top of page

FACTCHECKING- ¿El giro a la derecha de las políticas norteamericanas?

Alicia Cortés Canda

Isabel Fernández Pérez

Daniel Fullman

Ana Rodríguez



INTRODUCCIÓN


Las elecciones en Estados Unidos han puesto en el punto de mira no solo a los partidos políticos y sus programas, sino a todo el conjunto de la sociedad americana. ¿Es el ascenso de Trump y el de sus políticas un síntoma de una sociedad cada vez más conservadora? En una entrevista del diario “El País” del 13 de mayo del 2016 Kerry Kennedy, hija del antiguo fiscal general de EE.UU. Robert Kennedy y presidenta de la fundación que lleva su nombre, afirmaba: “creo que EE.UU. se ha movido hacia la derecha, incluso el Partido Demócrata. Si revisamos ahora las políticas de Richard Nixon, consideradas de extrema derecha en los 60, hoy serían consideradas como las de un demócrata liberal.”


En este Factchecking analizaremos la evolución de los gobiernos de EE.UU. desde los años 60 hasta ahora. Para ello se observarán las transformaciones de las políticas de los partidos demócrata y republicano divididas en cuatro grandes bloques: economía, política social, política exterior y educación y sanidad. A través de este estudio esperamos llegar a la conclusión de si este viraje hacia la derecha es o no cierto.


El Partido Demócrata ha sufrido una evolución paulatina hacia la derecha a lo largo de las últimas décadas. Hasta la llegada de Ronald Reagan tras la crisis del petróleo, los demócratas mantenían una posición contraria al Partido Republicano en cuanto al papel del Estado en la economía. Con Reagan como presidente, tuvieron que hacer múltiples concesiones y aceptar medidas económicas opuestas a su programa, lo que abrió el camino para que durante su presidencia, Bill Clinton, diera un giro copernicano a la política económica demócrata, haciéndola similar a la republicana. Hoy en día, podemos definir la política económica del partido como capitalista de corte liberal, aunque más moderada en cuanto a la no intervención del Estado en la economía que la del Partido Republicano. Los demócratas son más precavidos en cuanto a la disminución de impuestos, ya que defienden las reducciones a las clases bajas y medias pero proponen una subida de impuestos para el 0,5% más adinerado. Además, defienden el Estado de Bienestar, promoviendo medidas orientadas a un mayor gasto público. Han sido muchos cambios en muy poco tiempo, pero el partido tuvo que evolucionar junto a la mentalidad de sus electores y promover una economía menos intervencionista.


En cuanto al Partido Republicano, el desplazamiento hacia la derecha no es tan claro. Los republicanos defendieron desde un principio la economía de libre mercado, el no intervencionismo del Estado y la reducción de impuestos. No obstante, la política económica neoliberal no tuvo materialización real hasta 1980. Con Ronald Reagan como presidente, el Partido Republicano consiguió promover sus medidas económicas y convencer a los electores americanos de que la suya era la mejor forma de gobernar. Actualmente, podríamos describir la política económica republicana como seguidora del conservadurismo fiscal. Ésta, vista a través de unas lentes europeizadas, podría considerarse de una derecha más radical que la demócrata, debido a que el Partido Republicano lleva intentando desde sus inicios reducir la intervención estatal al mínimo para dejar absoluta libertad a los agentes económicos, pues como entendía Reagan: “El gobierno no es la solución a nuestro problema, el gobierno es el problema”.


El Partido Demócrata es sin duda el que ha conseguido mayores logros en derechos civiles en Estados Unidos. El programa de Kennedy supuso toda una inspiración en la lucha social que se materializó con las medidas de Johnson. Estas actuaciones más progresistas supusieron para el Partido Demócrata una pérdida de su electorado más conservador. Los demócratas aumentaron el gasto en programas sociales y defendieron los derechos de las minorías. La llegada de Clinton al poder y la coyuntura económica del momento acarrearon la realización de medidas más conservadoras: se redujo el gasto en programas sociales y algunas de sus políticas fueron contrarias al ideario demócrata. Bajo la presidencia de Obama, Estados Unidos comenzó a avanzar hacia mayores cuotas de bienestar e igualdad de oportunidades. El éxito de las medidas de Obama depende de su continuidad en el tiempo. La candidata Hillary Clinton promete mantenerlas y propone, además, nuevas políticas progresistas, defendidas por su rival en las primarias Bernie Sanders, como la implantación de la baja remunerada por maternidad a nivel federal o la expansión de los derechos sindicales, entre otras. Por tanto, aunque el partido demócrata ha tenido algunas etapas más conservadoras, su posición respecto a la política social mantiene un carácter progresista.


En contraposición a los demócratas el Partido Republicano se ha situado en una posición conservadora y tradicional en relación a los temas sociales. En la etapa de Nixon se frenaron muchas de las reformas iniciadas por Johnson, aunque se aumentara el gasto en programas sociales. Sin embargo, en la presidencia de Reagan se llevó a cabo una política abiertamente contraria al Estado de Bienestar que movió al Partido Republicano más hacia la derecha. Los sucesores de Reagan continuaron sus políticas y llevaron en sus programas una agenda social muy limitada. En definitiva, podemos observar cómo las políticas sociales se han vuelto cada vez más conservadoras.


En materia educativa es necesario distinguir dos aspectos, en primer lugar la exigencia y el modelo educativo y seguidamente la financiación y ayudas a la educación.

El Partido Republicano, en cuanto al primer aspecto, ha intentado que el nivel educativo sea cada vez más exigente, convirtiéndose en un modelo meritocrático donde se premia la excelencia, a pesar de tener niveles de desigualdad y pobreza más elevados que en otros países. Esta creencia en la meritocracia puede deberse a una visión negativa de la intervención del Estado, posición que apoya en su mayoría el partido republicano. Es por ello que podríamos argumentar que esta condición preferentemente defendida por la derecha ha ido imponiéndose, derechizándose cada vez más. Por el contrario, lo opuesto se ha dado en la financiación de la educación en tanto que existen cada vez más ayudas a las escuelas públicas, sin lograr vencer, sin embargo, al pensamiento imperante de que el Estado no debe intervenir en esta materia.

En el ámbito sanitario encontramos fluctuaciones históricas, a lo largo de los diferentes gobiernos ha sido el partido republicano el que ha impuesto mayores restricciones a la sanidad pública universal.


El Partido Demócrata, por otro lado, a pesar de pretender una mayor igualdad entre los estudiantes, se ha inclinado por proteger la excelencia ya impuesta por Ronald Reagan. Sin embargo en materia de financiación y ayudas a la educación se ha inclinado por políticas más socialistas orientadas a que todos pudieran tener acceso al sistema educativo.


En materia sanitaria los presidentes demócratas se han inclinado hacia una mayor amplitud de la cobertura social, que en último término ha sido favorecida por Obama en su reforma sanitaria.


En pocas palabras podríamos decir que en materia de salud y educación EE.UU. tiende a ir a la izquierda, en espera de las siguientes elecciones.

Hablando de manera general podemos decir que el Partido Demócrata ha estado a favor de la presencia militar americana en otros países a lo largo de los últimos cincuenta años. No obstante, los años 60 representaron un cambio hacia la izquierda con un mayor enfoque en favor de los derechos humanos y una mejora en las relaciones diplomáticas con las potencias comunistas. Sin embargo, después de esta década la política volvió a girar hacia la derecha: la postura favorable a la presencia militar se convierte de nuevo en dominante. Podemos ver que la política de Obama ha disminuido la actividad del ejército estadounidense fuera de sus fronteras y ha conseguido alcanzar acuerdos diplomáticos con históricos oponentes. Pese a ello, el uso de drones militares impide afirmar que su política represente una evolución clara hacia derecha o izquierda .

Podemos concluir, en líneas generales, que la política exterior del Partido Demócrata no se ha movido hacia la derecha.


La política exterior del Partido Republicano no se ha visto alterada en estos años, siempre ha favorecido una presencia militar intensa y a lo largo de las décadas ha practicado el principio de “Peace through strength”. Sin embargo, hay que destacar que en los años 70 el partido tendió a tomar medidas más a la izquierda, iniciando un diálogo diplomático con las naciones comunistas, para después recuperar las antiguas estrategias.


Por lo tanto, la conclusión global que sacamos, teniendo todo el espectro político de EE.UU. en cuenta, es que no existen suficientes pruebas que constaten que la política exterior se haya desplazado hacia la derecha.

CONCLUSIÓN


En primer lugar, no se puede negar que tanto el Partido Demócrata como el Partido Republicano tienen unos planteamientos que desde Europa se pueden considerar de “derechas”. Sin embargo, no nos hemos propuesto en este trabajo comparar la política americana con la europea, sino estudiar su evolución en los partidos que la conforman desde 1960.


El Partido Republicano fue, desde sus orígenes, un partido conservador que defendía el no intervencionismo del Estado. No obstante, no fue hasta la presidencia de Ronald Reagan cuando sus ideales pudieron realizarse en su grado máximo, desplazando al partido hacia un mayor conservadurismo en lo social y un mayor liberalismo en lo económico.


El Partido Demócrata nos ha llevado a conclusiones distintas en función de los temas . En economía, con la presidencia de Bill Clinton, los ideales del partido se desplazaron condicionados por el contexto, hacia la “derecha”. En política social, el partido también vivió en esta época sus etapas más conservadoras. Con la llegada de Obama, se ha ido desplazando hacia una política más progresista. En cuanto a educación y sanidad, la conclusión difiere con la de economía: el partido ha sufrido un desplazamiento hacia la izquierda.


Por último, respecto a la política exterior, las conclusiones son más imprecisas, ya que no se cuenta con la información suficiente para afirmar que haya existido un desplazamiento claro.


En definitiva, Estados Unidos es un país cuyo estudio merece décadas de trabajo que una investigación como la nuestra no puede abarcar. Menos aún puede abarcar una única frase la realidad de sus políticas. De ahí, que no podamos afirmar con la misma rotundidad que Kerry Kennedy un giro a la derecha, ya que encontramos elementos tanto en un sentido como en el contrario. Cada ámbito y cada etapa cuentan su propia historia.

Contenido más reciente

Comentarios

bottom of page