top of page

P. Muñoz González. "Prensa en crisis: ¿Fenómeno español o europeo?"

Pablo Muñoz González [1]

1. INTRODUCCIÓN

Hace aproximadamente un año, en el número 16 de esta misma revista, Belén Carrasco, Cristina Caamaño y Reyes Villameriel publicaban un excelente y, sobre todo, necesario artículo, dedicado a la politización de los medios de comunicación.[2] Por un lado, denunciaban la enorme influencia que ejerce la política en los media españoles y, por otro, ponían en cuestión la existencia de un verdadera oferta de información de calidad en España, al menos procedente de los grandes medios.[3] Según las autoras, parece que el periodismo y el legítimo derecho a la información se han convertido en otros de los muchos elementos que la sociedad capitalista tiende a mercantilizar.[4] Este fenómeno, además, se complementa con otro todavía más peligroso y preocupante: consciente de la enorme influencia que ejercen los media, el Estado fomenta “de una u otra forma, la consolidación de un modelo de comunicación de masas eminentemente jerarquizado, unidireccional y concentrado en pocas manos.”[5] De hecho, las pruebas son más que evidentes, como han puesto de manifiesto no solo las autoras del citado artículo, sino también varios libros, artículos, periódicos, blogs y webs. Y, a pesar de las numerosas denuncias, la situación no parece que vaya a cambiar.[6]


El objetivo del artículo que proponemos es doble. Por un lado, sostenemos que, si bien la cuestión de la compleja propiedad de los medios y la influencia que ejercen las instituciones políticas en los mismos es un fenómeno típicamente español que puede explicar en parte la dudosa calidad de la información y el tratamiento que recibe en este país, también es cierto que este hecho no es únicamente hispano, sino que debe enmarcarse en un proceso sistematizado en gran parte de Europa. Como intentaremos demostrar, el contexto estructural de los sistemas mediáticos europeos es muy semejante. De este modo, y en segundo lugar, si asumimos que la prensa española tiende más a la “desinformación”, hecho que suscribimos, la explicación causal no puede buscarse tanto en variables independientes como la propiedad de los medios o la exagerada influencia política –sin duda factores influyentes pero, al fin y al cabo, comunes a los sistemas mediáticos europeos- sino en otro tipo de elementos que puedan permitirnos comprender de una forma más específica las dinámicas procesuales de este hecho, sin duda complejo y, sobre todo, preocupante.


Desde nuestro punto de vista, dos de estas variables explicativas a las que se debería precisar mayor atención están vinculadas con la herencia política y mediática de los últimos años del franquismo y de la Transición a la democracia.


2. SISTEMAS MEDIÁTICOS EUROPEOS


Hace algo más de una década Daniel Hallin y Paolo Mancini publicaron su célebre y reconocido Sistemas mediáticos comparados, en el que intentaban responder a la sempiterna cuestión de “por qué la prensa es como es” mediante un análisis comparado de los sistemas mediáticos de los principales países europeos y americanos.[7] Este trabajo tuvo una enorme trascendencia en el ámbito académico gracias en parte a su gran solidez metodológica. A través de la observación de un gran número de variables (sistemas políticos, sociedad civil, cultura política, etc.), los autores pudieron determinar la existencia de diferentes sistemas mediáticos en las citadas regiones e identificaron tres tipos ideales de modelos reconocibles y estables en virtud a las relaciones existentes entre los sistemas mediáticos y políticos. Sintéticamente, y siempre siguiendo a los autores, en Europa podemos destacar el aspecto democrático y plural de las estructuras mediáticas, visibles a través de los modelos “pluralista polarizado” (propio de países del sur de Europa, como España, Portugal o Italia), “democrático corporativo” (Alemania, Austria o Bélgica), y “democrático liberal” (Irlanda o Reino Unido). Además, se deja abierta la posibilidad de la existencia de “modelos mixtos”.[8]


Como dijimos, el impacto que tuvo este estudio en la comunidad científica fue enorme. Por un lado su metodología comparada enriquecía enormemente el estudio de los sistemas mediáticos europeos y, de hecho, ha sido utilizada y reutilizada con posterioridad en numerosos trabajos. Por otro lado, su trabajo adquiría un carácter holístico, abarcando cuestiones y elementos propios de la comunicación, la ciencia política o la sociología. No es de extrañar que algunos autores llegaran a calificar esta investigación de “paradigma científico” a tener en cuenta a la hora de estudiar los sistemas mediáticos en adelante.[9] Ciertamente, la pertinencia del enfoque comparado en nuestro caso es fundamental. Primero, porque nos permitirá observar si las generalizaciones que hemos planteado más arriba, esto es, la semejanza de los contextos mediáticos en el sur de Europa, se cumplen. En segundo lugar porque, de cumplirse la primera premisa podremos indagar el impacto de otros factores.[10]


En cualquier caso, tampoco hay que olvidar que el modelo de Hallin y Mancini, aunque completamente válido, ha adolecido el inexorable paso del tiempo, especialmente en dos vertientes. La primera, que al ser publicado originalmente en 2004 y reeditado en 2008, el libro no ha podido observar del todo el proceso de “digitalización de las noticias” y las nuevas formas de acceder a la información a través de otro tipo de plataformas digitales.[11] En segundo lugar, el proceso de profunda crisis económica en el sector a raíz del crack de 2008 alteró enormemente las dinámicas expansionistas que los medios de comunicación europeos estaban llevando a cabo. De hecho, y en este mismo sentido, resulta interesante observar que después de casi dos décadas, como apunta Juan Jesús González, los medios de comunicación no han sido capaces de adaptarse a los nuevos tiempos.[12]


Finalmente, la columna vertebral de este análisis estará compuesta por cuatro grandes empresas mediáticas europeas que detentan la publicación del “diario de referencia” de su país.[13] De este modo, podremos situar las propias limitaciones del sistema mediático español en comparación con las europeas para ver si, de esta forma, se cumplen nuestras hipotéticas generalizaciones –que la concentración, anquilosamiento y politización de los medios es un elemento común en los sistemas mediáticos europeos. De ser así, debemos buscar entonces una explicación alternativa de por qué la prensa española “es como es”. La inclusión de Irlanda en este análisis nos resulta pertinente porque su contexto político, económico y social durante la última década ha sido muy parecido al del resto de países analizados y porque la deriva de su sistema mediático en este mismo contexto temporal consideramos que se asemeja bastante a la de los citados países.




3. CONCENTRACIÓN Y CRISIS DE MEDIOS EN EUROPA


Carrasco et al., en su artículo, plantearon muy acertadamente las limitaciones del sistema mediático mainstream español: a saber, su sesgo y politización, su vinculación con el sistema político y, sobre todo, económico, su elitismo, etc., lo que podría explicar, en parte, su escasa consideración no solo entre la ciudadanía española sino entre otros medios extranjeros.[14] Sin embargo, como veremos a continuación, el carácter holista de las grandes empresas mediáticas, abarcando cuestiones muy alejadas de la mera “información”, y su tendencia a fagocitar otras empresas, ha sido lugar común en Europa a lo largo de las últimas décadas.[15]


En Irlanda, una empresa domina por encima de las demás el panorama mediático escrito del país: Independent News & Media PLC (INM), que suma 2,4 millones de lectores semanalmente, y siendo uno de sus principales activos el Irish Independent (conocido como Indo). Según la encuesta de la Joint National Readership Survey, organismo irlandés que estudia la circulación, lectura y publicidad de los diarios –digitales y escritos-, en 2015 el Indo era el periódico más leído tanto en formato digital como escrito, por encima de The Irish Times y del Irish Examiner.[16]


Fundada en 1904 con el nombre de Independent Newspapers Limited, no sería hasta los años 60 cuando INM empezó a expandirse en el mercado regional irlandés. En 1973 Tony O’Reilly adquirió la práctica totalidad de las acciones de la empresa, comenzando un proyecto de expansión empresarial, cuyo cénit se alcanzó en los años 90 del siglo pasado, periodo de gran bonanza económica.[17] A partir de entonces, INM amplió su negocio fuera de Irlanda, a Reino Unido, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda o India, participando de o adquiriendo otras empresas. Pero, a la larga, esta política se revelaría desastrosa. La empresa fue adquiriendo una gran deuda que, en el contexto de la crisis de 2008, le obligó a reducir costes mediante la venta de activos (como APN Media) y el despido de trabajadores y, por otro lado, a refinanciarse. La entrada de capital provino de dos cauces: el primero, la irrupción del holding del controvertido magnate multimillonario Dennis O’Brian, también conocido por algunas intromisiones en sus diarios y conflictos con otros de la competencia, y que desplazaría a la familia O’Reilly.[18] El segundo, mediante préstamos de instituciones financieras, con el fin de paliar las enormes deudas de una empresa que, a mediados de 2013, ya alcanzaban los 400 millones de euros, y cuyos representantes empezaron a sentarse en los consejos de administración de INM (como el caso del Anglo Irish Bank o el Bank of Ireland).[19]


En la actualidad y tras la profunda reestructuración que se ha llevado a cabo en los últimos años, parece que INM está volviendo a delinear cierta política expansionista (con la reciente adquisición de Celtic Media Group o la compra de cuatro revistas en Irlanda del Norte). Estos hechos han sido denunciados por algunos medios y asociaciones debido a los tintes monopolistas que está adquiriendo la situación. Todavía debemos esperar para ver en qué desemboca este hecho.[20]


En el caso de Portugal podemos destacar Global Media Group (GMG, hasta diciembre de 2015, Controlinveste). GMG es un holding mediático cuyo origen se sitúa en el año 2005 con la fusión de Lusomondo Media (fundada en 1953 y, en la actualidad, NOS Audiovisuais) y Olivedesportos (fundada en 1984). Como en el caso irlandés, las aventuras inversoras del grupo, presidido por el incombustible Joaquim Oliveira, también con vinculaciones políticas,[21] y que en la actualidad preside hasta seis consejos de administración de varias empresas (y miembro de otros tantos), fueron ambiciosas a la par que desastrosas: aunque Controlinveste controlaba los principales soportes dedicados a la distribución de contenidos deportivos, así como importantes diarios del país (entre otros, Jornal de Notícias o Correio da Manha, diario de referencia portugués) y se situaba entre el accionariado de Agencia Lusa, en 2008 su situación tornó pronto en insostenible. Pese a recurrir a la venta de activos y al despido de trabajadores (122 de los casi 1000 empleados en 2009 y 160 en 2014), solo la entrada del Banco Comercial Português, el Banco Espírito Santo, el Banco Privado Atlântico y el inversor angoleño Antonio Mosquito, entre otros, permitieron la supervivencia del grupo.[22]


Por su parte, la empresa italiana Gruppo Editoriale L’Espresso (GEL) fundada en 1955, publica desde 1976 el diario de referencia italiano: La Repubblica. A pesar de que la empresa muestra en su sitio web una imagen excesivamente complaciente de su situación financiera en la última década, los datos son algo más críticos. La incapacidad de adaptarse a un nuevo formato digital y la pérdida de ingresos publicitarios en el contexto de la crisis ha seguido una línea paralela a la del diario El País. Ciertamente, al igual que el periódico de Madrid, L’Espresso y su buque insignia, La Repubblica, ejercen de líder en el mercado digital y escrito. Pero en el contexto de la crisis, su venta y circulación retrocedieron sensiblemente. En general, GEL ha atravesado la sempiterna crisis de 2008 de la misma forma que lo hicieron los otros grupos: reducción de costes, entrada de nuevos accionistas, etc. En cualquier caso, los ingresos entre 2013 y 2015 han caído a razón de algo más de un 6% anual, al igual que la circulación de periódicos y la publicidad. Hecho que, en honor a la verdad, también ha afectado a otros grupos mediáticos italianos (especialmente al otro gigante mediático, RCS MediaGroup). En general, las ganancias de los medios de comunicación italianos (periódicos, radio y televisión) entre 2010 y 2014 han caído un 12% de media y, en el caso de la prensa, hasta un 30% de media.[23]


GEL está dirigido por Carlo de Benedetti, quien también se ha visto envuelto en diversos escándalos políticos y financieros (desde el caso Mani Pulita a la quiebra del Banco Ambrosiano, entre otros). Recientemente, el grupo italiano ha acordado con el grupo La Stampa un plan conjunto para la creación de lo que sería el mayor grupo editorial italiano. Todavía está por ver si esta iniciativa tendrá éxito o no.[24]


Por último, el caso de Promotora de Informaciones S. A. (Grupo Prisa) es sobradamente conocido. Gigante mediático y multimedia, está presente en la radio, televisión, prensa escrita, editoriales, etc. Su recorrido histórico ha sido trazado en varias ocasiones, así como su vinculación con la política (especialmente a través de su principal activo, El País, con el PSOE).[25]


Desde hace varios años, Prisa se encuentra sumergida en una crisis histórica que abarca no solo cuestiones económicas, sino también judiciales o “ideológicas”.[26] Recientemente, uno de los últimos escándalos en que se vio inmersa, vinculaba a una de sus cabezas más visibles, y editor de El País, Juan Luis Cebrián, con los llamados “Papeles de Panamá”. En este contexto, en abril de 2016, el propio Cebrián despedía a uno de los colaboradores de un programa de radio de Prisa quien, daba la casualidad, había publicado y vinculado al propio Cebrián con los “Papeles”, al tiempo que prohibía a los periodistas de Prisa aparecer en dichos medios.[27]


A modo de resumen, podemos observar varios países europeos caracterizados por un desarrollo reciente en lo político (especialmente en lo referente al cambio en el statu quo parlamentario) y lo económico (crisis de deuda soberana) parejo; sistemas mediáticos análogos y un sector de la comunicación en profunda crisis de ventas e ingresos, así como la precarización de la profesión periodística, y con grandes empresas comunicativas vinculadas con numerosos sectores que, en la mayoría de los casos, poco tienen que ver con el mero periodismo.


4. “EPPUR SI MUOVE”: EL CASO ESPAÑOL


Y, sin embargo, se mueve. Y, a pesar de lo visto, parece que el caso español es todavía más grave, el epítome de la precaria situación del “cuarto poder” en Europa en la segunda década del siglo XXI. Es cierto que, como hemos podido ver, las vinculaciones políticas, la concentración, el oscurantismo, la vinculación con los bancos, etc. son moneda común en el sistema mediático europeo. Pero aun así, parece que las diferencias entre España y el resto de países son muy significativas. Sin ir más lejos, lo ocurrido en España con algunos medios de comunicación a raíz de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004, el “juicio paralelo” y la teoría de la conspiración, bajo el amparo de un supuesto “periodismo de investigación”, no tiene parangón en Europa.[28]


Por dar algunos datos, la agencia Reuters, en el citado informe de 2015 sostenía que, de los doce países analizados en su informe anual, los medios españoles son los que menos confianza inspiran entre su población, tan solo por detrás de Estados Unidos. Si bien es cierto que los resultados son muy similares en Italia, por ejemplo, es inevitable que se nos venga a la mente algunos casos bochornosos que han atravesado no solo los medios privados, sino también los públicos en este país, inauditos en otros países e imposibles, y algunos hasta chocantes para un diario de referencia. En los últimos dos años, El País ha sido testigo de acrósticos difamatorios contra Juan Luis Cebrián;[29] vinculaciones entre este último, el expresidente Felipe González y dictadores africanos;[30] acusaciones directas a formaciones políticas españolas legítimas[31] y “valoraciones” negativas (a veces insultos directos) a partidos de izquierda europeos elegidos democráticamente.[32] Y casos todavía más bochornosos, como “retoques” de portada manifiestos;[33] fotos y pies de foto sobre la situación económica de algunos países que contradicen los artículos de los propios corresponsales;[34] acusaciones no contrastadas;[35] etcétera.


Este tipo de actitudes, favorecidas por el difícil contexto de crisis profesional al que tiene que hacer frente la enorme mayoría de periodistas, especialmente en los grandes medios, coadyuva a la emergencia de una perspectiva “de rodillo” en España, en la que “todos los periodistas son iguales”.[36] Sin embargo, si bien la precariedad puede favorecer la autocensura en algunos casos, la tendenciosidad y la falsedad están demasiado generalizadas en otros. Por tanto, debemos buscar causas más profundas y arraigadas.


En primer lugar, la naturaleza de los medios españoles en virtud al carácter de la transición democrática. En España, durante la dictadura se ejerció un férreo control sobre los medios de comunicación (Ley de Prensa e Imprenta de 1966 y su correspondiente censura) y los periodistas (a través del Registro Oficial de Periodistas, que establecía, de iure, quién era periodista y quién no). Sin embargo, parece que la transición democrática y la imposición del sistema liberal en el sector comunicativo español se llevaron a cabo de forma simultánea a la negación de cualquier tipo de asociacionismo que pudiese recordar –aunque fuese remotamente- a la dictadura. Como indican Xosé Ramón Polo y Manuel Martín Algarra:


Quizás sea precisamente aquí, en el individualismo propugnado por el liberalismo, donde se encuentre el punto de partida erróneo del sistema liberal de medios. Que la comunicación pública deje de estar al servicio del mantenimiento y mejora de la vida social, es decir, que no sirva para compartir objetivos sociales, que no sirva para construir sobre lo que une, manifiesta una contradicción de enorme repercusión.[37]


Si bien la búsqueda de una autonomía periodística, independiente de cualquier tipo de control por parte de autoridades políticas o económicas es deseable –y necesaria-, también es cierto que la ausencia de unas normas reguladoras eficaces tiene consecuencias negativas. Es inevitable pensar que muchos de los casos recientes de “malas artes” informativas podrían haberse evitado si, por ejemplo, la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) tuviese un poder sancionador firme.[38] Una regulación efectiva sumada a un asociacionismo podría tener, además, efectos positivos para el colectivo de los profesionales de la información: el amparo de organizaciones colectivas otorga un sentido comunitario de seguridad que, entre otras cosas, evita la práctica de la autocensura (otro de los males endémicos de la profesión) y dificulta los despidos arbitrarios.[39] En este sentido, suscribimos las palabras de Manuel Peres I Maicas, quien afirma que: “la autorregulación no tiene nada que ver con la autocensura […] Que una profesión quiera autorregularse significa positivamente que es un cuerpo vivo y lleno de dinamismo”.[40]


También es importante señalar que, aunque no se ejerce “censura” de iure, sí se hace de facto, en formas más veladas. En el caso que nos atañe de Prisa y El País, la galardonada periodista Olga Rodríguez afirmaba:


En muchas redacciones hay auténticas consignas sobre cómo informar sobre determinados países de América Latina. Yo esto lo he vivido dentro de una redacción de un medio de comunicación en el grupo Prisa, cuando trabaja allí. Por ejemplo, en 2002, cuando se produjo un intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez, por aquel entonces, el diario El País al día siguiente publicó un editorial que creo recordar se titulaba “Golpe al caudillo”, donde justificaba ese golpe de Estado. En todas las redacciones de los medios de comunicación de Prisa, evidentemente, hubo toda una serie de consignas.[41]


Resulta cuando menos curiosa la tendencia a renegar del asociacionismo arguyendo que que recuerda a las actitudes del franquismo al tiempo que se hereda del mismo el férreo control de la línea editorial.


Este tipo de actitudes no son tan comunes en las redacciones europeas. A pesar de que el sistema mediático italiano suele considerarse el paradigma de la concentración, la endogamia y la corrupción, lo cierto es que julio de 2010 todos los diarios escritos no vinculados a Berlusconi (en aquel momento presidente del Gobierno) secundaron una “jornada de silencio” en repulsa a las consecuencias que podría conllevar para algunos periodistas la llamada “Ley Mordaza”.[42] Entre ellos, La Repubblica.


Por su parte, en Irlanda existe un Press Council of Ireland desde 2008, formado por trece miembros, siete de los cuales, incluido su presidente, son independientes; así como un Press Ombudsman (defensor del lector), con labor activa y funciones relativas a quejas sobre publicaciones periódicas. Las estadísticas muestran que en 2015, el Press Council recibió hasta un total de 278 quejas.[43] En la FAPE se registran 17 resoluciones de la Comisión de Arbitraje en ese mismo año. En cierto modo, esta situación no debería ser demasiado sorprendente si comprendemos que la presidencia de la FAPE cuenta con un acentuado sesgo político, traducido por ejemplo en un reciente artículo en El Confidencial bajo el título de “Una agresión con el sello podemita” donde no solo se acusaba de instigar a Podemos de los hechos ocurridos recientemente en la Universidad Autónoma de Madrid, sino que además añadía:


Con eso y con su defensa de la necesidad de dar miedo “a los poderosos”, entre los cuales puede caber todo aquél que no sea “gente”, entendido ese término en su acepción más estrictamente podemita, queda completo el cuadro que está diseñando el líder de Podemos para la próxima legislatura. Y el lamentable episodio vivido en la Universidad es el aperitivo de lo que vamos a vivir de aquí a poco. Pero contra eso será necesario que todos los demócratas plantemos cara.[44]


Finalmente, en Portugal, la cuestión de la información está realmente profesionalizada. En este sentido, destaca una cuestión muy importante: Portugal ha tenido un desarrollo histórico reciente muy parecido al de España. Sin embargo, los resultados de su transición fueron muy diferentes. Si en España, como hemos visto, se heredó el anquilosamiento sindical y el inmovilismo, en Portugal ocurrió lo contrario. En primer lugar, los intentos por pensar y re-pensar, reformar y reflexionar sobre la actividad del periodismo son constantes.[45] En segundo lugar, la capacidad organizativa de los periodistas portugueses es mucho mayor que en España, así como su poder de presión. El Sindicato dos Jornalistas tiene una capacidad de contestación en el país bastante significativa. A él están afiliados el 70% de los periodistas del país y es miembro de la Alta Directiva para la Comunicación Social. Este organismo independiente, apunta Dardo Gómez, “está amparado por el artículo 39 de la Constitución portuguesa y es el encargado de velar por el cumplimiento del derecho a la información, la libertad de prensa y la independencia de los medios frente a los poderes político y económico”.[46]


En nuestro país es bien sabido que la cuestión de regular la información abre heridas en el periodismo, especialmente entre las elites más visibles. Esto se ha manifestado con claridad cuando algún político ha planteado alguna medida al respecto. Miguel Ors Villarejo, director adjunto de Actualidad Económica (Unidad Editorial) y antiguo redactor de Expansión, una de las principales cabeceras económicas del país, criticaba con cinismo la propuesta del secretario general de Podemos en pos de una Ley Orgánica de Prensa al tiempo que añadía:


Cualquier ciudadano que se sienta perjudicado por una noticia puede recurrir a los tribunales, aunque es verdad que su funcionamiento garantista e inevitablemente lento no hace de ellos el instrumento ideal para solucionar ciertas diferencias. Muchas veces, para cuando el juez se pronuncia, han pasado no ya meses, sino años.[47]


Y más tajante se mostraba en este mismo sentido Victoria Prego en El Mundo:


«La información es un derecho», argumentaba [Pablo Iglesias], siguiendo una doctrina esencialmente totalitaria, «y por lo tanto, tiene que estar en manos del pueblo, representado por el Estado». En una palabra, el señor Iglesias sueña con instaurar en nuestro país el Ministerio de la Verdad. De ahí a afirmar que, como el alimentarse también es un derecho, los supermercados tienen que pertenecer a una red estatal de la Alimentación, no hay más que un paso. Pero lo primero es más grave que lo segundo porque atenta contra uno de los pilares básicos sin cuya fortaleza no se sostiene un sistema democrático: el derecho a emitir y a recibir libremente la información. Sólo con una circulación libre de informaciones a disposición libre de los ciudadanos éstos pueden tener la seguridad de que no han perdido esa condición para caer en la de súbditos sometidos a un poder que administra sus vidas, sus conciencias y hasta sus opiniones.[48]


El inmovilismo de estas posiciones es más que evidente. Y es especialmente característico en el caso de Prego, que es en la actualidad presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, y entre cuyos objetivos se encuentra: “el buen ejercicio profesional del periodismo”. Resulta curioso cómo en el Informe Anual de la Profesión Periodística que elabora esta misma asociación se dedique menos de una página a la cuestión del asociacionismo y sindicación de los periodistas –sus intereses, no nuestros intereses-, y cuando se hace es tan solo es para indicar:


“[…] se recoge la valoración que hacen los asociados de los servicios que prestan aquellas entidades en las que se integran para defender sus intereses. Un año más destaca como servicio más valorado, con una calificación de notable, el de la expedición de carnés de prensa que identifican a los periodistas a la hora de ejercer su trabajo”.[49]


5. A MODO DE CONCLUSIÓN


José Javier Sánchez Aranda proponía en 1999 la necesidad de un debate interno en el sector de la comunicación “para clarificar de un modo más adecuado qué papel desempeñan los comunicadores dentro del contexto social y político presente.” Parece que estas palabras tienen la misma validez en aquel entonces y ahora.


A pesar de lo expuesto, no debemos caer en posiciones derrotistas o pesimistas. Es cierto que, como observa Víctor Sampedro, “la mercantilización informativa degrada, de forma inevitable, el trabajo periodístico. Precariza sus condiciones laborales y su resultado. Pero, sobre todo, olvida o escamotea que las noticias veraces son requisito esencial para ejercer los derechos civiles”.[50] Pero también es cierto que el periodismo de calidad sigue existiendo, especialmente en plataformas digitales.[51] Si bien son ciertos algunos planteamientos de Chomsky y su modelo de propaganda, como plantean las autoras,[52] su visión abiertamente negativa sobre las capacidades de la opinión pública frente a la estructura mediático-política, creemos que debe ser matizada. Puede que, en ocasiones, el público siga tendencias aparentemente irracionales, incluso gregarias o prisioneras de los grupos mediáticos y sus bombardeos informativos dirigidos. Pero, como demostró William Gamson en su estudio empírico, “La gente no es tan pasiva. La gente no es tan tonta. Y la gente negocia el significado de los mensajes mediáticos en formas complejas según los temas y su implicación en los mismos”.[53] Lo mismo demostró Víctor Sampedro con las cuestiones relativas a la “mili”.


En este mismo sentido, como han criticado algunos autores, se tiende –de hecho es demasiado fácil hacerlo cuando las opiniones de la opinión pública no concuerdan con las nuestras- si no a despreciar, sí a infravalorar las actitudes políticas de la mayoría social. En sentido, Timur Kuran, rebatiendo el controvertido trabajo de Noelle Neumann y su “espiral de silencio”, planteó que, en muchas ocasiones, simplemente terminamos por ocultar o, en el mayor de los casos, mentir, sobre nuestras preferencias privadas, en virtud de las dinámicas de la opinión pública del momento.[54] E, incluso, el hecho de que no exista una opinión dominante, o que el público se niegue a expresarla, puede estar motivado por criterios racionales (la perspectiva crítica, que denomina Sampedro, citando a Schiff):


1) Como protesta política y desinterés por los asuntos sondeados. Porque el público considera las opciones ideológico-partidarias irrelevantes o demasiado parecidas […];


2) la falta de coordinación de los ciudadanos […] que comparten problemas con amplios sectores sociales. O, sencillamente, porque ni se lo plantean, al estar satisfechos con las condiciones en que viven;


3) El recurso a criterios políticos colectivos simples […];


4) La escasa competencia y motivación explica las deficiencias cognitivas del público, pero también la posibilidad de ser manipulado.[55]


Finalmente, creemos que es necesario señalar la necesidad e importancia de este tipo de debates en España. Generalmente desarrollados entre el colectivo de periodistas y los movimientos ciudadanos, es pertinente que este diálogo se expanda a otros ámbitos, especialmente al mundo de la Academia. Como en tantos otros campos, el científico social tiene el deber de abandonar su torre de marfil y “aplicar un saber comprometido”, que fomente y favorezca el afianzamiento de una esfera pública de calidad.[56] Por mucho que nos pese, las grandes empresas mediáticas aún no se han visto forzadas a ejercer la autocrítica –más allá de la necesidad imperiosa de adoptar el modelo digital a sus negocios, porque siguen capitalizando el mercado de la información y sus pingües beneficios. Y a pesar de que los medios alternativos van ganando día a día más y más terreno, no parece que el modelo mediático tradicional vaya a ser cuestionado a corto plazo. Por esta misma razón, espacios abiertos de debate, accesibles, como esta misma revista, juegan un papel tan importante.

 

BIBLIOGRAFIA


Libros y capítulos de libros.


BOCZKOWSKI, P. J. (2006): Digitalizar las noticias. Innovación en los diarios online, Manantial, Buenos Aires.

BOURDIEU, P. (2005): “Los investigadores y el movimiento social”, en BOURDIEU, P. (2005): Pensamiento y acción, Libros del Zorzal, Buenos Aires, (1ª edición de 2002), pp. 151-157.

BURGUEÑO, J. M. (2010): Cuestión de confianza. La credibilidad, el último reducto del periodismo del siglo XXI, Editorial UOC, Barcelona.

BUSTAMANTE, E. y ZALLO, R. (Coords.) (1988): Las industrias culturales en España. Grupos multimedia y transnacionales, Akal, Madrid.

COSTA, J., TEIXEIRA, J. y LOUÇA, F. (2014): Os Donos Angolanos de Portugal, Bertrand Editora, Lisboa.

HALLIN, D. y MANCINI, P. (2008): Sistemas mediáticos comparados. Tres modelos de relación entre los medios de comunicación y la política, Editorial Hacer, Barcelona.

KURAN, T. (1995): Private Truths, Public lies. The Social Consequences of Preference Falsification, Harvard University Press, Harvard.

MORÁN, G. (2014), El cura y los mandarines: historia no oficial del bosque de los letrados, Akal, Madrid.

NAVAJAS, C. e ITURRIAGA, D. (Coords.) (2014): España en democracia: Actas del IV Congreso de Historia de Nuestro Tiempo, Universidad de La Rioja, Logroño.

NEGRÓ, L. (2006) El diario El País y la cultura de las elites durante la transición, Foca, Madrid.

NOAM, Eli et al. (2016): Who Owns the World’s Media? Media Concentration and Ownership Around the World, Oxford University Press, Oxford.

NOELLE-NEUMANN, E. (2003): La espiral de silencio. Opinión pública: nuestra piel social, Paidós, Barcelona.

POLANYI, K. (1989): La gran transformación, La Piqueta, Madrid.

SARTORI, G. (1984): La política. Lógica y método en las ciencias sociales, Fondo de Cultura Económico, México.

SERRANO, P. (2010): Traficantes de información. La historia oculta de los medios de comunicación españoles, Foca (Akal), Barcelona.

SAMPEDRO, V. (2000), Opinión pública y democracia deliberativa. Medios, sondeos y urnas, Istmo, Madrid.

- (2014): El cuarto poder en red. Por un periodismo (de código) libre, Icaria Editorial, Madrid.

SÁNCHEZ, J. J. (2013): Las bombas del 11-M. Relato de los hechos en primera persona, Amazon.

VIDAL-BENEYTO, J. y ROUGIER, C. (1982): Producción de la realidad y diarios de referencia dominante, Instituto Oficial de Radio y Televisión, Madrid.


Artículos en revistas académicas


ALMIRON, Núria, “Grupos privados propietarios de medios de comunicación en España: principales datos estructurales y financieros”, en Comunicación y sociedad = Communication & Society, Nº 22, Vol. I, 2009, pp. 243-273;

- “Financiación, medios de comunicación y democracia”, en Ágora: revista de ciencias sociales, nº 20, 2009, pp. 163-187.

CARRASCO, Belén, CAAMAÑO, Cristina y VILLAMERIEL, Reyes, “Politización de los medios: el poder de la desinformación”, en Ágora Revista Online, nº 16, 2015.

DIAS, Alexandre L. (2011): “Media concentrations and pluralism in Portugal”, en Revista jurídica, nº 14, pp. 27-44.

GONZÁLEZ, Juan Jesús, “Escenarios de futuro para la democracia española. Democracia de partido y democracia de audiencia” en NAVAJAS, C. e ITURRIAGA, D. (Coords.) (2014): España en democracia: Actas del IV Congreso de Historia de Nuestro Tiempo, Universidad de La Rioja, Logroño, pp. 123-131.

GONZÁLEZ, M. E. (2011): “Sobre la libertad de prensa en Italia. El conflicto de intereses de Berlusconi y su influencia en la democracia del `Bel Paese’”, en Estudios sobre el Mensaje Periodístico, nº 17, Vol. II, pp. 325-338.

LEYDESDORFF, Loet (2000): “Luhmann, Habermas, and the Theory of Communication”, in Systems Research and Behavioral Science, nº 17, Vol. III, pp. 273-288.

LIJPHART, Arend, “Comparative Politics and the Comparative Method”, en American Political Science Review, nº 65, Vol. III, 1971, pp. 692-693.

RODRÍGUEZ, Carlos Manuel, “Sistemas mediáticos comparados. Clasificación comparada del nexo medios y política en Hallin y Mancini”, en Espacios Públicos, Vol. 17, nº 39, enero-abril, 2014, pp. 198.

RODRÍGUEZ-POLO, X. R. y MARTÍN-ALGARRA, M. (2011): “Los principios del sistema liberal de medios ante la crisis de la comunicación pública. Una aproximación crítica”, en Revista de Comunicación Vivat Academia, nº 117, pp. 77-90.

PARÉS Y MAICAS, M. (2006): “El autocontrol de la información”, en Cuadernos de Periodistas, nº 6, pp. 75-93.

SAMPEDRO, V. (2014): “Periodismo veraz, bien común y el Cuarto Poder en Red”, en Razón y Fe, nº 1387-1388, Vol. 269, pp. 471-482.


Artículos de periódicos


VIDAL-BENEYTO, J. (5 de julio de 2004): “Le Monde y los diarios de referencia” en ElPais.com

BUCK, T. (27 de abril de 2015): “Spanish state broadcaster TVE accused of political bias”, en FinancialTimes.com

RTÉ (26 de abril de 2013): “INM agrees debt restructuring as losses mount”, en rte.ie

MCMAHON, A. (2 de septiembre de 2016): “Independent News & Media acquires six regional newspaper titles”, en TheIrishTimes.com

ANDRADE, R. (5 de Agosto de 2016): “Galpgate. Fernando Negrao diz que “questoes éticas têm de ir até às últimas consequências”, en Observador.pt

RIBEIRO, A. (20 de marzo de 2016): “Portugal: Media expert proposes fund to rescue Portuguese press”, en www.ecpmf.eu.

FERRO, P. (16 de enero de 2009), “El grupo de comunicación luso Controlinveste despide a 122 periodistas”, en Europapress.es

LA VANGUARDIA (11 de junio de 2014): “El grupo de comunicación portugués Controlinveste despedirá a 160 empleados”, en LaVanguardia.com

FORCADA, D. (27 de octubre de 2015): “Prisa hace caja con la Ley Wert e incrementa un 18% las ventas de los libros Santillana”, en Elconfidencial.es

ESCOLAR, I. (27 de abril de 2016): “Juan Luis Cebrián me despide de la SER”, en Eldiario.es

Cebrián es un tirano como Calígula, el acróstico que le colaron a El País (29 de mayo de 2016), en El Español.com

El DIARIO (20 de mayo de 2016): “Felipe González mandó una carta a un dictador africano para favorecer al petrolero socio de Cebrián”, en Eldiario.es

EL DIARIO (5 de junio de 2016): “El País acusa a La Sexta de apoyar el “populismo radical” de Unidos Podemos”, en Eldiario.es

SANCLEMENTE, J. (5 de junio de 2016): “El País da miedo”, en Eldiario.es

EL PAIS (19 de febrero de 2015): “La generosidad es útil”, en Elpais.com

FAVA, P. (8 de febrero de 2016): “La fotografía más política de los Goya tenía truco”, en ElEspañol.com

GALÁN, L. (1 de febrero de 2015): “Las lecciones del 'caso Monedero'”, en Elpais.com

ORS, M. (22 de abril de 2016): “Pablo Iglesias y la libertad de prensa”, en Expansión.com

PÉREZ, M. (9 de julio de 2011), “Lo que los periodistas no quieren ver”, en Elpais.com

FAPE (17 de octubre de 2016): “Despedidos dos redactores de “El Adelantado” que recurrieron a la Comisión de Quejas y Deontología del Periodismo”, en fape.es

MORA, M. (12 de junio de 2010), “La prensa italiana se rebela contra la 'ley mordaza’”, en ElPais.com

PREGO, V. (20 de octubre de 2016): “Una agresión con el sello podemita”, en ElIndependiente.com

- (22 de abril de 2016): “Iglesias enseña su verdadera cara”, en ElMundo.es

GÓMEZ, D. (1 de noviembre de 2012): “También en Portugal pretenden reducir el servicio público audivisual”, en CronicaPopular.es

GREENSALE, R. (28 de julio de 2014): “Irish newspaper editor's column was changed after going to press”, en TheGuardian.com

THE IRISH TIMES (22 de marzo de 2011): “Moriarty says Lowry helped O'Brien win mobile licence”, en TheIrishTimes.com


Otras fuentes (webs, vídeos, etc.)

.

Asociación de la Prensa de Madrid: Informe anual de la profesión periodística, http://www.apmadrid.es/publicaciones/informe-anual-de-la-profesion/

European Centre for Press & Media Freedom, https://ecpmf.eu/

News Brands Ireland, http://newsbrandsireland.ie

Reuters Institute for the Study of Journalism, Digital News Report, http://www.digitalnewsreport.org/

Una mosca en una botella de Coca Cola (2014), producido por Producciones CMI y Paz con Dignidad-OMAL, https://www.youtube.com/watch?v=SIDrAfArRMY&feature=youtu.be&t=557



 

[1] Doctorando en Derecho, Gobierno y Políticas Públicas (UAM). Agradezco a Olga Fernández la revisión del texto.

[2] http://www.agora-revistaonline.com/n-16-octubre-15-politizacin-medios (todos los enlaces referenciados a pie de página han sido consultados en octubre de 2016).

[3] CARRASCO, Belén, CAAMAÑO, Cristina y VILLAMERIEL, Reyes, “Politización de los medios: el poder de la desinformación”, en Ágora revista online, nº 16, 2015. Disponible en http://www.agora-revistaonline.com/single-post/2015/10/13/EN-PROFUNDIDAD-Politizaci%C3%B3n-de-los-medios-el-poder-de-la-desinformaci%C3%B3n

[4] Compárese con el estudio clásico de POLANYI, Karl, La gran transformación, La Piqueta, Madrid, 1989 (1ª ed. de 1944).

[5] CARRASCO, Belén et al., Ibídem, p. 2.

[6] Por poner algún ejemplo reciente, BURGUEÑO, José Manuel, Cuestión de confianza. La credibilidad, el último reducto del periodismo del siglo XXI, Editorial UOC, Barcelona, 2010; SERRANO, Pascual, Traficantes de información. La historia oculta de los medios de comunicación españoles, Foca (Akal), Barcelona, 2010; ALMIRON, Núria, “Grupos privados propietarios de medios de comunicación en España: principales datos estructurales y financieros”, en Comunicación y sociedad = Communication & Society, Nº 22, Vol. I, 2009, pp. 243-273; “Financiación, medios de comunicación y democracia”, en Ágora: revista de ciencias sociales, nº 20, 2009, pp. 163-187, o el excelente blog que alberga el diario Público.es en http://blogs.publico.es/el-cuarto-poder-en-red/

[7] HALLIN, Daniel y MANCINI, Paolo, Sistemas mediáticos comparados. Tres modelos de relación entre los medios de comunicación y la política, Editorial Hacer, Barcelona, 2008 (1ª ed. de 2004).

[8] Ibídem.

[9] RODRÍGUEZ, Carlos Manuel, “Sistemas mediáticos comparados. Clasificación comparada del nexo medios y política en Hallin y Mancini”, en Espacios Públicos, Vol. 17, nº 39, enero-abril, 2014, pp. 198.

[10] SARTORI, Giovanni, La política. Lógica y método en las ciencias sociales, Fondo de Cultura Económico, México, 1984, p. 261; estudio clásico en LIJPHART, Arend, “Comparative Politics and the Comparative Method”, en American Political Science Review, nº 65, Vol. III, 1971, pp. 692-693.

[11] BOCZKOWSKI, Pablo J., Digitalizar las noticias. Innovación en los diarios online, Manantial, Buenos Aires, 2006.

[12] GONZÁLEZ, Juan Jesús, “Escenarios de futuro para la democracia española. Democracia de partido y democracia de audiencia”, en NAVAJAS, Carlos e ITURRIAGA, Diego (Coords.), España en democracia: Actas del IV Congreso de Historia de Nuestro Tiempo, Universidad de La Rioja, Logroño, 2014, p. 129.

[13] La expresión “diario de referencia” procede de Vidal-Beneyto, quien califica de este modo a los periódicos “de elite, prestigio o calidad” con la capacidad de crear opinión y estereotipos dominantes en un país. El estudio original se encuentra en VIDAL-BENEYTO, José y ROUGIER, Cécile, Producción de la realidad y diarios de referencia dominante, Instituto Oficial de Radio y Televisión, Madrid, 1982. Aunque también puede consultarse un breve resumen de sus principales ideas en: VIDAL-BENEYTO, José, “Le Monde y los diarios de referencia” en El País, 05/07/04, disponible online en http://elpais.com/diario/2004/07/05/sociedad/1088978406_850215.html; DNR-16, p. 43. Para España, El País, diario de centro-izquierda; en Irlanda, Irish Independent, con un carácter más conservador en lo político y liberal en lo económico; en Italia, La Repubblica, diario tradicionalmente de centro-izquierda, y en Portugal, tanto Diario de Noticias como Jornal de Noticias, progresistas. El enfoque editorial de todos estos periódicos puede encontrarse en sus libros de estilo o la información del diario en su página web.

[14] BUCK, Tobias, “Spanish state broadcaster TVE accused of political bias”, en Financial Times, 27/04/2015. Disponible online en: https://www.ft.com/content/4625b188-e818-11e4-9960-00144feab7de#axzz3YWssWdBZ

[15] Por ejemplo, en NOAM, Eli et al., Who Owns the World’s Media? Media Concentration and Ownership Around the World, Oxford University Press, Oxford, 2016, pp. 184-188.

[17] Información completa disponible en http://www.inmplc.com/about-inm/corporate-history

[18] Estos conflictos pueden verse, por ejemplo, en GREENSALE, Roy, “Irish newspaper editor's column was changed after going to press”, en The Guardian, 28/07/2014. Disponible en: https://www.theguardian.com/media/greenslade/2014/jul/28/irish-independent-denis-o-brien; “Moriarty says Lowry helped O'Brien win mobile licence”, en The Irish Times, 22/03/2011, Disponible online en: http://www.irishtimes.com/news/moriarty-says-lowry-helped-o-brien-win-mobile-licence-1.873588. O’Brien también ha sido acusado de “amenazas” a periodistas como Vincent Browne durante su etapa en el Sunday Independent (2012), y ha llevado a jucio al Irish Daily Mail por difamación (2013) así como a la web satírica Waterford Whisper News.

[19] Así lo atestiguaba la radiotelevisión irlandesa, RTÉ, en 2013: “INM agrees debt restructuring as losses mount”. Disponible en su web: http://www.rte.ie/news/business/2013/0426/385779-independent-news-and-media/

[20] MCMAHON, Aine, “Independent News & Media acquires six regional newspaper titles”, en The Irish Times, 02/09/2016, disponible online en: http://www.irishtimes.com/business/media-and-marketing/independent-news-media-acquires-six-regional-newspaper-titles-1.2777813

[21] Así lo atestigua ANDRADE, Rocha, “Galpgate. Fernando Negrao diz que “questoes éticas têm de ir até às últimas consequências”, en Observador 05/08/2016, disponible online en: http://observador.pt/2016/08/05/galpgate-fernando-negrao-diz-que-questoes-eticas-tem-de-ir-ate-as-ultimas-consequenciass/

[22] En este sentido, Jorge Costa, Joao Teixeira y Francisco Louça analizan la reciente y explosiva entrada de capital angoleño en la economía portuguesa en Os Donos Angolanos de Portugal, Bertrand Editora, Lisboa, 2014; RIBEIRO, Ana, “Portugal: Media expert proposes fund to rescue Portuguese press”, 20/03/2016, en https://ecpmf.eu/news/ecpmf/archive/portugal-media-expert-proposes-fund-to-rescue-portuguese-press; FERRO, Patricia, “El grupo de comunicación luso Controlinveste despide a 122 periodistas”, en Europapress, 16/01/09. Disponible online en: http://www.europapress.es/economia/noticia-economia-empresas-grupo-comunicacion-luso-controlinveste-despide-122-periodistas-20090116140808.html; “El grupo de comunicación portugués Controlinveste despedirá a 160 empleados”, en La Vanguardia, 11/06/2014: http://www.lavanguardia.com/vida/20140611/54409845618/el-grupo-de-comunicacion-portugues-controlinveste-despedira-a-160-empleados.html; DNR-16, p. 43.

[23] DNR-16, p. 40.

[24] Ibídem.

[25] Una historia oficial puede encontrarse en la propia web de Prisa: http://www.prisa.com/es/datos/cronologia Posturas más críticas, por ejemplo, en: BUSTAMANTE, Enrique y ZALLO, Ramón (Coords.), Las industrias culturales en España. Grupos multimedia y transnacionales, Akal, Madrid, 1988; NEGRÓ, L. El diario El País y la cultura de las elites durante la transición, Foca, Madrid, 2006; SERRANO, Pascual, Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles, Foca, Madrid, 2010; MORÁN, Gregorio, El cura y los mandarines: historia no oficial del bosque de los letrados, Akal, Madrid, 2014.

[26] FORCADA, Daniel, “Prisa hace caja con la Ley Wert e incrementa un 18% las ventas de los libros Santillana”, en Elconfidencial.es, 27/20/2015. Está disponible online en: http://www.elconfidencial.com/comunicacion/2015-10-27/prisa-hace-caja-con-la-ley-wert-e-incrementa-un-18-las-ventas-de-los-libros-santillana_1073419/

[27] El testimonio de estos hechos en ESCOLAR, Ignacio, “Juan Luis Cebrián me despide de la SER”, en Eldiario.es, 27/04/2016. Disponible en http://www.eldiario.es/escolar/Juan-Luis-Cebrian-despide_6_509959001.html.

[28] Compárese con SÁNCHEZ, Juan Jesús, Las bombas del 11-M. Relato de los hechos en primera persona, Amazon, 2013.

[29] "Cebrián es un tirano como Calígula", el acróstico que le colaron a El País”, en El Español, 29/05/2016. Disponible en: http://www.elespanol.com/social/20160529/128487294_0.html

[30] “Felipe González mandó una carta a un dictador africano para favorecer al petrolero socio de Cebrián”, en Eldiario.es, 30/05/2016. Disponible en: http://www.eldiario.es/economia/Felipe-Gonzalez-favorecer-Massoud-Zandi_0_521447880.html

[31] “El País acusa a La Sexta de apoyar el “populismo radical” de Unidos Podemos”, en Eldiario.es, 05/06/2016. Disponible en: http://www.eldiario.es/rastreador/Pais-Sexta-populismo-Unidos-Podemos_6_523607636.html?utm_content=bufferb2f52&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer; SANCLEMENTE, José, “El País da miedo”, en Eldiario.es, 05/06/2016. En: http://www.eldiario.es/zonacritica/Pais-da-miedo_6_523607655.html

[32] No estamos refiriendo al editorial “La generosidad es útil” el 19/02/2015. Disponible en: http://elpais.com/elpais/2015/02/18/opinion/1424288647_020650.html

[33] FAVA, Paolo, “La fotografía más política de los Goya tenía truco”, en El Español, 08/02/2016. Disponible en: http://www.elespanol.com/espana/20160208/100739933_0.html. En honor a la verdad, hay que admitir que esta práctica es muy común entre los diarios españoles, no solo en el diario El País.

[34] Compárese en este sentido la foto –ya eliminada- que publicó El País el 5 de julio de 2015 sobre el referéndum convocado en Grecia en relación a las políticas de ajuste, en la que aparecía un supermercado desabastecido, y el tweet de María Antonia Sánchez Vallejo, corresponsal en Atenas de este mismo medio, donde indicaba “Mucha sorpresa entre los griegos por las fotos de mercados desabastecidos que aparecen en los medios. Total normalidad en las tiendas”. Fotos todavía disponibles en: http://iniciativadebate.org/2016/05/23/malas-artes-del-periodismo-en-espana/

[35] Véase el artículo de la Defensora del Lector en GALÁN, Lola, “Las lecciones del 'caso Monedero'”, 01/02/2015. En: http://elpais.com/elpais/2015/01/31/opinion/1422714925_297444.html. Este caso es todavía más grave si atendemos a que los autores, en la propia carta de rectificación, vierten las culpas sobre el acusado por no querer hablar con ellos.

[36] Puede verse en PÉREZ, Milagros, “Lo que los periodistas no quieren ver”, 09/07/2011, en; http://blogs.elpais.com/defensora-del-lector/2011/07/lo-que-los-periodistas-no-quieren-ver.html

[37] RODRÍGUEZ-POLO, Xosé Ramón y MARTÍN-ALGARRA, Manuel, “Los principios del sistema liberal de medios ante la crisis de la comunicación pública. Una aproximación crítica”, en Revista de Comunicación Vivat Academia, nº 117, 2011, p. 86.

[38] Así lo señala en su página web: “Sin ningún poder sancionador, su autoridad moral viene otorgada por las organizaciones profesionales y los periodistas adheridos a ella y supone una alternativa complementaria a la regulación jurídica”. Puede verse en: http://www.comisiondequejas.com/

[39] “Despedidos dos redactores de “El Adelantado” que recurrieron a la Comisión de Quejas y Deontología del Periodismo”, en FAPE.es, 17/10/16. Disponible online en: http://fape.es/despedidos-dos-redactores-de-el-adelantado-que-recurrieron-a-la-comision-de-quejas-y-deontologia-del-periodismo/

[40] PARÉS Y MAICAS, Manuel, “El autocontrol de la información”, en Cuadernos de Periodistas, nº 6, 2006, pp. 85 y 87.

[41] Extracto del documental Una mosca en una botella de Coca Cola (2014), producido por Producciones CMI y Paz con Dignidad-OMAL. En https://youtu.be/SIDrAfArRMY?t=557

[42] MORA, Miguel, “La prensa italiana se rebela contra la 'ley mordaza’”, en El País, 12/06/2010. Disponible en: http://elpais.com/diario/2010/06/12/internacional/1276293602_850215.html. Para la situación de la prensa en tiempos de los últimos años de Berlusconi puede verse: GONZÁLEZ, María Eugenia, “Sobre la libertad de prensa en Italia. El conflicto de intereses de Berlusconi y su influencia en la democracia del `Bel Paese’”, en Estudios sobre el Mensaje Periodístico, nº 17, Vol. II, 2011, pp. 325-338.

[44] PREGO, Victoria, “Una agresión con el sello podemita”, en El Independiente, 20/10/2016. Puede verse online en http://www.elindependiente.com/opinion/2016/10/20/agresion-sello-podemita/

[45] Como así lo atestigua el Sindicat de Periodistes de Catalunya en 2008. Se puede ver en:: http://www.sindicatperiodistes.cat/es/node/2568; DIAS, Alexandre L., “Media concentrations and pluralism in Portugal”, en Revista jurídica, nº 14, pp. 27-44.

[46] GÓMEZ, Dardo, “También en Portugal pretenden reducir el servicio público audiovisual”, en Crónica Popular, 01/11/2012. Disponible en: http://www.cronicapopular.es/2012/11/tambien-en-portugal-pretenden-reducir-el-servicio-publico-audiovisual/

[47] ORS, Miguel, “Pablo Iglesias y la libertad de prensa”, en Expansión, 22/04/2016. Online en: http://www.expansion.com/actualidadeconomica/analisis/2016/04/22/5719fd04ca474153258b4626.html

[48] PREGO, Victoria, “Iglesias enseña su verdadera cara”, en El Mundo, 22/04/2016. Disponible en: http://www.elmundo.es/espana/2016/04/22/57192b1b22601da1658b4592.html

[49] Asociación de la Prensa de Madrid, Informe anual de la profesión periodística 2014, p. 54. En: http://www.apmadrid.es/wp-content/uploads/2009/02/Informe%20profesion_2014_def_baja.pdf

[50] SAMPEDRO, Víctor, “Periodismo veraz, bien común y el Cuarto Poder en Red”, en Razón y Fe, nº 1387-1388, Vol. 269, p. 473.

[51] Puede verse, también de SAMPEDRO, Víctor, El cuarto poder en red. Por un periodismo (de código) libre, Icaria Editorial, Madrid, 2014.

[52] CARRASCO, Belén et al., Ibídem, pp. 8-9.

[53] Citado en SAMPEDRO, Víctor, Opinión pública y democracia deliberativa. Medios, sondeos y urnas, Istmo, Madrid, 2000, p. 136.

[54] KURAN, Timur, Private Truths, Public lies. The Social Consequences of Preference Falsification, Harvard University Press, Harvard, 1995; NOELLE-NEUMANN, Elisabeth, La espiral de silencio. Opinión pública: nuestra piel social, Paidós, Barcelona, 2003.

[55] Citado en SAMPEDRO, Víctor, Ibídem, p. 156.

[56] BOURDIEU, Pierre, “Los investigadores y el movimiento social”, en BOURDIEU, Pierre, Pensamiento y acción, Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2005, pp. 151 y ss. Un buen análisis del debate que mantuvieron Jurgen Habermas y Niklas Luhmann en torno al fenómeno de la esfera pública puede verse en Un buen análisis del debate Habermas-Luhmann puede encontrarse en LEYDESDORFF, Loet, “Luhmann, Habermas, and the Theory of Communication”, in Systems Research and Behavioral Science, nº 17, Vol. III, 2000, pp. 273-288.

Contenido más reciente

Comentarios

bottom of page