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ENTREVISTAS - Anna Bosch: “Defender el statu quo es mucho más difícil y menos sexy”

Elisa Castillo Nieto

Sofía Cortés Canda

Alba Pérez Pérez

Anna Bosch, periodista de RTVE, lleva más de 20 años cubriendo información internacional. Ha sido corresponsal en Moscú, Washington y Londres, ciudad esta última en la que estuvo entre 2009 y 2012. Es uno de los rostros más conocidos de la televisión pública por los innumerables directos y reportajes que realizó para los informativos. En 2013 recibió el premio de periodismo europeo Salvador de Madariaga, por “la exquisitez de su estilo narrativo y su característica manera de narrar las noticias” según destacó el jurado.


Tenemos la suerte de charlar con ella acerca del "Brexit" y de conocer de primera mano cuál es su punto de vista respecto a esta coyuntura decisiva para el futuro del Reino Unido y también, para el de la Unión Europea. Nos cita en una cafetería con un aire “british” y, en ese ambiente, va respondiendo a nuestras preguntas, contándonos anécdotas, y demostrando que mantiene frescos los recuerdos de su experiencia londinense y que, además, es una brillante periodista.

 

PREGUNTA: Queremos intentar comprender los sentimientos y la idiosincrasia de la ciudadanía británica en este momento crucial. Dada tu experiencia, ¿cuál es tu opinión sobre la visión que tiene la sociedad del Reino Unido de la Unión Europea? ¿Está reñido el orgullo nacional con la identidad europea?


RESPUESTA: Gran Bretaña es una isla y hay ríos y ríos de tinta y teorías dedicados a la influencia del hecho de ser una isla en la idiosincrasia y en el sentido de identidad separada, muy singularizada del resto.


Por tanto, de entrada está ese factor insular que tiene un sentido de protección y fortaleza. Los británicos siempre dicen que gracias a ser una isla han tenido menos invasiones que el continente. Eso realmente marca su carácter. Muy a menudo te recuerdan que las dictaduras, populismos y fascismos que hubo en Europa en los años 30, en Inglaterra no se dieron (otra cosa es que tuvieran un rey un poco filonazi que abdicó oficialmente porque se había casado con una divorciada). Ese sentido físico, pero también moral e ideológico de ser diferentes, lo tienen muy arraigado. Tienen un sentido de identidad diferenciada del resto, y diferenciada para bien.


“Gran Bretaña es una isla y ese factor insular hace que los británicos se sientan diferentes del resto de europeos, y diferentes para bien”


Hay otro factor que tiene que ver con el referéndum, que es la “catástrofe malthusiana” del inglés Thomas Malthus: Los ingleses (que no los británicos) tienen muy interiorizado algo que podríamos resumir en “no cabemos más”. Inglaterra, y digo Inglaterra porque Escocia baja la media, es junto con Holanda, una de las dos regiones más superpobladas de la UE. Esto entronca con el peso que tiene el debate sobre la inmigración y el miedo que existe a que el resto de europeos les invadamos y les echemos al mar. Son dos factores que ellos tienen muy interiorizados y a los que apelan algunos de los discursos y argumentos de campaña en este “Brexit”.

“Los ingleses (que no los británicos) tienen muy interiorizado que en RU «no caben más» personas, lo que explica el debate sobre inmigración y el miedo a que les «invadamos»”


Al mismo tiempo, diría que sobre todo la clase alta británica, para algunas cosas la más conservadora y antieuropea, tiene debilidad no ya por Europa, sino especialmente por Francia. Con este país tienen una relación de “ni contigo, ni sin ti”, de amor odio, un poco de diván de psiquiatra, porque al mismo tiempo que poseen un sentimiento de superioridad frente a los franceses, envidian lo que éstos llaman “la joie de vivre” y algunas cosas de la cultura francesa que para ellos son el sumun de la sofisticación y del gusto.


P: ¿Siempre ha sido así?, ¿no se reavivó ese orgullo nacional con Margaret Thatcher?


R: Sí, siempre se han sentido distintos. Y luego está el Imperio. Hay un sector importantísimo de la sociedad británica, sobre todo entre las generaciones mayores, que tiene una nostalgia muy importante del Imperio Británico. De hecho, la reina Isabel empezó reinando un Imperio que se fue desmoronando tras la gran descolonización de los años 50 y principios de los 60. Pero todavía hay gente que estudió en la escuela que tres cuartas partes del mapamundi eran del Imperio Británico. Algunos nostálgicos piensan “si hemos sido un imperio hace cuatro días, ¿cómo podemos ser ahora un país más de la UE al mismo nivel que Polonia, Malta o España?”


Por otro lado, otro factor importante y bastante universal en periodos de crisis es el miedo al otro, y eso, en esta coyuntura tiene mucho que ver en el referéndum.


“Algunos nostálgicos del Imperio Británico no entienden que Reino Unido esté al mismo nivel en la UE que Polonia, Malta o España”


P: ¿Nos podrías decir a grandes rasgos cuál es el perfil de la persona que va a votar SÍ al “Brexit”?

R: Por edad, hay una clara diferencia: las generaciones más mayores son más proclives a recelar de Europa y a pensar que tal vez estarían mejor solos. Las generaciones jóvenes en cambio, han tenido acceso a la educación, son generaciones que forman parte del mundo globalizado y sobre todo de Europa, se han ido de erasmus, pasan las vacaciones fuera, etc. Ya no es una cuestión ideológica, ¡es que es su vida!


En términos geográficos, las zonas rurales son las que más respaldan el “Brexit”, y en cuanto a las regiones, Inglaterra es la que concentra el grueso del peso euroescéptico, ya que Escocia y Gales son mayoritariamente europeístas.


En términos de izquierda y derecha, este referéndum se convoca porque el UKIP (el Partido Independentista del Reino Unido), un partido de extrema derecha independentista respecto a Europa, le estaba quitando votos al Partido Conservador de Cameron gracias a su discurso contra la UE y contra la “invasión” de europeos que suponía la política de fronteras abiertas.


El Partido Conservador se encuentra tradicionalmente dividido en el tema de Europa y este referéndum les está dividiendo aún más. Hay un sector europeísta y otro increíblemente eurófobo con un discurso de desprecio que llega a considerar a Europa como eje de todos los males. El referéndum en sí mismo es un efecto de la derecha: ante la pérdida de votos hacia el UKIP, un sector del partido presionó a Cameron para que organizara un referéndum y él cedió para evitar, en primer lugar, perder más votos y, en segundo lugar, un posible golpe de estado en el interior de su propio partido.


“Si el 23 de junio gana el «Brexit», nadie duda que David Cameron dimitirá como primer ministro y como líder del Partido”


El Partido Laborista es más europeísta, pero se da la circunstancia de que en estos momentos el líder Jeremy Corbyn, situado en el ala más izquierda del partido es escéptico con la UE, por lo que ahora que tiene que defender el “Bremain”, se le está criticando su falta de pasión. De hecho el Partido vive una situación un poco esquizofrénica porque la mayoría de los diputados laboristas no querían a Corbyn, ya que consideran que es demasiado de izquierdas, y que con él nunca van a conseguir el gobierno de nuevo. Sin embargo, las bases que son quienes lo eligieron, están con él. Esto suele ser bastante habitual, que las bases en los partidos de izquierda estén más a la izquierda que sus liderazgos.


P: ¿Qué papel han jugado los medios de comunicación en torno a la campaña del "Brexit"?


R: Los mayores promotores del “Brexit”, que defiende posturas euroescépticas cuando no directamente eurófobas, son los tabloides (prensa popular y sensacionalista). Estos periódicos tienen un determinado tipo de público que es el más susceptible de agarrarse a eso.


Los periódicos sensacionalistas (Daily Mail y The Sun) que se fundamentan en dar caña, han disparado día tras día contra la UE, que a diferencia de los famosos que se sienten su honor atacado, no interpone demandas.


Por otra parte, por citar a los medios europeístas militantes, están el Financial Times, el Economist y el Guardian. El Financial Times no puede considerarse un periódico de izquierdas, es el periódico del capital, de la City. Es un periódico muy pragmático que combate los extremos, de uno y otro lado, siendo su principal objetivo la estabilidad. Para pasmo de muchos fue crítico con la envergadura de los recortes adoptados en España, e incluso contra los del propio Gobierno de Cameron. Lo que perseguía con sus editoriales era alertar de que la austeridad extrema podría desencadenar revueltas sociales y dar alas a partidos situados fuera del establishment y que defienden discursos mucho más duros contra ellas.


P: Teniendo en cuenta la importante división en el seno del Partido Conservador, ¿no existe un riesgo de que se produzca una escisión?


R: Si el 23 de junio sale el “Brexit” nadie duda que David Cameron dimitirá como primer ministro y como líder del Partido, y probablemente también lo harán los ministros que están a favor de seguir en la UE. Habrá vencedores y vencidos y el Partido Conservador tendrá que optar entre dividirse o hacer un esfuerzo de refundación, de unidad y de conciliación, además de buscar a un nuevo líder.


“Curiosamente, siendo alguien con una amalgama multicultural, Boris Johnson se ha convertido en el Trump de la campaña del referéndum”


Esta división brutal se ejemplifica claramente en el caso de David Cameron y Boris Johnson, el exalcalde de Londres. Los dos con trayectorias parecidas y en una pelea histórica por ser el gallo del gallinero. Curiosamente Boris Johnson tiene una vida muy europea, sus ancestros vienen de varios sitios, ha vivido en Bruselas... Es decir, que siendo alguien con una amalgama multicultural, se ha convertido en el Trump de la campaña del referéndum, dando argumentos como el de los plátanos o comparando la UE con el expansionismo de Hitler. Él siempre ha sido provocador pero se está pasando un poco.


P: ¿Cuáles son los principales argumentos que esgrime la derecha británica en contra de la UE?


R: Uno de los argumentos principales es que, cuando se aprueba el referéndum para entrar en la Comunidad Económica Europea (CEE), los británicos lo hacen para integrarse en un libre mercado y por razones económicas. Argumentan que ellos votaron una unión económica, pero no la unión política y federal hacia la que se está avanzando. No obstante, esto tampoco es del todo cierto puesto que los Tratados se han ratificado por unanimidad, contando con la presencia de su primer ministro elegido en democracia.


El segundo argumento es el que cuestiona que se decida desde Bruselas cuestiones de índole nacional, como puede la regulación del número de horas de trabajo o la composición del chocolate, ejemplo éste último al que recurren constantemente.


“A veces se pierde de vista que RU ya goza de una situación de excepcionalidad dentro de la UE”


Un tercer argumento defiende que la UE es una institución poco democrática, puesto que los británicos tienen un diputado por circunscripción y están acostumbrados a conocerlo y saber a quién lanzar sus reproches, al contrario de lo que sucede con su europarlamentario. Para ellos, la UE es un sistema de burócratas y cambalaches internacionales donde el ciudadano tiene poca capacidad de exigir a sus políticos que rindan cuentas.


Por último, también es un argumento recurrido que la Unión Europea se lleva mucho dinero de los británicos y que lo emplea en aumentar la burocracia y otros gastos absurdos. Por eso ahora Cameron se define como un “europeísta pragmático” y está centrando su discurso en que se renegocien los términos del pacto que tienen los británicos con la UE.


P: Desde el exterior se esperaba que los laboristas intentasen defender un poco más el “Bremain”, pero a Corbyn se le ve muy callado.


R: Tiene más trascendencia lo que haga Cameron porque es quien ha convocado el referéndum y además es el primer ministro, por eso es lógico que se lleve buena parte del protagonismo. A Corbyn se le está acusando mucho de ser tímido, sin embargo, el nuevo alcalde laboristas de Londres, Sadiq Khan, incluso ha hecho actos de campaña con Cameron.


“Cuanto más grandes son las instituciones económicas, ya sean públicas o privadas, más a favor están de permanecer en la UE”


Quien le está poniendo pasión en el Partido Laborista es Tony Blair, pero no se sabe hasta qué punto esto ayuda o puede ser contraproducente después de lo de la Guerra de Irak y sus negocios. También están implicados en la campaña Gordon Brown o los hermanos Miliband. Sin embargo, lo que uno se espera es que sea el líder del partido el que encabece la campaña. Por lo tanto, tampoco sería de extrañar que si gana el “Brexit”, también haya repercusiones en el partido laborista.

P: ¿Se ha pronunciado la Corona británica?


R: Oficialmente, la Corona británica no ha dicho nada porque no puede, otra cosa es lo que se haya filtrado. Todos sospechamos que si hay alguien que en el fondo de su corazón sienta nostalgia del Imperio esa sea la Reina de Inglaterra. Pero cuando salió la filtración de The Sun, inmediatamente Buckingham Palace la desmintió. Ahora, entra dentro de lo verosímil que sea defensora, si no de salir de la UE, sí de la filosofía de la UE para “lo justito”.


De hecho, esto es algo que a veces se pierde de vista tanto allí como aquí: El Reino Unido ya tiene una situación de excepcionalidad. Cuando se habla de una “UE a dos velocidades”, es que ya la tenemos y quien más excepciones tiene es el RU.


P: ¿Se han posicionado otras instituciones económicas?


R: Cuanto más grandes son las instituciones económicas, ya sean públicas o privadas, más a favor están de permanecer en la UE. Quien más claramente se ha pronunciado sobre el “mal negocio” de salir de la UE y más influencia y calado ha tenido, es el Banco de Inglaterra, que todavía tiene un prestigio real como entidad independiente.


“Hay una parte del debate sobre el referéndum en torno a globalización versus proteccionismo”


También se han posicionado a favor del “Bremain” las grandes empresas, las multinacionales, los grandes bancos, el BCE, el FMI y la City, que no nos olvidemos, es junto con Wall Street, el principal centro financiero del mundo.


La Cámara de Comercio Británica en España también respalda de manera abrumadora el quedarse en la UE. Cuantos más vínculos internacionales tienen las empresas o instituciones, más a favor están de seguir en un club internacional porque es un pasaporte para facilitar sus negocios. Al final, hay una parte del debate sobre el referéndum que es globalización versus proteccionismo. Quien más tiene que ganar con la globalización y los negocios interfronterizos, es quien más a favor está de seguir. Quienes creen que les va a ir mejor con un mercado más protegido, son más susceptibles de estar a favor de salir de la UE.



P: Volviendo al tema de la inmigración, ¿el argumento de que “aquí no cabemos más” está marcando el debate de tintes racistas?


R: En un principio ambos bandos usaron el argumento económico. Los partidarios del “Brexit” argumentaban que si salían de la UE les iría mejor porque gastarían menos y liberalizarían más su economía, mientras que los partidarios del “Bremain” alegaban que necesitaban a la UE por ser su principal socio comercial y su principal inversor.


No obstante, poco a poco el argumento económico ha ido perdiendo peso y el argumento de la inmigración ha ido ganando terreno. Las encuestas confirman que está calando el mensaje del Banco de Inglaterra, del FMI y de las grandes empresas sobre que no conviene salir de la UE.


El tono de los euroescépticos, que en su mayoría son directamente eurófobos, es muy ofensivo si eres europeo. Realmente en esta campaña están hablando con muchísimo desprecio y el lenguaje están siendo directamente xenófobo. El último en denunciarlo ha sido el arzobispo de Canterbury, cabeza de la iglesia anglicana.


“Realmente, en esta campaña [los defensores del «Brexit»] están hablando con muchísimo desprecio y usando un lenguaje directamente xenófobo”


Los británicos son un pueblo ejemplar en cuanto a tradición democrática, gusto por el debate, fair play y respeto al otro. Pero si hay una cuestión con la que se vuelven latinos y comparables al debate más impresentable de la telebasura de aquí, de gritarse unos a otros, de decir animaladas y de perder los papeles, es el tema de Europa.


Además, quienes llevan la pasión son los euroescépticos. Los europeístas están acomplejados por la idea de estar defendiendo al “malo”, por lo que yo he observado los años que he vivido ahí, no está bien visto defender a la UE. Aunque, ahora que se le están viendo las orejas al lobo con las encuestas, los europeístas están sacando algo más de pasión.

Sobre el tema de la inmigración de ciudadanos de los 28, hay un sector importantísimo, sobre todo de la derecha, que ha sido muy crítico, y eso a pesar de que el Reino Unido fue de los que presionaron para que se acelerara la ampliación al este de Europa para compensar un poco el poder de Francia y Alemania, ya que se trataba de países mucho más atlantistas y liberales en lo económico.


“Quienes llevan la pasión son los euroescépticos. Los europeístas están acomplejados por la idea de estar defendiendo al «malo»”


Consideran que la inmigración de ciudadanos comunitarios es una invasión y que vamos a Reino Unido a vaciarles las arcas públicas y a aprovecharnos de sus subvenciones. Sin embargo, todos los estudios corroboran que el saldo de la inmigración – sobre todo en la UE- es positivo. La gente emigra para trabajar, y si no encuentra trabajo al cabo de un tiempo se va a otro sitio. Pero la idea de que “el otro me quita el trabajo” es un fenómeno universal, sobre todo en tiempos de crisis.


Para colmo, ya en la campaña electoral de 2010, Cameron prometió algo que no podía prometer: que pondría cupo a la inmigración de la UE en Reino Unido. Desde el 1 de enero de 1993 rige en la UE la libre circulación de mercancías, capitales y personas del espacio comunitario, por tanto es imposible poner cuotas a los europeos.


Hace dos semanas salió una estadística que mostraba que en 2015 se había incrementado la llegada de europeos muy por encima del cupo que había prometido Cameron y también por eso se ha convertido en un argumento del “Brexit”. Ahora todo el mundo le reprocha a Cameron que han venido 350.000 personas en lugar de las 200.000 que prometió.


P: Pero ¿esto no es un poco hipócrita, teniendo en cuenta el número de británicos que también viven en otros países de la UE?


R: En España, las cifras oficiales actualizadas dicen que hay 300.000 británicos en España por 200.000 españoles en el Reino Unido. Evidentemente, estas cifras son a la baja porque no todos los británicos que viven en España están empadronados aquí y viceversa.


Lo que está planteando Reino Unido es romper un statu quo, una estructura que se ha ido construyendo en 40 años. Tampoco sabemos exactamente qué pasará si se van, si se quedarán como Suiza, como Noruega, o de otra forma. Las consecuencias del “Brexit” se mueven mucho en el terreno de las hipótesis porque desconocemos el estatus que en el último caso tendrían si deciden salir. En principio, todos los derechos que tienen los británicos aquí en España, o el español en Reino Unido, en calidad de ciudadanos, los perderían. Pero no sabemos cuáles exactamente.


Anna Bosch durante su etapa de corresponsal en Londres para RTVE (2009-2012).


P: En relación con las hipótesis respecto de lo que podrá pasar, se critica a veces que el discurso de Cameron es demasiado “apocalíptico”. ¿Crees que ello puede ser contraproducente? ¿Está recurriendo al discurso del miedo?


R: Un patrón de comportamiento que se suele repetir en los referéndums (ha ocurrido en el de Escocia, y ocurriría en Cataluña si lo hubiese), es que defender el statu quo de entrada es mucho más difícil y menos atractivo, que prometer que lo que vendrá será mucho mejor. Desde un punto de vista de enganche, siempre es más “sexy” defender con pasión la revolución, romper el statu quo siempre lleva mucha más carga de entusiasmo y de ilusión.


No perdamos de vista que el referéndum se plantea en el peor momento de la historia de la UE. Nunca antes había estado tan desprestigiada, había sido tan poco atractiva hasta para el más europeísta. Venimos de dos crisis gravísimas, la crisis del euro y la de los refugiados. Son dos crisis estructurales y de identidad que hacen tambalear los pilares de la construcción europea.


“Las consecuencias del «Brexit» se mueven mucho en el terreno de las hipótesis porque desconocemos el estatus que tendría Reino Unido si decide salir”


Con lo cual, defender el statu quo en un momento tan crítico para la UE es difícil, y para el bando opuesto es casi sinónimo del discurso del medio. La frontera entre la objetividad en torno a los derechos que vas a perder o las cosas que van empeorar si rompes el statu quo y el discurso del miedo, no está clara.


Efectivamente, a medida que se acerque el referéndum, cada vez será más apasionada la campaña, y el discurso de mantener el statu quo cada vez aparecerá más apocalíptico, cada vez se dirá más lo de “nos la vamos a pegar”. El que quiera irse dirá que se le está asustando y que se está recurriendo al discurso del miedo. La defensa del statu quo siempre implica decir “por mal que estemos, nos irá peor fuera”. Pero ojo, el miedo es un factor más a la hora de votar.


P: Las encuestas pronostican un resultado muy ajustado, ¿crees que el miedo dará al final cierto margen al “Bremain”?


R: Mira, yo le hice una pregunta parecida a un periodista delegado de Reuters en Europa. Y él me lo resumió así: “si los británicos votan con la cabeza o con el corazón, probablemente salga por los pelos quedarse, pero como voten con las tripas, saldrá por los pelos salir”.


P: ¿Cuál es tu predicción del resultado del 23-J?


R: No me hagáis hacer predicciones… A ver, una semana antes del referéndum de Escocia salió una encuesta que le daba 1 punto de ventaja al independentismo, por lo que a los del “Better Together” les entró el pánico y salieron proponiendo un montón de ofertas de competencias para Escocia.


Luego finalmente ganó el quedarse en Reino Unido por un margen mayor (55,3% versus 44,7%) que el que daban las encuestas (52% versus 48%) de última hora. Con lo cual, al final, prevaleció el statu quo, el miedo, o llámalo “X”. Igual ocurre lo mismo con este referéndum, no lo sé. De verdad que no lo sé.


P: Queríamos preguntarte acerca del proceso de registro para votar en el referéndum, ¿se han puesto algunas trabas?


R: Para poder votar en el referéndum hay que registrarse e inscribirse previamente en el censo electoral, lo mismo ocurre en Estados Unidos. No pasa como en España, donde la gente está inscrita en el censo electoral por defecto tras empadronarse. Es un paso previo relativamente sencillo, pero es un trámite adicional y es cierto que generalmente somos perezosos. Requiere un puntito más de voluntad de ejercer nuestro derecho-deber como ciudadanos.


No es como aquí, donde el mismo día de la votación nos podemos levantar y decidir ir a votar en el último momento. Ese impulso de ultimísima hora, en Reino Unido y Estados Unidos no se da porque uno tiene que haberse inscrito previamente.


“Todas las esperanzas de seguir en la UE están puestas en los jóvenes”


En Reino Unido acaban de ampliar dos días el plazo para que la gente se inscriba para votar, porque el último día se colapsó la web y sobre todo porque estaban viendo que los jóvenes no se estaban inscribiendo. Todas las esperanzas de seguir en la UE están puestas en los jóvenes, y se ha visto que hay mucha diferencia entre la gente mayor de 65 años que está dispuesta a ir a votar al referéndum y los que están por debajo de los 35 años.


Tenemos sociedades envejecidas, por tanto, si la mayoría de la gente mayor va a votar, y vota salir, mientras que los jóvenes que son minoría, votan menos, no nos salen las cuentas ni generacional ni demográficamente.

P: Sobre la campaña electoral oficial, ¿quiénes integran los dos movimientos? ¿Son organizaciones de la sociedad civil?


R: Los movimientos del “Stronger In” y del “Vote Leave” están integrados por políticos y sobre todo, por la sociedad civil, que generalmente es un actor clave en la democracia británica.


La sociedad civil tiene muchísimo peso en Reino Unido y realmente puede cambiar leyes o frenar proyectos. Por ejemplo, para la mayoría de proyectos de ley, es obligatorio que pasen por un periodo de consultas por distintas organizaciones civiles que guarden relación con la regulación en concreto.



Esto tiene como resultado que algunas leyes se retiran, pero la gran mayoría se ven modificadas sustancialmente por ese periodo de consultas, entre que el Gobierno redacta un proyecto de ley y que finalmente se vota en el Parlamento.


Como la democracia británica es muy participativa en el proceso legislativo, cala mucho el discurso de que la Unión Europea tiene un gran déficit democrático en su funcionamiento.


P: ¿Qué consecuencias para Europa crees que tendría el “Brexit”? R: Si el Reino Unido se va, será un golpe durísimo para la UE, que ya de por sí está en el peor momento de prestigio, atractivo y reputación. No se va cualquier país, se va uno de los tres grandes, el que es el puente con EEUU y con Asia (el legado del Imperio). Con lo cual, ya simplemente por envergadura (económica, de población, etc.), la UE se debilita objetivamente, pero se debilita también anímica, moral y políticamente.

Evidentemente, si se va el Reino Unido, ejercerán mucho más protagonismo y liderazgo Francia y Alemania, que siempre le habían tenido de contrapeso en muchas cuestiones.


“ Como la democracia británica es muy participativa en el proceso legislativo, cala mucho el discurso de que la UE tiene un gran déficit democrático en su funcionamiento ”


P: Independientemente de lo que salga al final, ¿crees que Europa hará autocrítica o que se tomará alguna medida?

R: La capacidad de autocrítica de los líderes, pues… si lo veo me lo creeré, porque ahora, salga lo que salga, se han sentado ya dos precedentes malos para la filosofía inicial de la UE.


El primer precedente dramático es que un país decida irse: Se suponía que la UE era un “club” para mejorar los estándares de vida los ciudadanos europeos, que iría cada vez a más y que no dejaría de crecer porque, supuestamente, siempre sería atractivo y ventajoso. En la filosofía y germen de la UE no estaba previsto el supuesto de que un país quisiera irse, y aún menos que fuera uno de los tres grandes.


En la filosofía y germen de la UE no estaba previsto el supuesto de que un país quisiera irse

El segundo precedente es, que ante esa amenaza, la UE ha negociado y ha cedido. No ha dicho: “Mira, así es el club. Si quieres seguir bien, pero si no, no vamos a estar negociando todos los días contigo”. Con lo cual, ya son dos precedentes contranatura de la esencia fundacional de la UE, con los que otros 27 gobiernos pueden decir mañana “pues yo también me voy y quiero que negocies conmigo como hiciste con el Reino Unido”.


Pero claro, al mismo tiempo, democrática y diplomáticamente es poco defendible que la UE niegue el derecho a que hagan un referéndum y a que decidan irse.

P: ¿Y qué consecuencias territoriales crees que tendría el “Brexit” en Reino Unido?


R: Si el Reino Unido sale de la UE, será porque lo ha arrastrado el euroescepticismo de Inglaterra. Inglaterra representa el 82% de la población del Reino Unido, con lo cual, el peso demográfico, económico y electoral de Inglaterra es enorme. El peso euroescéptico es de Inglaterra, ya que Escocia y Gales son europeístas.


“Si se produce el «Brexit, es muy probable que Escocia vuelva a pedir otro referéndum de independencia ”

Si deciden irse, la lectura desde Gales y sobre todo desde Escocia, será: “¿Tenemos que aguantar que los ingleses nos echen de Europa?!”. Es muy probable que Escocia vuelva a pedir otro referéndum de independencia, para que se vayan los ingleses de la UE, pero no ellos. De entrada, esa sería una consecuencia interna para el Reino Unido que pondría en peligro de nuevo la unidad de la Unión.


Pero también tiene consecuencias para la UE, porque si llegara el caso de que se fuera Inglaterra pero se quedasen Escocia y Gales, evidentemente, el problema es que en otros países de la UE se va a hacer esa lectura y también lo podrían pedir en España, en Italia, o los corsos en Francia, por ejemplo. Las implicaciones territoriales son gordas si Reino Unido decide salir, y tienen una onda expansiva para casos concretos en otros países de la UE.

P: ¿Y qué pasaría con Irlanda del Norte?

R: Si sale salir, en el caso de Irlanda del Norte, previsiblemente se acentuará de nuevo esa división traumática entre “protestantes, pro-británicos, unionistas” y “católicos, pro-irlandeses, republicanos”. Será otra marcha atrás para el proceso de paz que parece que va sobre ruedas pero no es así, desde que se firmó el Viernes Santo de 1998 va a trompicones.


“ En Irlanda del Norte, el «Brexit» supondría dar marcha atrás al proceso de paz ”


Al acuerdo de paz se llega por el esfuerzo conjunto de EEUU, el Gobierno británico y la República de Irlanda. Estos dos últimos son países de la UE sin fronteras físicas, pero si el Reino Unido sale, igual los británicos o los irlandeses vuelven a ponerla. Mary McAleese, presidenta de Irlanda entre 1997 y 2011 ya ha advertido de esta posibilidad. De nuevo Irlanda dividida como en los viejos tiempos.



Hoy por ejemplo, lo decían los padrinos del proceso de paz, John Major y Tony Blair, en un acto campaña en Irlanda del Norte. John Mayor decía: “Esto es la unión de cuatro países: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte. Si decidís salir, esto se puede ir al garete”, las implicaciones territoriales pueden ser muy importantes y tener repercusiones fuera.


P: La gran mayoría de líderes internacionales se han posicionado a favor de que Reino Unido se quede en la UE...

Cuando Obama “osó” decirles que se quedaran en la UE se le critico mucho desde el bando del "Brexit". Las palabras de Boris Johnson fueron directamente racistas: “Bueno, claro, ¡qué va a decir Obama! Como su padre era de Kenia que es una excolonia, ¡tiene la inquina contra la antigua metrópoli!”. Además, le reprochan a Obama que lo primero que hizo nada más llegar al despacho oval fue quitar el busto de Winston Churchill. A lo que Obama contestó: “Sí, quité el busto de Churchill pero fue para poner uno de Martin Luther King, que creo que a estas alturas del siglo XXI ya tocaba”.


P: Para finalizar, nos gustaría conocer tu opinión personal


A los europeos nos cuesta mucho aceptar que Europa tenga cada vez menos peso. Nosotros nos hemos criado en un cultura, y venimos de una historia y de una realidad política en la que Europa era el centro del mundo, lo que hace que todavía suframos de “ombliguismo”. Aquí estaban las metrópolis de todos los imperios, pero eso se ha acabado.


La India, China, Brasil… el centro del mundo en torno al cual todo gira ya no es Europa, ni siquiera es Occidente. Y la prueba evidente es la política exterior americana. El imperio actual que es EEUU hace ya tiempo que está virando a Asia.


Entonces, en ese mundo en el que Europa, poco a poco está perdiendo peso, si además debilitamos Europa, peor nos va a ir. Pero, por una mera cuestión de ajedrez mundial, de equilibrio de fuerzas. No es una cuestión de militancia europeísta o de ingenuidad. Es por el argumento que repite Ángela Merkel, que dice: “nosotros somos la primera potencia económica y demográfica de Europa, tenemos el mayor PIB y el Euro se ha hecho a imagen y semejanza del Deutsche Mark, el BCE está aquí, intentamos “dictar” la política monetaria de la Unión económica. Y nosotros, solos, no tenemos nada que hacer en el mundo, necesitamos formar parte de un club más grande”.


“ Si Alemania, la primera potencia de la UE, dice que ellos solos no irían a ninguna parte y necesitan formar parte de un club más grande, imagínate el resto ”


Ya nadie es soberano, y no es porque se hayan transferido competencias a Bruselas. China es quien tiene la mayor parte de la deuda americana y ya lo dijo Hilary Clinton como Secretaria de Estado: “cuesta apretarle las tuercas a tu banquero”.


Por eso decía antes que este referéndum tiene algo de referéndum sobre la globalización, es decir, aceptamos el mundo interconectado global en el que estamos o volvemos a recuperar lo máximo posible y a cerrar lo nuestro. Mi posición intenta ser pragmática más que ideológica. Si la primera potencia de la UE, dice que ellos solo no irían a ninguna parte y necesitan para ser fuertes formar parte de un club más grande, pues imagínate el resto.


Y por terminar con una nota positiva. Si deciden quedarse, se puede positivizar la lectura para darnos ánimos ahora que todos estamos muy desencantados con la UE, y decir, a ver, si en el peor momento de la UE, el país más crítico con la UE decide quedarse, a lo mejor esto merece la pena a pesar de todo.



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