composición de un paisaje natural, fuera del hogar, sugiriendo la liberación de la mujer. Al mismo tiempo, la dimensión de la figura que vemos remite al crecimiento que esta liberación supone para el género femenino. Esta desproporción entre el campo visual y la figura de la mujer denuncia la falta de reconocimiento y la infravaloración de la mujer de la mujer a lo largo de la Historia. Como si el cuadro estuviera preparado para captar una diminuta imagen de la mujer y la composición se desarmara por el lugar, más grande, que la mujer requiere y no se le ha concedido.
Puede entenderse también que no se trata de un bosque, sino de un césped que, dado el pequeño lugar en que ha sido confinada la mujer, esta lo entendía magnificado, dándole las propiedades de bosque, para ahora pasar a exigir una ampliación de sus horizontes.
Con todo este ideario que podemos desplegar del collage, resulta curioso y destacable que permanezca la imagen de los tacones, herramienta que ha permitido dar entrada a la mujer en la sociedad, pero dándole unos signos que la mantienen diferenciada. Los tacones altos como los aquí utilizado, serían así símbolo de un complejo de estatura que la mujer debe subsanar artificialmente, como si necesitara tenerse en sobreestima para poder equipararse a los hombres, al mismo tiempo que adornan la silueta femenina para agrado de la contemplación masculina.
Pese a ello la figura de Hannah Hoch reutiliza los tacones, elementos que le han sido asignados a la mujer por la sociedad, para reinventarlos y utilizarlos en un firme pisotón, haciendo notar su presencia y reclamando lo que no le ha sido reconocido. Höch recicla -término apropiadísimo al referirnos a un collage- estos elementos que contribuyen a discriminar a la mujer, para usarlos como elementos reivindicativos, utilizándolos en contra de dicha discriminación. Incluso el nombre, La persona grande, no hace referencia a una mujer, sino a una persona, condición que el matrimonio no le reconocía al subyugarla como propiedad del marido. Por tanto, el título reivindica una valoración por igual entre personas, que no le ha sido reconocida a la mujer y que esta está empezando a exigir.
Una idea parece desplegarse por todo el conjunto compuesto: la imagen de la mujer configurada hasta ese entonces debe ser reciclada, pues merece un lugar mayor que aquel al que ha sido relegada.