ENTREVISTAS - Andrés Mourenza: "En Turquía la teoría de conspiración es que EE.UU. está detrás
Elisa Castillo Nieto
Alejandro Ciordia Morandeira
Andrés Mourenza (A Coruña, 1984) es un periodista freelance asentado desde hace varios años en Estambul. Actualmente es, entre otras cosas, corresponsal para El País en Turquía. Anteriormente también ha trabajado en Atenas y ha cubierto diversos países del Mediterráneo Oriental y el Cáucaso trabajando para medios como El Confidencial, El Periódico de Cataluña o la Agencia EFE. Además, es miembro fundador de Eurasian Hub, fue co-editor del libro “El retorno de Euroasia” (Península, 2012) y ha escrito además el libro de viajes “Transcaucasia Express” (2009) y el ensayo “La génesis del alevismo” (2011).
De padres periodistas, ha mamado la profesión desde pequeño, primero en la ciudad gallega y luego en Logroño. Más tarde estudió Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona y durante su Erasmus en Siena conoció a otra estudiante turca que actualmente es su mujer. Así es como ha terminado viviendo en el país sobre el que frecuentemente le hablaba con admiración su padre de pequeño.
Una conversación es más que suficiente para apreciar su pasión por su trabajo y en especial por la compleja realidad política y social turca, que conoce a las mil maravillas. El 19 de agosto de 2016, apenas un mes después del intento fallido de golpe de Estado, tuvimos la oportunidad de charlar con él en un céntrico barrio de Estambul para que nos diera las claves para interpretar estos tiempos tan convulsos que vive Turquía en la actualidad.
PREGUNTA: Para empezar, ¿cómo viviste el intento de golpe de Estado el pasado 15 de julio?
RESPUESTA: Yo me encontraba en la ciudad de Cizre, en el sudeste de Turquía, trabajando en un tema sobre el conflicto kurdo. De repente, esa noche me empezaron a llegar noticias a través de amigos y de la televisión en el hotel. Me puse a trabajar, pero no me di cuenta de la magnitud hasta que apareció la presentadora de la cadena estatal TRT leyendo el comunicado con el que los golpistas imponían la ley marcial. En ese momento escribí a una persona involucrada en cuestiones de seguridad preguntándole cómo podía salir de ahí y me dijo que no tenía ni la más remota idea y que me quedara en el hotel.
Mientras tanto, mi mujer sí que estaba en Estambul y le dije que volviera a casa. La verdad es que ella pasó bastante miedo porque en la zona donde vivimos hubo muchos vuelos rasantes de cazas que traspasaban la barrera del sonido provocando explosiones sónicas. Sin embargo en Cizre no hubo apenas movimiento, pero sí en Şırnak, la capital provincial, que está al lado. En Şırnak sí que hubo detenciones, porque muchos de los golpistas venían del sudeste, de hecho varios vuelos salieron de Diyarbakır, varios generales estaban implicados, etc.
“Se dio la paradoja de que en Cizre, una de las ciudades más peligrosas y más militarizadas en Turquía, la noche del golpe era una de las más seguras porque se habían ido todos los militares y no había conflicto”
Más tarde, llegó un momento, sobre las dos de la madrugada, en que bajé de la habitación a buscar tabaco a la recepción, porque se me habían acabado y tenía que seguir trabajando. Pregunté dónde podía comprar cigarrillos y me dijeron que habían abierto los ultramarinos de al lado. Me pareció raro porque seguía habiendo toque de queda nocturno entre las 11 pm y las 3 am. Pero cuando salí, efectivamente, la gente estaba en la calle, fumando tranquilamente... entraban, miraban las noticias y salían, lo cual no puede hacerse en toque de queda. El caso es que se había ido toda la policía y todas las fuerzas de seguridad de la ciudad, unos a participar en el golpe y otros a detener a golpistas, entre los segundos principalmente policías. Se daba la paradoja de que una de las ciudades más peligrosas y más militarizadas en Turquía, esa noche resulta que era una de las más seguras porque se habían ido todos los militares y no había conflicto.
Al día siguiente tuve que iniciar mi regreso a Estambul pero tardé cuatro días en volver, porque no había vuelos o estaban llenos. Mi jefe me dijo: “Sal de ahí como sea porque no sabemos lo que va a pasar”. Tardé dos días en llegar a Diyarbakır y ahí otros dos días en conseguir un vuelo de vuelta a Estambul. La verdad es que fue bastante estresante, tuve mucho trabajo.
Seguidores de Erdoğan ondean la bandera de Turquía subidos a un tanque. (Fotografía: Gokhan Tan/Getty Images)
Allí en el sudeste me encontré con un montón de manifestaciones de apoyo al gobierno, sobre todo entre los kurdos más conservadores. Eso sí, la situación allí estaba muy tranquila, al contrario de lo que es normal. Por ejemplo, muchos checkpoints, fueron abandonados por la gendarmería o se colocó a policías que eran de los que se fiaba el Gobierno. También desplegaron un montón de vehículos TOMA [vehículos especiales de intervención policial] para proteger instalaciones y gasolineras. De todo ello se encargaba la policía, mientras que a los militares los encerraron en los cuarteles.
P: Claro, porque la policía es más leal al gobierno, ¿no?
R: Exacto, la policía es leal sobre todo porque en los últimos años, el Gobierno ha estado reforzando muchísimo ese cuerpo frente al ejército. De hecho escribí un artículo sobre este tema. El pasado octubre me llegaron informaciones de que la policía estaba creciendo muchísimo, que estaban comprando armamento pesado y más blindados, que normalmente no utiliza la policía. Estaban haciendo de ella, no una fuerza militar, pero sí una fuerza con cierta capacidad de combate. Además, si se examinan los presupuestos públicos de la policía y del ejército, se aprecia que cuando llegó el AKP al gobierno [Partido de la Justicia y el Desarrollo, liderado por Erdoğan], el presupuesto de la policía era tres veces menor y ahora, sin embargo, ha alcanzado al del ejército.
P: Volviendo al golpe en sí, ¿tú lo veías venir?
R: No, yo creo que nadie.
P: Pero en un artículo reciente dices que los servicios secretos transmitieron a Erdoğan 15 alertas de posibles golpes de Estado en los últimos seis meses.
R: Sí, pero tampoco eso había trascendido hasta hace poco. Es verdad que en marzo hubo rumores de posibles movimientos dentro del ejército, pero salió el Jefe del Estado Mayor a desmentirlo. No se le dio mayor importancia porque siempre había habido rumores y no parecía posible. Se creía el gobierno había instaurado un orden en el que el ejército estaba totalmente controlado. Porque, desde luego, las infiltraciones del movimiento Gülen dentro de las fuerzas de la policía y en la judicatura eran clarísimas desde hacía unos años y por ello habían realizado ya purgas muy importantes en los últimos meses. En el ejército se creía que podía haber algunos, pero no tantos. Desde luego, yo no creo que todos los participantes en el golpe de Estado fueran gülenistas, seguro que había mucha gente que se sumó por oposición a Erdoğan o simplemente oportunistas en un intento de alcanzar poder.
“[Pese a haber rumores de intentos de golpe], se creía el gobierno había instaurado un orden en el que el ejército estaba totalmente controlado”
P: Entonces, ¿tú no crees que se viera venir el golpe de Estado por mucho que se alertara de posibles intentos?
R: El gobierno había sido alertado de posibles intentos en las semanas previas al golpe. Pero está claro por las reacciones el día mismo del golpe que le pilló en cierto modo desprevenido. Muestra de ello es que reaccionó de una manera bastante desordenada. Durante muchas horas Erdoğan no apareció, no se sabía dónde estaba y todos sus asesores estaban nerviosísimos. El primer ministro Yildirim tuvo que intervenir a través del teléfono en televisiones, no pudo dar una rueda de prensa… daban ciertas muestras de debilidad. El hecho de que Erdoğan mandase a sus seguidores en oleadas de choque da muestra de cierta debilidad y de que tampoco podía confiar en todo el mundo, ni siquiera en la policía, porque si no hubiese enviado únicamente a las fuerzas de seguridad. Es que fijaros que llamó a la gente a través de la aplicación Facetime y de un canal de televisión tradicionalmente de la oposición, CNN Türk. Eso da ciertas muestras de nerviosismo y de que no lo tenía todo bajo control.
P: Has dicho en alguna ocasión que en Turquía las teorías de la conspiración son deporte nacional. Un mes después ¿qué parte de la población sigue creyendo que el golpe fue orquestado, que fue un autogolpe?
R: Sí, bueno, las teorías de la conspiración triunfan mucho aquí y en todo Oriente Medio y en los Balcanes.
Aquí en Turquía, muy poca gente comparte la opinión del autogolpe, a tenor de algunas encuestas apenas un 2 o 3%. Aquí la teoría de conspiración que se lleva es que Estados Unidos está detrás del golpe y que lo orquestaron todo ellos. Se dice que Occidente quiere echar a Erdoğan de cualquier forma, e incluso que tiene máquinas para provocar terremotos y todas esas tonterías... [risas]
P: Sí, también se están dando muchas teorías de la conspiración en torno a la extradición de Fethullah Gülen. ¿En qué estado se encuentra ahora mismo el proceso de extradición?
R: Turquía está enviando diversos dosieres a Estados Unidos, lo que pasa es que el sumario de acusación contra Gülen, que se hizo antes del golpe de Estado, es un sumario que ningún tribunal internacional aceptaría. Empieza mezclando cosas que son verdad con teorías de la conspiración, al menos en la forma de expresarlas, que ningún tribunal va a aceptar. Dice en la introducción cosas como que Turquía a lo largo de los siglos cada vez que ha levantado la cabeza, ha pasado algo que le impedía proseguir y que ahora está luchando una nueva guerra de la independencia contra los gülenistas… Eso es lo primero que enviaron, justo después del golpe, documentos basados en juicios abiertos con anterioridad, hasta que han ido recopilando pruebas sobre el propio golpe.
Pero estas pruebas tampoco tienen pinta que se las vayan a aceptar, porque está basado en testimonios de personas que han detenido tras el golpe y el problema es que son testimonios de gente que tiene todos los signos de haber sido golpeada bajo detención. Si hay sospechas de que los testimonios se han obtenido bajo tortura, los tribunales no los van a aceptar. Si hay sospechas de que el juicio no va a ser justo, tampoco van extraditar a Gülen.
Por tanto, Turquía tiene que hacerlo de forma muy cuidadosa, y por eso está tratando de presionar mucho a Estados Unidos con otros temas para reforzar la vertiente política del caso. Porque Turquía ha dicho que tanto si lo entregan como si no, la decisión será política, no jurídica. Además, Erdogan también mantiene que ellos han entregado a muchos terroristas a Estados Unidos después del 11-S sin pruebas. Pero bueno, eso es el problema de Turquía, el resto de países tiene que seguir unos procesos, si Turquía no los quiere seguir es su problema.
“Turquía necesita dar garantías de un juicio justo y aportar muchas pruebas [para conseguir que EE.UU. extradite a Gülen]”
Así que, si el caso no está bien montado, Gülen, que tiene mucho dinero y muchos abogados, puede detener la extradición en cualquier momento. Por tanto, Turquía necesita dar garantías de un juicio justo (de hecho la OSCE le ha ofrecido monitorización para dar garantías en ese sentido) y aportar muchas pruebas. De todas formas, no parece que la extradición vaya a ocurrir en breve. En los próximos días viene Joe Biden y miembros del Departamento de Justicia a Turquía para hablar sobre este tema.
P: Respecto a la purga puesta en marcha tras el intento de golpe, se habla de más de 35.000 detenciones y más de 80.000 funcionarios que han sido suspendidos temporalmente de empleo.
R: De los detenidos, son ya más de 40.000. De ellos, entre 11.000 y 12.000 han sido puestos en libertad, 17.000 están en la cárcel en régimen de prisión preventiva, y el resto está bajo detención policial. De los funcionarios, hay entre 7.000 y 8.000 que han sido despedidos fulminantemente, la mayoría de ellos son policías y militares, y luego hay cerca de 80.000 funcionarios y empleados estatales que han sido suspendidos de empleo, pero no de sueldo, y que están siendo investigados.
P: Estas cifras son bastante considerables, ¿cómo pueden afectar estas purgas al funcionamiento de las instituciones, de la administración y la judicatura?
R: Si ya funcionaba mal, pues peor. Aunque también es verdad que Turquía tiene una burocracia bastante extensa.
Ya antes del golpe de Estado, cuando habían empezado las purgas gülenistas, había policías que me contaban que muchos casos judiciales ordinarios directamente tenían que ser cerrados porque los inspectores encargados de la investigación eran gülenistas y les habían echado, y en lugar de continuarlos, se les daba carpetazo. Incluso casos que no tenían ningún componente político, como por ejemplo temas de narcóticos, asesinatos, mafias o crimen organizado.
P: El vice primer ministro Numan Kurtulmuş dijo recientemente que la organización de Gülen se había estado infiltrando durante 40 años dentro de las altas instituciones y que se tardarían también años en purgar a los gülenistas. ¿Esta lucha contra el ‘enemigo invisible’ no puede ser una excusa permanente en manos del gobierno para purgar también a la disidencia no gülenista?
R: De hecho, acabo de tuitear que ayer otro vice primer ministro, Tuğrul Türkeş, reconoció que sí que existe un peligro de que las purgas se conviertan en una ‘caza de brujas’ porque se están dando casos de personas que están acusando a rectores y decanos de ser gülenistas, y éstos a su vez acusaban a sus rivales de serlo. Hay gente del AKP que me ha reconocido que existe el miedo de que ahora todo el mundo recurra a las purgas para librarse de sus rivales laborales, como durante la era McCarthy en EE.UU. De todas formas, yo he hablado con gente de la oposición muy opuesta a Erdoğan que reconoce que el 80-90% de los detenidos son gülenistas.
“Existe un peligro de que las purgas se conviertan en una ‘caza de brujas’ [pero] he hablado con gente de la oposición muy contraria a Erdoğan que reconoce que el 80-90% de los detenidos son gülenistas”
P: Hablando ahora de las posibles consecuencias positivas del intento de golpe, algunas personas dicen que esto podría ser una oportunidad para que Turquía inicie un proceso de reconciliación interna y para que disminuya la polarización existente. ¿Crees que podría ser así? ¿Podría continuar en el futuro este clima de unidad que se ha mostrado durante las últimas semanas?
R: Tras el intento de golpe, podría darse el caso de que Erdoğan aumente su poder hacia un régimen aún más autoritario o, por el contrario, que lo aproveche para reducir la polarización. Hay varios indicios que apuntan hacia esta última dirección, la buena, que el AKP está intentado hacer cosas con la oposición. Por ejemplo, el otro día retiraron en el parlamento las enmiendas para cambiar las capitales provinciales de dos provincias kurdas y, más importante todavía, retiraron la ley que iba a permitir que en los ayuntamientos en los que se detuviese a los alcaldes, se colocase en su lugar a un interventor. Esto iba a ser utilizado en alcaldías kurdas, ya que hay muchos alcaldes y co-alcaldes de esas localidades que han sido detenidos por propaganda del PKK, y los kurdos estaban muy enfadados. El hecho de que hayan decidido retirar esa ley es un gesto simbólico. El problema es que Erdoğan no parece muy dispuesto a reiniciar un nuevo proceso de paz [con el PKK], que sería lo ideal y ahora sí que podrían aprovechar para hacerlo. Sería una gran oportunidad y si no lo hacen será una pena.
Además, como ahora el AKP aprovecha para reescribir la Historia y ya lo han hecho con otras muchas cosas, podrían echarle la culpa del anterior fracaso del proceso de paz con los kurdos a los FETÖ’s [gülenistas] y listo.
P: Pero esto que dices que ha ocurrido durante los últimos días contrasta con la exclusión que se hizo al HDP [Partido Democrático de los Pueblos, opositor y pro-kurdo] de la reunión en el Palacio Presidencial con el resto de partidos políticos y del multitudinario mitin de Yenikapı.
R: Sí, yo creo que esto tiene mucho que ver con las cuentas que hace Erdoğan. Él ve que saca más provecho en ir a por los graneros de voto del MHP [Partido de Acción Nacionalista, de extrema derecha] que a por los kurdos. Pero veremos a ver cómo evoluciona, porque cada mes Erdoğan puede tener una posición diferente. Igual si conseguir sacar al MHP del parlamento porque conquista a sus votantes, luego tal vez se vuelva hacia los kurdos. Son estos cambios que hace Erdoğan cada dos por tres.
Multitudinaria manifestación "Por la Democracia y los Mártires" celebrada el pasado 7 de agosto en la plaza de Yenikapı en Estambul, a la que asistieron más de dos millones de personas. (Fotografía: Cumhurbaskanlığı /Yasin Bülbül - Anadolu Agency)
P: Tú decías que tanto Estados Unidos como la Unión Europea tardaron mucho en condenar el golpe. Por su parte, gobierno criticó la tibia condena de los líderes europeos respecto al intento de golpe. ¿Ha sido un error de Europa?
R: Sí, ha sido un error, y sobre todo que ningún representante de alto nivel de la UE ha venido todavía. Tras el golpe, han visitado Turquía dirigentes de China, Irán y Rusia (en este caso han sido los turcos quienes han ido). Estados Unidos mandó un general y en unos días llega Joe Biden. De Alemania y Reino Unido también ha venido, pero es que de la Unión Europea no ha venido nadie, y eso es un problema. El otro día hablando con un representante del gobierno turco, se quejaba de que Catherine Ashton [antigua Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea] tardó apenas diez días en visitar a Al Sisi después del golpe de Estado en Egipto, mientras que aquí, que encima han derrotado al golpe, no vienen a mostrar solidaridad.
Puede no gustarte Erdoğan, y puedes criticarle, pero en el fondo, el golpe ha sido un ataque contra la democracia y todos los partidos políticos turcos se han posicionado en su contra. Por tanto, sí que tendría que haber venido algún dirigente de la UE, y más siendo Turquía un país candidato. Parece que sólo les interesa cuando se habla del tema de las migraciones.
P: Hablando de la candidatura de Turquía, ¿hace esto que las relaciones entre la Unión Europea y Turquía estén en sus horas más bajas?
R: Las relaciones con la Unión Europea siempre han ido a trompicones, porque en Turquía cada vez la Unión Europea da signos de rechazo, aumenta el rechazo de los turcos por puro orgullo. Es así, este debate tiene mucho de sentimentalismo. En cambio, cuando la Unión Europea les apoya, entonces se incrementa el respaldo. De todas formas, el proceso [de adhesión] de momento no va a ninguna parte. Desde que Sarkozy y Merkel se empezaron a posicionar en contra hacia 2008, ahí se terminó el proceso.
“Puede no gustarte Erdoğan, y puedes criticarle, pero en el fondo el golpe fue un ataque contra la democracia y todos los partidos políticos turcos se han posicionado en contra”
P: ¿Qué efectos pueden tener todos estos roces y tensiones en cuanto al acuerdo de refugiados?
R: Los refugiados se han convertido ahora en moneda de cambio. Turquía quiere la liberalización de visados para ciudadanos turcos que viajen a la Unión Europea, que es algo que viene negociando desde 2013. Para ello, se habían comprometido a 72 medidas, pero todavía no las han cumplido. Por su parte, la Unión Europea se había comprometido a la cuestión de los visados a cambio del acuerdo de refugiados. Así que las dos partes podrían echarle la culpa a la otra de que no ha cumplido el pacto. Al final, el acuerdo de refugiados se puede romper. Si Erdoğan los pone en buses y los envía hacia la frontera [con Grecia y Bulgaria] veremos a ver qué pasa. No lo sé.
“Parece que Turquía sólo interesa a la UE cuando se habla del tema de las migraciones”
De todas formas, es verdad que desde el año pasado han salido pocos sirios de Siria, y la mayoría de los que viajaban entonces a Europa eran refugiados de clase media que acababan de salir de allí. Desde entonces Turquía ha sellado la frontera y ya tampoco pueden llegar desde el Líbano porque necesitan visado. De los que viven actualmente en Turquía, muchos prefieren residir aquí o no tienen suficiente dinero para emprender el viaje al norte de Europa
P: ¿Han sido estos roces con la Unión Europea los que han hecho que Turquía intente retomar buenas relaciones con Rusia?
R: No, el tema con Rusia es más que nada económico. Rusia es muy importante para la economía turca, especialmente para las exportaciones agrícolas, la construcción y el turismo. La crisis de Ucrania y el embargo entre la Unión Europea y Rusia al comercio de ciertos productos afectó mucho a Grecia, de lo que se benefició Turquía, y hasta la casi ruptura de relaciones el pasado noviembre, a raíz del derribo de un caza ruso, los exportadores turcos estaban haciendo mucho dinero con el comercio de tomates, pepinos y otras hortalizas. Por otro lado, hay muchas empresas de la construcción turcas en Rusia y en otros países de la antigua Unión Soviética que necesitan pasar por Rusia. Y por último, Rusia aporta cuatro millones de turistas a Turquía, que dejan muchísimo dinero en el país. El resto de turistas que solía venir aquí eran europeos, especialmente alemanes, holandeses e ingleses, pero ahora ya no viene por miedo a los atentados, pero eso a los rusos no parece preocuparles tanto.
“Rusia es un país que, si es tu aliado, no critica lo que haces con tu gente, la UE sí, y EE.UU. a veces”
Esa ha sido una de las razones, la otra es política: Erdoğan se siente mucho más cómodo con Putin. Rusia es un país que, si es tu aliado, no critica lo que haces con tu gente, la Unión Europea sí, y Estados Unidos a veces. Lo que pasa que la relación entre Putin y Erdogan ya no es tan buena como antes. Hubo un momento en que había el trío de aliados formado por Berlusconi, Putin y Erdoğan y se reunían cada dos por tres para tratar cuestiones energéticas, y existía gran sintonía personal entre los tres. Eso ahora no se ha recuperado, Putin se muestra más distante, pero sabe que se puede aprovechar de la actual situación en que Turquía no confía en la Unión Europea ni en Estados Unidos, así que obviamente, eso sí que algo ha contribuido a restablecer las relaciones ruso-turcas.
P: Siguiendo con la política exterior, ¿podría haber un viraje de 180 grados respecto a Siria?
R: De 180 grados no lo sé, pero de 90 seguro. Ya lo está haciendo, el Gobierno turco está reconociendo errores. Obviamente por los kurdos no van a pasar, pero cada vez son más suaves respecto a Al Assad, aunque siguen apoyando a la oposición siria y en los últimos meses les han enviado armas.
Pero cada vez Turquía está más dispuesta a llegar a un acuerdo de paz con Al Assad. Lo que no sabemos es si lo van a aceptar los grupos rebeldes que están sobre el terreno, porque a fin de cuentas toman sus propias decisiones. Esto no es que “si Washington o Ankara dicen X las tropas sobre el terreno hacen X”. No, hay muchos grupos y cada uno decide según su estrategia, sus intereses, etc. Otra cosa es que dejen de suministrarles armas y eso les lleve a una posición de mayor debilidad. Pero hay muchos grupos opositores, especialmente las bases de Ahrar al Sham o la antigua Al Nusra –que son, ambos, muy poderosos- que no están dispuestos a llegar a ningún tipo de acuerdo ni compromiso con Al Assad, entonces veremos a ver qué pasa.
“Cuanto más tiempo llevo en Turquía, menos me atrevo a hacer elucubraciones sobre el futuro”
P: Ya más a largo plazo, en Yenikapı se utilizó mucho este nuevo discurso del intento de golpe del 15 de julio como la segunda guerra de independencia. Parece que esta “nueva Turquía” que era el eslogan de Erdoğan hace ya unos años va tomando forma. ¿Hasta qué punto es sólo un elemento discursivo? ¿Crees que por fin triunfará el intento de hacer una nueva constitución que fracasó hace tres años? ¿Podría una nueva constitución incluir un sistema presidencialista o abandonar el laicismo?
R: Cuanto más tiempo llevo en Turquía, menos me atrevo a hacer elucubraciones sobre el futuro, pero a ver, nunca ningún plan sale exactamente como se ha planeado y nunca se termina de completar del todo. Es cierto que Turquía ha ido cambiando desde que el AKP llegó al poder en 2002. Creo que una de las cosas más efectivas que han hecho para la consecución de su modelo han sido los cambios en la educación, introduciendo un currículum más religioso y conservador, sacando el darwinismo, ampliando las matrículas en las Imam Hatip [escuelas religiosas enfocadas a la formación de imanes]. El objetivo es la formación de nuevas generaciones más conservadoras y en eso sí que están teniendo éxito.
Sobre la “nueva Turquía” como elemento discursivo, hay toda una fanfarria que la rodea: himnos, el hecho de comparar a Erdoğan con todos los héroes turcos desde Atila o los sultanes otomanos hasta Atatürk, etc. Son elementos discursivos que lo hacen asemejar mucho a un régimen de un hombre fuerte y de partido único, pero al mismo tiempo, y pese a sus muchas contradicciones, en Turquía siguen existiendo partidos en la oposición, y estos no están dispuestos a permitir que se abandone el parlamentarismo, ni el laicismo. Si Erdoğan quiere de verdad reformar la constitución necesita el apoyo de parte de la oposición, y por tanto Turquía no dejará de ser un país laico, al menos oficialmente, aunque sí que podría ser un laicismo más pasivo, en vez de tan activo. Si Erdoğan quiere concesiones de la oposición, él también tendrá que hacer concesiones, por tanto no podría tener un régimen presidencialista. Podría conseguir eliminar la cláusula que exige al presidente ser imparcial porque de hecho él no actúa como tal. Así que la oposición podría aceptar ese cambio y permitirle seguir siendo el líder del partido a la vez que es presidente. Pero bueno, tendrá que haber concesiones por parte de los dos lados.
Desde luego, Turquía camina desde hace años hacia un modelo más conservador. Ello no significa que se vaya a convertir en una teocracia como en Irán. Al menos, claro, que utilice algún otro shock, que haya un cataclismo, una invasión extraterrestre o lo que sea, ¡en Turquía todo puede ser! [risas] Hay que tener en cuenta que lo que de verdad le interesa a Erdoğan es mantenerse en el poder. Claro que quiere transformar a la sociedad de acuerdo a su visión, pero por encima de todo, lo que anhela es el poder, y para ello a veces tiene que renunciar a cuestiones más ideológicas y ser más pragmático.
“Una de las cosas más efectivas que ha hecho el AKP han sido los cambios en la educación, introduciendo un currículum más religioso, destinado a la formación de una generación conservadora”
Aunque Erdoğan muchas veces saca cuestiones polémicas a relucir, de repente dice por ejemplo “¡Vamos a prohibir el aborto!”, luego muchas se quedan en agua de borrajas. Suelta cosas muy grandilocuentes que luego se desinflan. Hay varias posibles explicaciones, o puede que sea una mezcla de todas ellas: una es que lanza globos sonda a ver si cuelan, otra es que está loco y se le ocurren cosas así y luego se olvida, y otra es que los lanza para simplemente desviar la atención del debate hacia otras cuestiones.
En cambio, donde están siendo más efectivos los islamistas turcos a la hora de imponer su modelo es en esos pequeños cambios, en poquito a poco ir religiosizando la enseñanza y en el progresivo control que han ido tomando de los medios de comunicación y de las empresas, que en Turquía están muy imbricados.
En el control de los medios de comunicación, lo más efectivo no han sido los sonados cierres, sino ir comprando a los conglomerados mediáticos. Por ejemplo, el caso de la cadena de televisión NTV, que pertenece al grupo Doğuş y que era una de las mejores y más independientes del país: su consejo de administración dejó entrar a gente del AKP a cambio de que el Gobierno concediese a las empresas del grupo Doğuş contratos públicos. Era una cadena buenísima y ahora ya no lo es. Con CNN Türk, del holding Doğan ha sido un poco “palo y zanahoria”: crítica, crítica, crítica y luego concesiones, luego de nuevo multas de hacienda, etc. Otro caso es el de TV8, una cadena opositora que además no daba mucho espacio a las noticias. A su dueño, que era cercano a la oposición, de repente le ofrecieron entrar en el accionariado del tercer aeropuerto de Estambul y de la noche a la mañana despidió a toda la plantilla de informativos, y la sustituyó por otro centenar de personas.
“En el control de los medios de comunicación, lo más efectivo no han sido los sonados cierres, sino ir comprando a los conglomerados mediáticos"
Ese ha sido el verdadero control efectivo de los medios, más que haber cerrado algún periódico. Cuando cerraron el diario Zaman, sus lectores se fueron a otros medios. Pero en la mayoría de casos no es así, realizan cambios más sutiles, van entrando poco a poco en los medios, van cambiando poco a poco, manteniendo a los mismos televidentes excepto a aquellos más informados que saben cómo van las cosas.