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A. Anés. "Cambio Silente"

Almudena Anés

CAMBIO SILENTE. POR UN GOBIERNO DE PROGRESO


“Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas."

(Rabindranath Tagore)


He recuperado todos mis viejos cuadernos para levantar gobiernos y castillos en el aire. Como quien no sabe de política y sale a la calle, no me quedo indiferente. Esta vez seré yo quien alce su bandera, su puño o su voz entre tanta gente. Que hablen las personas y guarden silencio por una vez todas las mentiras. Se necesitan salas calladas y oídos abiertos para hacer de la vida una evolución hacia el progreso y no una cuenta corriente donde señores de corbata azul y maletines llenos de billetes encierren sus paraísos artificiales.


La actualidad está al girar la esquina, en las líneas de la cara de una vagabunda y en el de una vendedora que sabe que va a tener que cerrar. No sólo es una crisis económica, sino también social, con miradas desde altas torres que confunden entender con observar. Hoy ya nadie sabe a quién votar, total… ¿qué más da? Si todos son los mismos en diferentes máscaras, si todos son iguales interpretando sus papeles magistrales ante congresos y senados, las antiguas cámaras reales.


No soy más que una joven idiota que aún cree en la sociedad humana, sonará a idealista ante tanta corrupción sin censuras, pero pienso que todavía se pueden arreglar las cosas. Y da igual vestir informal que con chaqueta si son tus palabras la encarnación de la verdad contemporánea. No necesitamos héroes en las tablas, sino trabajadores de hoy en día que se acumulan todos agotados en el paro. No queremos actores de película ni maestros de la demagogia capitalista, sólo deseamos ver a oradores que sepan escuchar las exigencias de un pueblo enfermo de tanto gritar.


Los gritos rebotan en los suelos de las esferas de arriba, un tragaluz de cristal en la cima de la escalera política. Me invade la nostalgia y una rabia incontenida cuando miro las últimas noticias, ¿cómo se atreven a ser tan hipócritas y narcisistas? Y, verdaderamente, no sé nada de ideologías o creencias gubernativas, pero en el instituto me enseñaron algo de filosofía, una asignatura que muestra el arte de pensar… Una lástima, ¡hay que quitarla ya! Ya no quieren que sepamos distinguir lo real de lo virtual.


(Interpretación del pesimista)

"Nada es lo mismo, nada

permanece.

Menos la Historia y la morcilla de mi tierra:

se hacen las dos con sangre, se repiten."

(Ángel González)

Nos pusieron una mordaza y pisotearon a la igualdad y a la libertad, todavía se están recuperando en el hospital. Las han vejado y, heridas de muerte, las pobres han continuado luchando, en mareas verdes o en barcos blancos, con velas o recibiendo pelotazos de goma en el corazón, ellas se han seguido siempre levantando. Frustración e inutilidad ante un mundo que no para de girar cada vez más deprisa, ¡párenlo que me quiero bajar!


Y nos dicen que tenemos el rostro cansado cuando muchos no llegamos ni a los dieciocho años. Y nos susurran falsas promesas cuando nuestro futuro es un agujero negro en mitad de un vendaval. La fuga de cerebros se mantiene en una cadencia constante y a ninguno de ellos le importa. No pedimos genios de las palabras, sino personas que hayan estado a pie de calle y sepan lo que sucede entre avenida y avenida, entre portal y portal, entre vecino y vecino, entre buzón y buzón, entre vertiente y arista… Donde finalmente convergen todas las ideas administrativas.


Me preguntan ustedes, artistas e intelectuales a los que guardo un gran respeto, por qué apoyaría un gobierno de cambio y progreso, basado en la democracia auténtica, con todas sus ventajas y sus consecuencias. Bueno, no es una fácil respuesta, supongo que no quiero ver arder mi débil concepto de patria en un eterno incendio de nieve, llamas de frío consumiendo lo bueno que aún tenemos. ¿Qué fue del arte, de la cultura, de la música, de la gastronomía…? Ya nadie se acuerda ni baila a sus compases subalternos, las pistas están demasiado llenas de frases incoherentes de personajes que no saben ni hablar, mucho menos recitar. No pedimos Cicerones, pero al menos futuros gobernantes que dominen el pasado saber de conjugar.


A mí, personalmente, me resultan irrelevantes las escisiones entre las variedades cromáticas de los rojos, los naranjas, los morados y los azules con la cantidad de humo gris que hay ahora en el panorama. Se busca pluralidad, la verdad es que a nadie le gusta un arcoíris en blanco y negro. Se pide juventud y originalidad, pues que vengan ya y dejen de jugar a Juego de Tronos en las Cortes, con la televisión nos bastan los Stark y los Lannisters.


“Que hemos labrado, hemos mimado,

hemos amado, fardado, luchado, cantado…

más que tú por este país.

Más que tú y tu elenco…

Más que tú y tu elenco… por este país.”

(Adriana Moragues)


Parecen muy lejanos aquellos días de Transición dulce en los que nos jugábamos algo más, era el cambio u otra vez la dictadura. Y, en este momento, no se ponen de ninguna manera de acuerdo, debería darles vergüenza aunque teniendo en cuenta la etimología latina de persona, no me extraña nada. Entendimiento y diálogo, compresión y tolerancia, todos en una mesa bien juntitos al lado de los derechos humanos… Situación presente: en el cubo de la basura, presidente.


Y si quieren pelearse los que ahora se creen dioses, que lo hagan si les hace ilusión, pero por nosotros, sin pretéritos imperfectos colgados en el tendero, sino en la más completa actualidad que se está dando en España ya. Que se bajen de sus podios y conozcan las palabras dimitir y renunciar y hagan menos suyas otras igual de aceptadas como mentir, robar y engañar. Véanlo y admiren lo que han provocado, un cambio revolucionario pero aún silente.


Por eso, yo, que no comprendo en realidad nada y me falta mucha experiencia vital, pido que le den una voz a lo que mucha gente no sabe expresar por tener las manos atadas. Siéntense juntos o continúen levantados y hablen de lo que está pasando, quítense la venda ya exijo en un tono desesperado: desahucios, chorizos corruptos, mentirosos compulsivos… y otros tantos tan sumamente ya aceptados que da asco alzar la mirada y seguir viendo que sigue pasando. Un leitmotiv rudo y persistente.


Inviertan en una educación y en una sanidad, pública, de calidad y hechas por y para todos nosotros. Por las universidades, los autónomos y los jubilados, por todos los trabajos, pongan dinero en becas, pensiones e investigaciones que nos permitan evolucionar a ese estado de bienestar donde no haya pobreza y hagan una reforma laboral que nos ilusione y nos deje despertar con una luz distinta plagada de sinestesias y acordes… Es decir, sin florituras poéticas, que merezca la pena. ¿Acaso no tenemos derecho? ¿Acaso no lo merecemos?

"No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría."

(Jean Cocteau)

Se acabó juzgar como polizones a los inmigrantes, a los refugiados como condenados. Ya basta de confundir la verdad con la opinión de la mayoría. Por estas razones y otras que tienen más palabrotas que palabras y están de más, cuando tenga la edad, votaré por ese gobierno de cambio y progreso que proponen manifestándose con este manifiesto… Por ello, si pueden y tienen la posibilidad, háganlo, por favor…

Porque yo soy de las que se quieren marchar, pero también de las que algún día quieren regresar a ese país que alguna vez llamaron HOGAR.


“Y vamos a por vosotros,

armados hasta los dientes de valor,

escudados con una resistencia caníbal

y con un amor violento por la supervivencia.

Jamás debisteis usar las palabras en vano:

vivís en un país lleno de poetas.”

(Elvira Sastre)

Aquí puedes disfrutar de la versión audiovisual.

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