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ENTREVISTAS - Antonio Gutiérrez Vergara: “[Dejar] gobernar a la lista más votada (...) no es más que

Álvaro Blanco Álvarez-Bolado

Eduardo Mancilla Pérez

Celia Morillo García

María Sánchez Gracia


Nacido en Orihuela (Alicante) el 20 de mayo de 1951, desde muy joven participó en el movimiento sindical clandestino durante el franquismo y en 1987 fue nombrado Secretario General del sindicato Comisiones Obreras, cargo que ocupó hasta el año 2000. Durante este período fue alejando a Comisiones Obreras de la influencia del Partido Comunista de España, del cual era militante y miembro del Comité Central hasta 1991, cuando abandonó el partido. Fue también asesor de la Fundación Caja Madrid hasta 2004 y en las elecciones generales de 2008 aceptó ocupar el quinto puesto en las listas del PSOE por Madrid como independiente, resultando elegido diputado por esta circunscripción. En su trayectoria política destacan dos votos que supusieron la ruptura de la disciplina de voto de su grupo parlamentario (PSOE). Una en 2010 en la votación sobrE la Reforma Laboral y otra en 2011 oponiéndose a la Reforma Constitucional pactada con el PP que suponía la inclusión del techo de déficit en la Carta Magna. En consecuencia, en las elecciones generales de España de 2011 no formó parte de las listas del PSOE. Actualmente trabaja como economista autónomo en Madrid.


Antonio Gutiérrez Vergara nos recibe en su despacho de Gran Vía (Madrid) para concedernos una apasionante entrevista. En ella nos habla sobre su trayectoria en CCOO y nos ofrece su opinión sobre la situación actual del PSOE y del movimiento sindical. También hablamos sobre el panorama político actual y sobre las figuras mediáticas que lo ocupan. Desde luego, una entrevista que no dejará a nadie indiferente.

 

PREGUNTA: Desde 2011 el Partido Socialista vive la peor época de su historia en democracia. Primero Zapatero y las reformas del 2010 (a las que usted se opuso rompiendo la disciplina de voto), las desastrosas elecciones del 2011 con el peor resultado para el partido desde 1978, los casos de corrupción en Andalucía, la aparición de nuevos huecos en la izquierda aprovechados por Podemos en el espectro progresista y finalmente la ruptura reciente del partido. Como hombre vinculado aunque no militante, ¿cómo analizaría la situación?


RESPUESTA: Como ya has mencionado nunca he sido militante del Partido Socialista por lo que quizás mi opinión sobre el tema no es del todo autorizada, pero sí es verdad que he sido siempre cercano a la formación. Creo que con Zapatero se ven los signos más claros del declive del PSOE pero esta tendencia ya había comenzado años antes con Felipe González porque, aunque algunos le llamen el artífice de la modernización del partido, el expresidente comienza a instalar una suerte de cesarismo que no tiende a otra cosa que no sea la mediocridad intelectual y el oportunismo político. O sea, en lugar de que el partido desarrolle políticas activas que le lleven a lograr los objetivos que se había marcado desde siempre y desde el fin del franquismo, encontramos que los políticos simplemente están en política. Este cesarismo induce entonces a los miembros del partido a decir lo que les conviene en cada momento, sin preocuparse de ir cambiando de opinión o traicionar sus ideales con tal de seguir en el poder y valiéndose en todo momento de un electorado socialista fiel que no se cuestionaba el voto en ningún momento. Aquí empieza el declive. A partir de entonces hemos visto cómo cada “cesarito” ha sido peor que el anterior practicando en esta última etapa una especie de despotismo que nada tiene en democracia de ilustrado con frases tan célebres como “haré todas las reformas que haya que hacer me cueste lo que me cueste”.


"[Felipe González] comienza a instalar una suerte de cesarismo que no tiende a otra cosa que no sea la mediocridad intelectual y el oportunismo político."


Despotismo muchas veces oído en la boca de los viejos, grotescos y a veces trágicos salvapatrias que siempre se equivocan en la lectura de que todo está bien si se hace por España. Esto es lo que vemos más acentuado en la segunda legislatura de Zapatero, cuando todavía en un informe presentado en 2009 en el debate sobre el Estado de la Nación sigo estando de acuerdo con frases textuales como “de la crisis no se saldrá debilitando los derechos de los trabajadores sino reforzando nuestra estructura laboral” pero que meses después él mismo se verá truncado cuando se cumplen a pies juntillas las reformas impuestas desde el gobierno alemán (porque ni siquiera se puede decir que llegasen desde Europa propiamente).


"Despotismo muchas veces oído en la boca de los viejos, grotescos y a veces trágicos salvapatrias que siempre se equivocan en la lectura de que todo está bien si se hace por España."


Los países como Alemania alimentan sus superávits en los déficits de países del sur como España o Grecia que para satisfacer su demanda interna tienen que importar productos de los primeros. En resumen las reformas del gobierno de Zapatero aliviaron la crisis que los alemanes habían creado y marcaron un fracaso del que era ya imposible levantarse.


P: Sobre la investidura a Mariano Rajoy, suponiendo que usted fuese diputado como ya lo fue por Madrid, ¿cuál sería su voto? ¿Apelaría, como se está haciendo ahora, a la abstención o votaría “No”?.


R: Obviamente y por la manera en que pienso votaría “No” a la investidura. A mi me inquieta particularmente que ahora que Rajoy es nuevamente Presidente del Gobierno salgamos con una doble desgracia: primeramente, la constatación de que las políticas del PP siguen su curso; en segundo lugar una evidencia de involución en los valores de la política en España. Me explico: se ha dado por sentado en muchas ocasiones que debe gobernar la lista más votada como si este fuese un principio democrático cuando no es más que una clara antítesis de la democracia puesto que la fuerza o fuerzas que deben gobernar son las que mejor y con más intensidad representen a la soberanía popular. Darle el gobierno a la lista más votada sin plantearse más es tanto como aceptar que los gobiernos son independientes de la corrupción y las políticas que hacen que en este caso han sido injustas e ineficientes y negar la esencia misma de la democracia que es el diálogo. ¡Y se atreven a decir los señores del PP que ahora es el momento del diálogo! El tiempo del diálogo en democracia es siempre, independientemente de la aritmética. Diría entonces rotundamente que no a un gobierno y un partido peculiarmente corrupto que no tiene parangón en Europa, pues sigue la lógica de que, donde sea que alcance el poder, está legitimada la corrupción. En el fondo esta corrupción del PP es una concepción del poder consustancial a los regímenes fascistas que hemos sufrido en España y en Europa donde estando en el poder era natural aprovecharse de él de manera corrupta. Esto se ha lavado en el jordán de la democracia española y constituye una de las rémoras que mantenemos desde la transición cuando tuvimos que hacer cosas que eran necesidades e importantes para regenerar nuestro sistema entonces, pero que se han convertido ahora en vicios del mismo.


"¡Y se atreven a decir los señores del PP que ahora es el momento del diálogo! El tiempo del diálogo en democracia es siempre, independientemente de la aritmética."


En conclusión, hemos llegado a esta situación porque, aunque los ciudadanos son conscientes de la corrupción rampante de sus políticos y son capaces de indignarse, a la hora de votar ese sentimiento se disocia del voto y siguen dando su apoyo a los de siempre. Aquí debo volver a culpar a Felipe González porque él tuvo el mejor momento histórico (con los poderes fácticos de capa caída y un gran apoyo del electorado) para generar una cultura democrática moderna que nos hubiera servido para sanear el sistema, pero en cambio no lo hizo.




P: Teniendo en cuenta estos factores que acaba de apuntar sobre la corrupción y el gobierno del PP, la llegada de nuevos partidos y la vuelta de personas como Felipe González al primer plano del panorama, ¿cómo analiza el posible futuro del escenario político español?


R: Yo, lamentablemente, no puedo ser optimista, con un gobierno del PP que ha aplicado políticas represivas y que además es mentira que ganara las elecciones. En democracia no gana el que más votos saca en términos relativos. Si esto fuera un régimen exclusivamente presidencialista pues vale, pero ni España ni la mayoría de países europeos lo son. En democracia gana quienes más pueden conjugar y ahondar en la voluntad popular. Se le ha puesto en bandeja el gobierno al PP, que además ha dinamitado internamente al Partido Socialista. Yo creo que ha obedecido a algo más que una lucha interna. Lo que pasa es que las ambiciones de poder de la gente poco inteligente hace que acaben siendo “tontos útiles” para quienes encarnan el “poder real”.


En el PSOE se han conjuntado malvados y necios, que es la coalición más letal que destroza lo que pilla, sea un partido o un país entero. El panorama es muy desolador. He visto con mucha esperanza el surgimiento de Podemos y explico por qué: en toda sociedad los que tienen la responsabilidad de cumplir las nuevas inquietudes sociales sea en España o donde sea deben cumplirlas. Si no se cumplen, lo normal es que salgan las tripas. Y las tripas han salido. Se han manifestado. Desde atentados como en París hasta nutrir partidos xenófobos como el de Marine Le Pen o en Reino Unido o en Alemania el surgimiento de partidos nazis. En España nos encontramos con algo muy distinto, el 15M. En vez de recurrir a métodos extremos la gente salió a la calle a hablar y a discutir cabalmente. Pienso que la sabiduría nace de la mezcla, de la pureza no sale nada bueno. De esa mezcla salió algo bueno para este país. Que esto cristalizara en Podemos me parece digno de reconocimiento. Sin la participación de la ciudadanía la democracia no es más que un esperpento. Creo en la renovación de la democracia a través de la participación, y por ahí se ha encauzado Podemos.


"En democracia gana quienes más pueden conjugar y ahondar en la voluntad popular."


A mí, muy amablemente me pidieron colaborar y he colaborado en algunas cosas de su programa. Ahora puedo decir que también con mucha generosidad me pidieron incorporarme a sus candidaturas para las elecciones de diciembre de 2015 como candidato por Madrid, y lo rechacé. Lo rechacé en ese momento por dos razones, una por mi propio criterio personal, yo no formo parte de ningún partido político, en consecuencia no puedo pedir a nadie que las decisiones se tomen contando con mi opinión y que no estoy dispuesto a renunciar a mi libertad individual. A mi me detuvieron por primera vez con 16 años cuando en España soñar la libertad ya era un delito y yo decidí libremente ser delincuente. Yo no necesito cargos para echar una mano. Y también les dije que no estoy de acuerdo con el derecho de autodeterminación. Considero que el nacionalismo es un invento de los ricos que no quieren compartir. Detesto el nacionalismo. La izquierda española alimentó este derecho de autodeterminación, porque todo lo que oprimía Franco era digno de ser reivindicado, sea el nacionalismo en Cataluña, la cultura en Euskadi… pero fue un error. Un error del que se aprovechó la derecha para defender el nacionalismo que en Galicia, Euskadi, Cataluña, etc. es completamente de derechas y reaccionario. Con la Constitución del 78 conseguimos que España fuera una unidad a través de un pacto que reconocía el autogobierno de las Autonomías. La asignatura pendiente más importantes de la izquierda en España es que se pueda gobernar desde la izquierda creyendo en un proyecto que es España.


"No estoy de acuerdo con el derecho de autodeterminación. Considero que el nacionalismo es un invento de los ricos que no quieren compartir."


P: ¿Es Susana Díaz el futuro del PSOE?


R: A mi esta señora me parece poco relevante políticamente, pero sí es cierto que en esta forma que tiene el PSOE de dirigirse endogámica en la que las personas van subiendo escalafones dentro de los aparatos del partido, podemos encontrarnos con Susana Díaz imponiéndose o logrando cuotas de poder cada vez más altas. Yo no la he escuchado decir ninguna idea política de peso ni verla (como tampoco la han visto los andaluces) aplicar ninguna política sustantiva en el gobierno de Andalucía desde que esta señora es presidenta. De Susana Díaz solamente sabemos que adelantó unas elecciones pretextando una falsa renuncia o salida de IU, y que además luego no ganó realmente, ya que retrocedió en el resultado electoral.


"Me parecería aterrador que el futuro de la izquierda en España se personificase en gente como Susana Díaz."


De su acuerdo con Ciudadanos más de lo mismo, no sabemos en qué se ha traducido y no ha cambiado en nada la vida de los andaluces, que es lo que realmente importa cuando hacemos política. Por esto que me parecería aterrador que el futuro de la izquierda en España se personificase en gente como Susana Díaz.


P: Muchos jóvenes de izquierdas no saben muy bien cómo localizarse en el espectro de partidos y no saben con qué partido se identifican más ya que el PSOE da cada vez más muestras de ser la vieja guardia y a veces PODEMOS se figura como una aventura demasiado peligrosa, ¿qué partido ahora mismo se identifica más con sus ideales? o ¿cuál es el que usted prefiere?


R: En este contexto tiendo a considerarme una persona políticamente iconoclasta. Me abstendré de decir el partido que yo ahora mismo mejor veo porque creo firmemente que tanto los jóvenes como los no tan jóvenes, si se dejan fascinar por un partido, se encuentran en la antesala de aborregarse políticamente. Ante esta situación tan difícil que nos toca vivir a todos, en especial a los jóvenes, el fanatismo no es la respuesta sino que esa insatisfacción que sienten les aliente a participar activamente de la vida política para no convertirse en sujetos pasivos.


Es importante recalcar la idea del joven activo políticamente porque si no nos encontraremos con un alejamiento cada vez mayor de la gente con la vida política.


P: Brevemente, ¿qué le parece Pablo Iglesias?


R: Otra vez me veo obligado a hacer referencia al cesarismo que antes mencioné en el PSOE de Felipe. Más que sobre Pablo Iglesias como persona, doy mi opinión sobre algunos discursos que hace. Y digo ahora lo que les dije a ellos el año pasado cuando me ofrecieron ir en listas por Madrid y lo que le dije a Zapatero justo antes de las elecciones de 2004: una cosa es ganarse la simpatía de la gente, y otra muy distinta es conseguir su confianza. Pasar de ser meramente una expresión política a un partido serio que puede ganar unas elecciones.


En 2004 sí se superó ese divorcio que comenté antes entre cabreo popular y voto, entre simpatía con el partido y confianza en el mismo pero fue por las circunstancias de un gobierno como fue el del PP de Aznar que mintió a los españoles sobre el 11-M. Ahora eso no se ha logrado con PODEMOS y de hecho desde diciembre no ha hecho más que perder simpatía sin ganar un ápice de confianza. Desde las primeras elecciones generales, PODEMOS ha seguido radicalizándose y esa disyuntiva que les ocupa ahora sobre si seguir dando miedo o moderarse no hace más que desorientar a los militantes.


Yo nunca creí en el sorpasso al PSOE y además creo que se está haciendo, desde que Anguita recuperó el término, una interpretación equivocada del mismo ya que los comunistas italianos se referían a superar a la derecha cristiana no a sus compañeros de la izquierda.




P: ¿Y Ciudadanos? ¿Qué opinión tiene sobre Albert Rivera?


R: Una vez más no quiero basar mi argumentación en personalismos. Como hombre de izquierdas entendí positivamente la aparición de Ciudadanos como un partido nuevo de derechas que renovase el espectro político del PP. El Partido Popular no tiene parangón en Europa, es decir, un partido que nace directamente y se nutre en sus primeros años de miembros de un régimen autoritario como lo fue el franquismo no es normal. Si acaso en Italia con los misinos (MSI; Movimiento Social Italiano) que eran directamente herederos de Mussolini, pero estos mismos fueron rápidamente eliminados por la derecha de Berlusconi y por supuesto no supusieron ni mucho menos un partido de tanta envergadura y trascendencia política como el PP en España.


"El PP en el fondo entiende la democracia como una incomodidad."


El PP en el fondo entiende la democracia como una incomodidad y cuando habla del franquismo o se plantea el debate público de la memoria histórica recurre a que “debemos fijarnos más en lo que nos une que en lo que nos separa”. La derecha española no hace ni ha hecho nunca una condena firme y rotunda del franquismo como pasó en los años 50 con la CDU en Alemania, que ante los más mínimos repuntes de nazismo rápidamente rechazó esos ideales estructurando una pedagogía y educación que hicieron posible que ahora en Alemania no haya, como hay en España por ejemplo, grandes monumentos en honor al Régimen. Una derecha así no es reformable sino que es desechable, y es tarea primordial de nuestra democracia encontrar una alternativa actualizada con Europa al Partido Popular. Ciudadanos entonces para mí ha resultado la gran decepción, porque en vez de cumplir con lo que yo considero como una responsabilidad histórica ha preferido servir como muletilla o como apoyadero del PP para que siga con sus fechorías como lleva haciendo desde que entró en el gobierno.


P: Pablo Iglesias ya ha hablado de convocar una huelga general ahora que el PP acaba de formar gobierno, ¿qué tiene que decir con respecto a ésto?


R: Para empezar, una huelga general o no general no es una cosa que la premedita un sindicato ni nadie. Las huelgas como situación de un conflicto las provocan las contrapartes, gobiernos o patronales. Insisto mucho en esto, la huelga la precipita por sus provocaciones y sus injusticias quienes quieran el poder económico o político. Tanto es así, que también digo que la huelga no es algo a lo que se va como una fiesta, ni es la realización de nadie, la huelga es la expresión de un fracaso.


"La huelga la precipita por sus provocaciones y sus injusticias quienes quieran el poder económico o político."


Otra cosa son los culpables o responsables, que obviamente siempre tiene más responsabilidad quien más poder tiene. Pero para no incurrir en ninguna suerte de demagogia también los trabajadores hemos tenido culpa o responsabilidad en el fracaso de una relación que nos ha llevado a conflicto y una huelga general es normalmente también la expresión del fracaso de una sociedad que se instala en la injusticia. Por lo tanto, nadie quiere una huelga que le obligue a arriesgar su puesto de trabajo.


Aclarado esto, también hay que aclararle al señor Iglesias que las huelgas las hacen los trabajadores, que se agrupan en torno a los sindicatos. Quien hace huelga no es el diputado que está el parlamento, la da el trabajador del parlamento si está convocado a una huelga por los sindicatos ante una reforma laboral, una injusticia o un ataque a los derechos sociales. Los partidos políticos podrán apoyar o no, ayudar en la realización o no de una huelga, pero quienes la convocan son los que tienen reconocido constitucionalmente el derecho de hacerlo y quienes la protagonizan son los trabajadores, no los políticos.


"Hay que aclararle al señor Iglesias que las huelgas las hacen los trabajadores, que se agrupan en torno a los sindicatos."


En cuanto a la realización de una huelga general en España, siguiendo con el mismo razonamiento, como no es una cosa que se haga por premeditación, habrá que ver las políticas que desarrolla este gobierno. En mi opinión, este Gobierno ha dado ya motivo para muchas huelgas, pero también la huelga general puede usarse abusiva e indebidamente. Es decir, recuerdo que frente al Gobierno de Alfonsín, el primer gobierno socialdemócrata que hubo en España, le hicieron diecisiete huelgas generales en dos años. Esto es efectivamente la vulgarización de la huelga general y el deterioro del arma más potente que pueden tener los trabajadores en democracia ante la injusticia. Por lo que no hay que abusar de esto, pero es verdad que el gobierno de la derecha desde 2011, particularmente desde su primer ejercicio en 2012, no ha dado más que motivos para que en España haya continuas movilizaciones y protestas.



"El gobierno de la derecha desde 2011, particularmente desde su primer ejercicio en 2012, no ha dado más que motivos para que en España haya continuas movilizaciones y protestas."


P: ¿A qué se debe el desprestigio al que se han visto sometidos los sindicatos? ¿Son prescindibles?


R: Yo creo que los sindicatos tienen su responsabilidad y la tienen que analizar autocríticamente. El desprestigio que apuntas hay que ser muy necio o muy ciego para negarlo. Pero, sin embargo, también creo que hay más desprestigio intencionado que fundado por parte de determinados medios que no siempre son medios de comunicación. Me refiero a medios económicos, políticos, culturales incluso. ¿Por qué? Porque cuanto más injustas son las políticas que quiere imponer un gobierno o unos poderes económicos, más les molesta a la democracia. La injusticia se empieza a premeditar cercenando la libertad, y sobretodo a quienes puedan demandar y practicar el ejercicio de la libertad. Uno de ellos es el sindicato. Por lo tanto, yo creo también que hay una parte intencional, repito, sin quitar un ápice de lo que a pulso también se han ganado los sindicatos.


¿Son prescindibles? No, al contrario, contradiciendo a aquellos que demonizan a la clase obrera, las teorías llamadas neoliberales que ensalzan a las llamadas clases medias para culpar a los trabajadores de su propia condición de pobres o parados. La mundialización de los mercados lo que ha hecho es que haya más gente que tendremos que catalogar como clase obrera o clase trabajadora. Gente que sólo tiene su forma de trabajo, física o intelectual, para vivir y no tienen medios de corrupción propios. Por lo tanto, desde ese punto de vista, el movimiento sindical, la asociación que libremente configuran los trabajadores y trabajadoras para defender sus condiciones de vida y sus derechos, dentro y fuera del puesto de trabajo, son en mi opinión, más necesarios que nunca.


P: Hay mucha gente concienciada realmente con la lucha laboral y del trabajador pero no se siente identificada por los sindicatos mayoritarios como son CCOO y UGT, ¿qué se puede hacer para revertir esta situación?


R: Primero, atendiendo a los datos objetivos y no a las impresiones, hay que admitir que debe haber mucha gente que por no estar afiliada están diciéndonos que no se sienten representados o vinculados a los sindicatos. Sin embargo, también es cierto que CCOO y UGT siguen reuniendo entre ambos el ochenta y tanto por ciento de la afiliación sindical en España. Hay que decir, que en España, que ya nos costó bastante particularmente a CCOO conseguirlo, a diferencia de otros sindicatos europeos aquí no quisimos que la legitimidad de estos viniese otorgada por ningún poder ajeno a los trabajadores. Por ejemplo, había en España alguien que propuso que los sindicatos fueran considerados más representativos en función de algún registro afiliativo o, como ocurre con los latinoamericanos, por lo que llaman la tesorería jurídica, donde los estados conceden a tal o cual sindicato la potestad jurídica de representar otros trabajadores o de negociar en su nombre.


Aquí peleamos incluso frente a otros sindicatos y al final conseguimos el consenso de hacer elecciones sindicales cada cuatro años. Al principio era cada dos años y cuando llegó el Gobierno de Felipe González nos modificó las elecciones sindicales para hacerlas cada cuatro años como los partidos, de tal manera que el único que tiene legitimidad para negociar en la empresa en nombre de los trabajadores es el comité de empresa elegido proporcionalmente en base a las candidaturas que se presentan, por los sindicatos representativos o por trabajadores que agrupados en el número que marque la ley en cada ámbito laboral en el que quieran presentarse a las elecciones sindicales. No se puede negociar por afiliados, que esa es otra pelea que nos diferencia afortunadamente de algunos sindicatos europeos. En España, el convenio colectivo es erga omnes, es de carácter general, de eficacia general para todos los trabajadores sin discriminación en razón de afiliación sindical o no, se puede estar afiliado a un sindicato u otro, a ninguno, y se tienen los mismo derechos.


"Se ha conseguido que la opinión de los representantes legítimos de los trabajadores sea sustituida por la opinión de pretendidos expertos asépticos. Esto es inaceptable."


Sin embargo, todo colectivo humano organizado tiende a la burocracia. La burocracia, en la opinión sobretodo de Isaac Doiser, un marxista de origen polaco y una bestia negra de Stalin, no consiste en tener muchos papeles ni muchos documentos sino que sobretodo consiste en alejarte de la realidad. Bueno, pues el hacer elecciones sindicales en España, el que los convenios colectivos no puedan discriminar en función de la afiliación, es un antídoto contra esa burocracia, te obliga a estar pegado a la realidad. En política, desgraciadamente, se pueden presentar programas electorales por parte de los partidos y luego entre cuatro años que pasan se puede justificar donde dije digo, digo Diego. En el campo sindical no es así, los que se meten a las elecciones sindicales en una empresa al día siguiente tienen que verificar lo que han hecho con los trabajadores. A los sindicatos se les ha ido echando de los espacios públicos empezando por los medios de comunicación que ahora ya ni siquiera piden la aportación o la opinión de los sindicatos. Se ha conseguido que la opinión de los representantes legítimos de los trabajadores sea sustituida por la opinión de pretendidos expertos asépticos. Esto es inaceptable porque no es verdad, no hay expertos asépticos, cada cual como es normal y legítimo tiene sus opiniones y sus sesgos, y no hay análisis estrictamente objetivo.


La opinión objetiva en un sistema plural como el nuestro es la que se conforma con la opiniones más diversas. Hay que tratar de comprender por qué acontecen esas cosas y tener el coraje de proponer ideas para que que cambie el curso de los acontecimientos. Por último, la cultura cristaliza cuando tienes la flexibilidad y la inteligencia de conjugar tus ideas con otras que pueden ser muy diferentes a las tuyas, para que cristalicen en nuevas síntesis que hagan progresar a la humanidad. Cada vez que oigo “esto es un informe de expertos y va a misa”, pienso que no, que seguramente no.


Yo creo que los sindicatos en esto sí tienen que reclamar más presencia en los espacios públicos: si no existes en los espacios públicos, de información, etc, dejas de ser percibido por aquellos que dices representar y defender, es decir, no podemos permitirnos que los trabajadores, la ciudadanía en general, no sepan qué opinan y proponen los sindicatos ante un problema. En ese sentido, en todos los países europeos avanzados, también en España en su momento, se establecieron zonas de participación institucional en el control por ejemplo de la seguridad social o de las instituciones que tienen competencias sobre salud en el trabajo, etc.


Otra cosa es que después, con la mundialización de los mercados y de las grandes multinacionales, esa participación sea cada vez menos efectiva. Pero ya no me parece tan bueno que esto haya difuminado el papel de los sindicatos (sin achacar la responsabilidad a nadie, seguramente sea de los propios sindicatos).



P: Pasando a preguntas más concretas sobre CCOO, casos como el de FOREM indican algunos puntos de ineficacia en la gestión de CCOO, ¿debe la formación renovarse para adaptarse al nuevo escenario?


R: Aunque esto ya me ha pillado fuera y yo mismo no me autorizo a dar una opinión concluyente sobre un tema que no conozco bien si se ha llegado a esto es porque hay una gran ineficiencia. Yo recuerdo que en los años 80 denunciábamos críticamente a los empresarios y a los gobiernos porque se estaban cargando la formación profesional. Cuando empieza todo esto, yo pensé que no era muy legítimo quedarnos solo en la crítica, que teníamos que promover la formación de los trabajadores, y mucho antes de que existiera el FOREM y antes de entrar en la comunidad europea, con nuestros propios medios fuimos montando nuestros núcleos de formación profesional para contribuir desde los ámbitos sindicales a que mucha capacidad profesional que había en España atesorada con los años no se perdiera y que al mismo tiempo se alentara la formación de otros más jóvenes. Se formó este instituto de formación de empleo para no depender de instituciones privadas, sin embargo, reconozco que muy pronto las distintas federaciones de industrias empezaron a tener demanda de formación que el propio instituto del sindicato no era capaz de satisfacer plenamente, y se creó una especie de círculo vicioso, proyectos de formación que no iban hacia el instituto del sindicato, que tenían que concertar con otras entidades y eso mermaba los recursos del propio FOREM.


Tal vez en esto esté el origen de este grado de ineficiencia que ha llevado a una situación realmente lamentable. No obstante, creo que lo que se ha hecho por parte de este gobierno tendría que haber sido motivo de una protesta mucho más dura que la que yo he visto. Quiero decir también con toda honestidad que me parece criticable la escasa protesta que ha habido por parte de los sindicatos cuando un gobierno, utilizando como pretexto algunos casos, que efectivamente son despreciables, de corrupción, cursos falsos, etc, ha quitado a los agentes sociales del control de la formación para dársela íntegramente al sector privado que es donde de verdad se han demostrado los casos más fraudulentos. Es realmente escandaloso, a parte de que eso sí es limitar claramente una esfera de participación institucional y hasta un derecho de los trabajadores, ya que son sus recursos, porque hay que recordar que la cuota de formación sale del 0,28 de la nómina de los trabajadores a parte de la cuota que aportan los empresarios.


P: Por último, entre los imputados o investigados por el caso de las tarjetas black hay miembros de CCOO. ¿Qué opinión le merecen?


R: Creo que todos los casos no son iguales, tengo una opinión diversa. La utilización de una tarjeta opaca para gastos personales me parece muy censurable, sin embargo, también he de decir que esto está sirviendo de carnaza para ocultar casos mucho más graves. Caja Madrid y las cajas en general no se han hundido por las tarjetas black, por muy despreciables que estas hayan sido, en el peor de los casos han supuesto doce o trece millones de euros a lo largo de años.


Esto está sirviendo para ocultar la gestión realmente temeraria y fraudulenta del PP en muchas cajas españolas. También se achaca a la participación de otras entidades sindicales y políticas en algunos consejos de las cajas, y de esto se desliza un planteamiento muy peligroso que es: “La politización de las cajas es lo que las ha llevado a su ruina porque ha desterrado una gestión profesional”. Esto no es cierto, con esto lo que se está diciendo es que la democracia es incompatible con una buena gestión. La democratización de las cajas no es el origen del hundimiento de las cajas, sino precisamente la perversión de la democracia en las cajas, que ha dado la hegemonía habitualmente al PP.


"[Las tarjetas black] están sirviendo para ocultar la gestión realmente temeraria y fraudulenta del PP en muchas cajas españolas."


El PP cuando se hacía con la mayoría en los consejos de la cajas dictaba unas normas de funcionamiento que en la práctica hacían parecer al resto de consejeros como meras comparsas. Por ejemplo, en el caso de Caja Madrid puedo recordar el acuerdo que se hizo en 1996 cuando llega por primera vez Blesa. La primera condición que se ponía era dar prioridad a las inversiones de la caja en la economía social, en el campo de las viviendas, fomentar el cooperativismo y desarrollar un tejido productivo basado en las nuevas tecnologías en la Comunidad de Madrid. Se creó también una comisión de control de las cuentas que hasta entonces no había existido, es decir, el acuerdo era más que defendible.


Sin embargo, ocurrió que quienes antes estaban “entre bastidores” y a ver cómo evolucionaban las cosas, se incorporaron al consejo, algunos de un partido pretendidamente muy de izquierdas, y fueron los primeros que empezaron a apoyar al presidente de Caja Madrid para incumplir ese acuerdo y orientar las inversiones de la caja por donde quisieron, fundamentalmente hacia el ladrillo…


"Lo que ha hundido a las cajas en España, no ha sido la democratización de las cajas, sino la perversión de esa democratización."


Por tanto, lo que ha hundido a las cajas en España, no ha sido la democratización de las cajas, sino la perversión de esa democratización. Ha habido una gestión pretenciosa y que ha llevado a las cajas a un terreno que era justamente el contrario al que habían tenido tradicionalmente. Esto es lo que llega con la gestión del PP, pretendidos profesionales.




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