S. D. Romero. "Blanca Navidad, ¿marketing publicitario resultado del fenómeno narco-cultura?&qu
Saúl Damián Romero Galván
Para el ciudadano cuya realidad es diferente a la presente en América Latina la campaña publicitaria de la serie “Narcos”, que retrata de manera ficticia la vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, puede que no tenga mayor trascendencia. Esta campaña publicitaria se muestra incluso con cierta ironía cómica. Es promocionada como relato real, pero parte principalmente desde la perspectiva norteamericana respecto al narcotráfico en Colombia. «Mi padre era mucho más cruel de lo que muestra la serie»[1] señala Juan Pablo Escobar, hijo de Pablo Escobar Gaviria, quien ahora vive bajo el nombre de Sebastián Marroquín, en una entrevista referente a la serie Narcos. «Sometió a un país con el terror. Hay que tratar esta historia con responsabilidad. Hay miles de víctimas y un país detrás que merece respeto. Están inculcando una cultura en la que parece que ser narcotraficante es cool.»[2] Al preguntarle acerca de la veracidad de la serie respondió: «presentan una historia a la humanidad para confundir. Mezclan imágenes de archivo con las de ficción y pone basada en hechos reales. Les están implantando a la juventud ganas de ser narcotraficantes.»[3]
Esta serie, si bien es la más reciente en su género, no es la única: se han realizado anteriormente producciones de ficción influenciadas por la vida y acciones de narcotraficantes en América Latina. Series como Sin tetas no hay paraíso (2006), El cártel de los sapos (2007), Las muñecas de la mafia (2009), La reina del sur (2011) y ahora Narcos, son muestra del creciente fenómeno de la narco-cultura en occidente.
INFLUENCIA DE LA NARCO-CULTURA EN EL FENÓMENO MEDIÁTICO “NARCOS”
La narco-cultura tiene como característica trascender distintos tipos de fronteras, posiciones sociales y económicas, religión, educación, formación profesional, incluso posturas políticas. Crea nuevos estereotipos y arquetipos correspondientes a las ideas contemporáneas de éxito y progreso. El narcotraficante se percibe en muchos casos similar a un empresario exitoso, posee propiedades materiales como casas, autos de lujo e incluso aviones. Tiene elevados ingresos, así como una gran influencia no solo económica sino también política y social. «Ostentan poder, decisión. Así, el narco mundo aparece en las representaciones sociales como el objeto deseable para muchos.» (Balbuena, 2007).
¿CÓMO SE INTERPRETA ENTONCES EL TÉRMINO NARCO-CULTURA?
Pero la realidad tiene tintes distintos a los presentados en las narco series; los niveles de violencia y transgresión de los Derechos Humanos que se muestran en los medios no son reales, ni se acercan a la crueldad con la que pasan. No es sencillo abordar este tema: el narcotráfico «es una construcción compleja de simbolismos, actitudes, relaciones, posiciones e, incluso, subordinaciones de distinto orden. El mundo del narcotráfico, por tanto, es una convergencia moral, económica y geopolítica…» (Balbuena, 2007).
En este último punto, la percepción que se tiene del narcotráfico puede ser muy diferente dependiendo del contexto cultural desde donde se percibe. «Entendida como la penetración del narcotráfico en la producción de los modos de vida y su valoración por parte del actor joven; y por último, el fenómeno del juvenicidio y criminalización del joven (Valenzuela Arce, 2012 citado en Salazar, 2014).
Son los jóvenes latinoamericanos quienes se ven realmente afectados por la influencia de la narco-cultura. Los estudios señalan que los miembros en los cárteles son jóvenes de 16 a 29 años, en algunos casos más jóvenes. En esta proporción, aquellos que ingresan en esta forma de vida raramente llegan a vivir más allá de los 40 años. La mayoría terminan muertos en las calles o en las cárceles. ¿Por qué es este periodo en especial donde los jóvenes se interesan por la vida del narco? Erickson (1992) considera que la etapa adolescente «representa un periodo de crisis constitutiva o normativa de la identidad; que tomará tintes distintos dependiendo de la sociedad y la cultura en que viva el sujeto.» (citado en Díaz, 2006).
En esta etapa el adolescente empieza a pensarse como individuo, a compararse con los otros de acuerdo a los arquetipos y estereotipos propios del contexto sociocultural al que pertenece. Erickson (1992:111) considera la adolescencia como «la etapa en la que se acentúa el conflicto de identidad, “es casi un modo de vida entre la infancia y la edad adulta”» (citado en Díaz, 2006). Es este proceso de transformación cuando la psique y conducta de los jóvenes es más propensa a moldearse de acuerdo a los arquetipos sociales. Los jóvenes occidentales son bombardeados continuamente con la idea de éxito, progreso y un trabajo remunerado con grandes cantidades de dinero. Los jóvenes en América Latina padecen más la influencia del pensamiento neoliberal, se les bombardea con la visión norteamericana de éxito y forma de vida, pero su realidad económica y social dista mucho de a lo que realmente puede acceder o lograr. He aquí uno de los problemas que promueven y permiten la narco cultura, la visión de una vida de progreso económico de acuerdo a la perspectiva neoliberal norteamericana. Los jóvenes latinoamericanos en su mayoría se enfrentan a una realidad de exclusión, donde se valoran poco los estudios, hay pocos trabajos aun cuando se tenga una formación universitaria (de ahí la migración a EEUU y Europa). En este contexto el arquetipo del narco se presenta no sólo como un ideal de éxito y statu quo, sino también en muchas ocasiones como la única opción de sobresalir en un mundo excluyente y comparativo.
El narco se percibe también como un ideal donde el norteamericano teme y respeta al latino. «La presencia del narcotráfico y del crimen organizado ha permitido, en la exaltación de estas figuras de arraigo y de la promoción de estilos de vida, la construcción de biografías del riesgo de aquellos atraídos por el mundo de la narco-cultura» (Salazar, 2014). La figura de los narcotraficantes se presenta como una idea atractiva y posible, donde los jóvenes no solo obtienen respeto por parte de la sociedad, también son temidos e incluso admirados.
EL ROL DE LOS MEDIOS EN LA DIFUSIÓN DE LA NARCO-CULTURA
Los medios aprovechan la figura creciente del narco para promover de manera ficticia y fantástica (en la mayoría de los casos desde la visión norteamericana) la vida de los narcotraficantes, promoviendo ya sea con intención o no la narco cultura.
Los medios de comunicación representan el narcotráfico en su vida criminal pero justificándose en los problemas sociales y económicos de América Latina. De esta manera son un relator de la historia de lucha y éxito a través de la vida de los narcotraficantes: «Pablo Escobar como el hombre sin oportunidades que logró salir adelante, ayudar a los suyos, desafiar al Estado y corromper buena parte de sus estructuras y funcionarios.» (Wilches,2014). Jaime Wilches (2014)[4], investigador de la Universidad Nacional de Colombia, señala la importancia de la educación como la forma real de enfrentar el fenómeno de la narco-cultura. En México y Colombia existe una percepción diferente acerca del narcotráfico y la narco-cultura respecto a lo que presentan este tipo de series . No les percibimos como héroes de acción, pero si como rebeldes en contra de los gobiernos políticos, exclusivos, marginales y corruptos. Esto ha generado mayor interés por sus vidas y el deseo de imitarlos.
«La violencia se ha ido trasladando a otros países; no es un problema de México ni de Colombia, pues se propone la autodestrucción de las clases más bajas latinoamericanas a través de la muerte para llevarles el elíxir por el que los estadounidenses pagan fortunas. No es una violencia generada por esos personajes, sino de la corrupción que la acompaña y patrocina. Siempre se ha intentado desde los Estados señalar a los mafiosos como los culpables, pero eso es con la intención de tapar la corrupción que ha permitido su crecimiento« (Marroquín, 2016)[5].
Esto es un problema mucho mayor de lo que se quiere reconocer, o de lo que se muestra en las narco series. «Si bien el producto mediático apunta a presentar al narcotráfico como un modelo ilegal, en los primeros capítulos se muestra que es una forma de vida que se puede justificar ante la indolencia de las estructuras estatales y la permisividad social.» (Wilches, 2014).
PARA REFLEXIONAR
Es común encontrar un esquema que comparten este tipo de historias y narraciones, primero presentarla como una historia basada en hechos reales, generar polémica, lo cual aumenta el marketing y ganancias, seguido de documentales dirigidos para generar conciencia, por último alguna especie de epilogo o historia que muestre el final de la vida de estos sujetos con alguna moraleja social pero con poco contenido reflexivo.
La solución no es censurar o evitar que se vean este tipo de series que son producto del oportunismo económico y mediático sino que se debe promover e informar de manera real lo que es realmente la narco-cultura, lo que representa. Evitar los estereotipos mediáticos en los que se nos suele encasillar a mexicanos y colombianos. En esto la educación tiene un rol de suma importancia: educar para que se conozca lo que es y lo que implica este fenómeno que aflige a América Latina. Educar para generar conciencia en los jóvenes occidentales en torno a cómo es la vida del narco y evitar que éstos se dejen seducir por la ficción de las series que muestran este tipo de vida. Educar para que los jóvenes reflexionen y superen la enajenación neoliberal del statu quo de consumo y posición social norteamericanos.
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Notas:
[1] Internacional, El País.com.
[2] Internacional, El País.com.
[3] Abc.es
[4] Si hay mayor interés por el tema de la narco cultura en Colombia, recomiendo leer su artículo ¿Y educar para qué? citado en las referencias bibliográficas.
[5] Forbes.com.mx
Referencias:
Balbuena Bello, Raúl Reseña de "La frontera interpretada. Procesos culturales en la frontera noroeste de México" de Everardo Garduño et al. Sociológica, vol. 22, núm. 64, mayo-agosto, 2007, pp. 277-282
Campbell, Howard, El narco-folklore: narrativas e historias de la droga en la frontera, Noesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 16, núm. 32, julio-diciembre, 2007, pp. 46- 70
Cerbino, Mauro; Macaroff, Anahí. Un diálogo con José Manuel Valenzuela. Heridas abiertas en la frontera México-Estados Unidos: migración, feminicidio y narco-cultura Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 39, 2011, pp. 169-178
Díaz Sánchez, Josefina. Identidad, adolescencia y cultura. Jóvenes secundarios en un contexto regional Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 11, núm. 29, abril-junio, 2006, pp. 431-457
González Sánchez, Igael. Entre la censura y los negocios: notas sobre la industria del corrido de narcotráfico y de la nueva música regional mexicana methaodos. Revista de ciencias sociales, vol. 4, núm. 1, mayo, 2016, pp. 87-99
Mestries, Francis La crisis en México y las raíces de la violencia social, El Cotidiano, núm. 187, septiembre-octubre, 2014, pp. 59-66
Salazar Gutiérrez, Salvador, Subjetividades disidentes y el (des)dominio del biopoder paralegal: la producción sociocultural de los cuerpos en Ciudad Juárez, México Culturales, vol. II, núm. 2, julio-diciembre, 2014, pp. 157-177
Simonett, Helena Los gallos valientes: examining violence in mexican popular music Trans. Revista Transcultural de Música, núm. 10, diciembre, 2006, Sociedad de Etnomusicología.
Wilches Tinjacá, Jaime, ¿Y educar para qué? Representaciones mediáticas de narco cultura en los modelos del progreso económico y prestigio social, Desafíos, vol. 26, núm. 1, enero-junio, 2014, pp. 199-234
Hernández, Enrique, 22/02/2016, El hombre que se negó a heredar el imperio de pablo escobar, Forbes.com.mx: http://www.forbes.com.mx/el-hombre-que-se-nego-a-heredar-el-imperio-de-pablo-escobar/#gs.m8a7tNM
E. Cue, Carlos, Buenos Aires, 28/09/2016, El hijo de Pablo Escobar, El País.com: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/23/argentina/1474656834_899105.html
08/11/2016 El hijo de Pablo Escobar ataca a Narcos, ABC.es: http://www.abc.es/play/series/noticias/abci-hijo-pablo-escobar-ataca-narcos-si-hiciera-hace-netflix-matarian-201611080847_noticia.html