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ENTREVISTAS - Clara Lorca: "Doy importancia a la liberación mediante la pintura, más que al con

Elena Higueras



Clara Lorca es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Granada, y tiene un master en Producción Artística, además de formación en escultura y diseño gráfico. Ha realizado exposiciones individuales y colectivas dentro y fuera de nuestras fronteras, entre ellas en Estados Unidos, Estocolmo y París. Su obra se basa en la experimentación, utilizando reacciones químicas y soplado de vidrio, entre otras técnicas, para conseguir resultados innovadores.

Clara Lorca posando junto a su obra.


En el céntrico barrio de Embajadores, cerca del Reina Sofía y la Casa Encendida, encontramos Nave 73, un espacio conocido por todos los amantes del teatro independiente de la capital. Acogió el pasado mes de junio la exposición Materia Dispersa, de la artista granaína Clara Lorca. Me siento en la cafetería de Nave 73 con ella y con el comisario de la exposición, José R. Camacho. Me hablan de los cuadros, y a raíz de ello, de la situación del arte en España, y la especulación que ha rodeado a la producción artística en los años del boom inmobiliario.


"Mi manera de expresarme es muy visual, tiene que entrar por el ojo"


Le pido a Clara que me cuente cómo es su exposición, qué es lo que nos encontramos al ver su obra. “El cuadro es una forma circular en primer plano, como si estuviera ingrávida. En vez de pintar, por ejemplo, un paisaje, recuerda a microgalaxias, o microorganismos, que también se encuentran en la naturaleza”, me explica la artista.


José interviene para contar una anécdota sobre una amiga de Clara, bióloga, que mencionaba las bacterias a las que le recordaban, con sus nombres en latín y griego.


Al preguntarle por la interpretación de sus cuadros, Clara prefiere que cada uno elija la suya. “Es una obra muy directa en la que no cabe mucha más interpretación” me dice. “Igual que hay gente que no da tanta importancia a lo estético, mi manera de expresarme es muy visual, tiene que entrar por el ojo”.

Crisálidas (Mixta sobre metacrilato), Catársis. Clara Lorca.


Lo que impresiona del arte de Clara Lorca no es sólo el resultado, sino el proceso. Clara nos anima a acercarnos: no se ve el pixel o la pincelada, sino que la uniformidad del color atrapa es las microformas que la química nos ha regalado. “Se ha formado de la misma manera en que se crea la naturaleza”, dice.


“Hace años que yo me separé de lo académico, madera, óleo, pinceles, y demás. Pinto en horizontal sobre metacrilato, y soy un poco alquimista: de manera intuitiva experimento, mezclo. Sé el resultado que quiero conseguir, y voy probando, veo qué cosas pueden funcionar, cuáles no…Voy haciendo una biblioteca de recursos propios para controlar ese azar. Me gustaría mucho saber de química, podría conocer más productos y reacciones que llevar al arte, pero en realidad, en mi obra, es todo experimentar. El tema de la toxicidad es también complicado, hay que protegerse los ojos, la boca... no te das cuenta porque los vapores no se ven, pero hay que tener cuidado, igual que la gente que trabaja en grabado, con el tema de los ácidos ¡Yo alguna vez he mezclado cosas que me han hecho un agujero en el cuadro!”


Se ríen cuando les menciono a Jackson Pollock y el estereotipo del artista moderno que lanza pintura al cuadro para ver qué sale. “Esa es la idea que tiene a veces la gente, pero no es así” me explica José. “Hay muchos más factores que controlar para hacer una obra que tenga calidad”.


La pregunta es obligada y se la tengo que hacer a Clara: ¿qué función tienen sus cuadros? ¿Denunciar, expresar, representar? ¿O el arte no debería tener una función?


"No me gusta tanto el arte que no entiendes y que te hace dudar si es que eres un poco tonto y no te has enterado"


“Doy importancia, más que al concepto o a la temática, a la liberación mediante la pintura, aunque suene muy típico. Es un modo de expresión. Influye mucho mi estado de ánimo, a veces incluso de forma inconsciente. En algunas épocas necesito expresarme con rojos muy vivos, y en otras, como ésta, utilizo colores livianos, formas sutiles. Es una expresión de mi subconsciente. No me gusta tanto el arte que no entiendes, y que te hace dudar si es que eres un poco tonto y no te has enterado, porque ves que otra gente a tu lado se las da de entendido”.


En el texto de José R. Camacho, que abre la exposición, aparece una frase de Hans Hofmann que enlaza con esto: la obra está terminada cuando todos sus elementos se comunican entre sí y no necesitan a nadie ni nada más.


“Hofmann es uno de los gurús de los expresionistas americanos” explica José. “Conozco gente que tras años estudiando arte, optan por el expresionismo, a veces de forma inconsciente, cada uno aportando su propio nivel estético. “No vuelcan su ego, como los expresionistas americanos, más cercanos a Freud, y la las corrientes de volver a lo primitivo; sino que todo lo que han aprendido de arte se pone en juego: colores, texturas, estética”, añade el comisario.



Los expresionistas son a veces criticados por centrarse en su propio mundo interior, pero son también una de las corrientes en la pintura que más busca la conexión a nivel emocional con el espectador: en lugar de mostrar una realidad, buscan reflejar y transmitir sensaciones. Clara Lorca prefiere preguntarnos qué vemos en un cuadro antes de explicarnos qué ve ella. Le gusta cómo cada persona tiene una reacción diferente ante una obra, evocando figuras distintas. Considera que tener como objetivo complacer al público es un error: “para que una obra le guste a un espectador primero me tiene que gustar a mí. Las técnicas que ya conozco no me llenan tanto. Me gusta repetir un proceso hasta encontrar el resultado que busco, pero no quedarme ahí”.


José nos explica que ésta es una de las cosas que le gustó en la obra de Clara. “Hay gente que hace siempre lo mismo porque encontró algo que encajaba con su estilo, que gustaba al público, y se vio abocado a repetir siempre lo mismo. El factor azar es importante en la obra de Clara, y eso lo convierte en un arte muy honesto. Hay filósofos que hacen copia pega de lo que está funcionando, y después te lo venden muy bien, pero el arte no trata de eso”.


Clara Lorca comparte la honestidad de su obra, sin ninguna intención de añadir un halo de misticismo a sus cuadros: “habrá quien pueda escribir un libro entero interpretando lo que yo estaba pensando cuando hice un cuadro determinado… La verdad, en mi vida personal me gustaría ser tan libre como en el arte, hacer lo que me apetezca sin pensar en el qué dirán”.

Malaquita (Mixta sobre metacrilato), Catársis. Clara Lorca.


Tiene la misma actitud cuando le pregunto sobre su currículum de exposiciones: Clara ha expuesto en París, Dallas y Estocolmo, entre otros sitios, además de numerosas exposiciones por toda la geografía española. Ella se encoge de hombros.


“Han viajado más mis cuadros que yo. Que vaya sólo mi cuadro tampoco supone una involucración mía, me aporta mucho más como artista hacer una exposición individual aquí. Lo del currículum internacional suena muy bien, pero a veces hay galerías que te llaman diciendo que se han fijado en ti, y te ofrecen exponer tu obra en Shangai y en todos sitios… pero a un precio. Esa no es la manera en la que yo quiero dar a conocer mi obra. Hay artistas emergentes que se dejan un dineral en exponer por todo el mundo a golpe de talonario, y lo toman como señal de que están ya en el panorama internacional, aunque luego esa presencia no dure. Hay que poner en su contexto lo de exponer por todo el mundo”.


Le pregunto también por su colección de joyas. Me llamó la atención conocer esta faceta suya porque me recordó a Holbein y otros artistas del renacimiento, que también diseñaban joyería para la aristocracia de la época, como los Tudor. En una tiempo más reciente, Gustav Klimt tenía formación como orfebre, que trasladó a sus cuadros en forma de sus característicos tonos dorados y metálicos.



“Todo empezó porque me puse a experimentar con formatos más pequeños ¡Si por mi fuera, todos los días pintaría dos metros! Comencé a hacer microesculturas con nuevos materiales, como metales, pero era difícil hacer una exposición con esculturas tan pequeñas. Así surgió la idea de convertirlas en joyas. Nunca lo habría pensado de cero, porque parece que el arte es algo muy puro, muy sagrado, y está como mal visto hacer joyas. Parece que ya no eres artista, te conviertes en un artesano, y se ve como algo inferior”.


El elitismo que flota (o en el que flota) el mundo del arte empaña las posibilidades de disfrutarlo, según la artista: “Es curioso porque a mis amigos les gusta el arte pero lo ven como algo ajeno, lejano. No se atreven a dar su opinión o tener un criterio. Sin embargo, esos prejuicios no existen en el mundo de la moda. La gente sabe lo que cuesta una camisa de marca, o qué se lleva, y se siente más cómoda dando su opinión. No te piden que les expliques lo que significa la joya, la compran porque les gusta. Me gustaría que eso fuese igual en el mundo del arte”.


Para salvar esta barrera entre el público y el artista, se vuelve vital la labor del comisario. José me cuenta cuáles son los retos a los que se enfrentan los comisarios desde que encuentran una obra que consideran merecedora de ser compartida, hasta que consiguen tener un proyecto montado.


"La gente sabe lo que cuesta una camisa de marca, o qué se lleva, y se siente más cómoda dando su opinión (...) Me gustaría que eso fuese igual en el mundo del arte"


“Vivimos en un mundo en el que todo se hace por Internet. La gente te recomienda artistas y directamente vas a su web. Algunas obras ganan mucho en persona, como las de Clara. Me gusta hablar con el artista, participar en el proyecto sin pisar su espacio. Recuerdo una exposición en la que, en el texto introductorio, sólo al final se hablaba de la obra, y el resto era divagar... No es así como debería ser. El trabajo del comisario es coordinar, ayudar a llevar el mensaje final al público, aplicar lo que ha estudiado y su propia sensibilidad. Hay artistas que piensan: “puedo organizarlo yo mismo”. También hay galerías que ven en el comisario a una persona con criterio y que conoce el mundo del arte, y a la que pueden usar como un becario que trabaja gratis. En teoría, los comisarios aportan ese conocimiento sobre arte y las galerías aportan sus contactos, pero son más porcentajes a repartir, y muchas rechazan la idea. Luego hay galerías como la New Galery, que arrancan muy fuerte y cuidan mucho su selección, pero al final, cierran, y piensas: “todo ese elitismo, ¿de qué les ha servido?”.


Glóbulos rojos (Mixta sobre cristal), Entrañas. Clara Lorca.


Como amante del arte clásico y del arte actual, no resistir la tentación de preguntarle a un historiador del arte como es José, si hay o no continuidad entre el pasado y el arte contemporáneo.


“A partir de los 80 se va imponiendo la idea posmoderna de que vale todo, pero si no tienes calidad, al final no perdura”, sentencia José. “Por ejemplo, a Jeff Koons le admiro aunque no me guste nada, porque ha entendido todo y lo ha explotado a su favor. Le vi hace poco en una inauguración en el MOMA, y no parece un artista, parece un charlatán que te vende bebidas milagrosas en el Far West. Si mueves tantos millones corres el riesgo de acabar así, como una parodia de ti mismo, como le pasó a Dalí, que sabía perfectamente que lo era. Como nosotros no movemos esos millones, aún tenemos esa libertad”, bromea. “Lo malo no es que lo hagan, el problema es que no aportan ya nada nuevo”.


Clara también agradece esa libertad que le permite crear sin tener que acercarse a las exigencias del mercado. “De momento he tenido la suerte de trabajar con galerías poco comerciales, que no me han obligado a optar por un estilo o una corriente que se esté vendiendo bien”.


"Entonces, el mercado de arte, ¿es amigo o enemigo?", le pregunto.


José ríe “yo es que no sé qué es eso”. La cara de Clara lo dice todo: “más bien… enemigo”.


“He conocido artistas que fueron consagrados en su momento y habían expuesto por todo el mundo y ya no les llaman”, cuenta José. “La competencia es alta y a veces ellos mismos se cierran a participar en cosas nuevas, frescas. Gente que vendía cuadros a concejales en los 80 y ahora les compran sólo sus amigos”.


Clara matiza la situación: “también hubo mucha burbuja en el mercado del arte, gente que quería lavar dinero, o que quería decorar la casa que se había comprado, y además del jacuzzi, se compraba un cuadro del artista de moda. También hubo premios muy sustanciosos de ayuntamientos que los daban sin ningún criterio, ni nivel cultural. Al final esta crisis, aunque suene mal decirlo, ha servido de criba. Yo soy la primera afectada, pero había gente que lo cogió en una época de expansión, en la que daba dinero; y cuando vieron que no era rentable, han seguido con su camino. La gente que creemos en el arte y queremos hacerlo ganemos dinero o no, aquí seguimos. Si de verdad estás dispuesto a echar horas de tu tiempo y gastar dinero que no tienes sin contar con un ayuntamiento que te pague una escultura en una rotonda... pues igual estás aquí porque de verdad lo sientes”.


Púrpura (Técnica mixta sobre etilvinilacetato), Catársis. Clara Lorca.


Sin embargo, estudiar ADE me hizo pillar el germen malvado del capitalismo (o al menos una cierta curiosidad económica), y sigo preguntándome, ¿de qué vive un artista?


Clara apuesta por el equilibrio y por no confundir conceptos. “Tu camino puede ser el arte o el mercado del arte, que son cosas distintas. Yo creo que combinar las dos es lo difícil.

Hay personas que ya en la carrera tenían un alma más comercial, y se metieron de cabeza en el mercado: con quién tengo que hablar, a quién tengo que conocer, qué se lleva ahora. No se arriesgan a cambiar su estilo y les va bien así. Luego hay un perfil más de artista bohemio en su buhardilla, que hace cuadros que no ve nadie. Yo antes estaba más en ese registro y criticaba lo contrario, pero con el tiempo ya he visto que ni calvo ni tres pelucas. El que se sienta cómodo porque le encanta hacer tratos, genial, pero si no eres así tampoco puedes forzarte. Cada uno tiene su clientela, sus galerías y tiene que encontrar su sitio”.


“Tu camino puede ser el arte o el mercado del arte, que son cosas distintas. Yo creo que combinar las dos es lo difícil"


Web de Clara Lorca: http://www.claralorca.com/


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